Habló el vecino que denunció a Yao Cabrera: “Me pateó la cabeza en el piso con furia”
“Ese muchacho no paraba de patearme”, dice Guillermo Salgado, quien vive junto a su familia en el barrio San Marco, de Ingeniero Maschwitz. Se refiere a la agresión que denunció haber recibido en mayo de 2020 de parte del youtuber uruguayo Yao Cabrera, quien también residía allí. En diciembre, allanaron al influencer a raíz de denuncias de vecinos por violar la cuarentena y organizar fiestas clandestinas.
Durante aquel allanamiento se incautaron drogas, notebooks y dinero en efectivo. Cabrera fue detenido junto a un grupo de más de veinte personas. Finalmente, todos fueron liberados.
En diálogo con LA NACION, Salgado dio su versión de lo que pasó aquél día en el que, según denunció, fue agredido. “Serían las 15 del 13 de mayo. Recibo la llamada de una vecina para pedirme si podía sacarle los perros porque iba a llegar más tarde de lo previsto. Cuando salgo de mi casa observo el Audi TT rojo de Yao Cabrera que da un par de vueltas; me llama la atención la actitud porque se comentaba que se metía en algunas viviendas que no estaban ocupadas. Entro a la casa de mi vecina y llamo a la guardia para avisar que está rondando el lote 285. Al retirarme observo tres personas ya en la cochera, que si bien no está cerrada, es propiedad privada. Estaban dentro. Les pregunto qué están haciendo y responden de manera agresiva. Cabrera me dijo qué me importaba. ‘Me importa porque es la casa de un amigo’, le digo. Me contesta que estaban viéndola para comprarla. Ahí le digo que no estaba a la venta y me responden: ‘Nosotros hablamos y la vamos a comprar, nos vamos a venir cerca tuyo’”, aseguró.
A los golpes
De acuerdo con Salgado, el tono de la conversación fue subiendo cada vez más. “Yao, te conozco por el quilombo que estás haciendo en el barrio”, le dijo el vecino y cuando el youtuber y sus dos acompañantes quisieron subirse al auto, él trató de impedírselo. “Meto la mano para agarrar la llave del coche mientras llegaba la gente de seguridad, así no se iban y se demostraba que estaban en un lugar indebido. Ahí alguien de costado me pega una piña a la altura de la sien, y cuando me doy vuelta me da otra de frente que me corta el labio. Reacciono, mi hija escucha gritos, sale con el novio, filma, llega la gente de la guardia, tratan de calmar, pero mientras uno me amagaba, el otro me pegaba. Hasta que agarro a uno del cuello, caemos al piso, y viene Cabrera de costado y me pega patadas en la cabeza, con furia”, narró.
A raíz del hecho que describe, Salgado presentó una denuncia que tramita en el Juzgado Federal de Pilar por lesiones, y que está solicitando que se agrave por indefensión, contra Marcos Cabrera Rodríguez, Kevin Macri Viñoles Rafael y Castro Barbita Natanhael Jesús. “Por alevosía y ensañamiento porque el ataque es artero. El agravante es por la intención, no por el resultado. Me podría haber sacado un ojo con la patada, o matado, como pasó con Fernando Báez Sosa en Villa Gesell. Me hicieron todos los estudios, pericias médicas y hasta una tomografía. Yao ya tenía un antecedente por violación del artículo 205 (relacionado con las medidas adoptadas para impedir la propagación de la pandemia) y 239 (el que resistiere o desobedeciere a un funcionario público). Después llega la policía, se los lleva, y una ambulancia me asiste”, continuó Salgado.
Guillermo Salgado hizo una pausa y sumó otros detalles: “Me enteré que Yao habla con alguien de la guardia para que le salga de testigo y le pide que declare que él le había dicho que había casas en venta o para alquilar, para justificar que estaba merodeando; hay un audio con ese contenido en la causa. Al tiempo me llama su abogado, Alejandro Cipolla, me dice si quiero llegar a un acuerdo, ya que el fiscal de la causa aceptaría el cumplimiento de una pena menor a través de un trabajo solidario. Y me comenta que Cabrera había ofrecido pagarme 10 mil pesos. Le dije que se lo guardara para cigarrillos cuando lo metieran preso. Después de las lesiones e incomodidades que me provocó a mí y a mi familia me pareció irrisorio desde lo legal y desde la compensación económica. No lo cuestiono al abogado ni a su trabajo, pero me resultó inadmisible”, subrayó Salgado.
¿Qué contestan del lado de Yao Cabrera?
Consultado al respecto, el abogado de Yao Cabrera, Alejandro Cipolla, afirmó: “Hay un dato esencial, y es que quien comienza la agresión es este señor Salgado. Los encara a Yao y sus acompañantes, los insulta, luego golpea a uno y patea a otro, ellos tratan de calmarlo y de esquivarlo, pero él sigue. Aporté videos al expediente (es el segundo video que figura en esta nota) y demuestran que no es un pacifista”.
Mientras tanto, consultado por un acuerdo entre ambos, aseveró: “Sí, cuando arrancó la causa me comuniqué para conciliar porque se ve que la pelea la inicia él, pero no acordamos. Nunca le ofrecí plata, tampoco trabajos comunitarios de mi cliente, ¿por qué lo haría? Además, si así se me ocurriera no tengo necesidad de proponérselo a él. Ahora toda la causa está en el Juzgado Federal de Campana, y creo que la del señor donde se presentó como querellante va a quedar en la justicia ordinaria. Pedí la desvinculación de Salgado de la causa porque un delito de lesiones no tiene que tramitarse en un juzgado federal. A Yao ni siquiera lo llamaron a indagatoria, ni creo que eso ocurra”.
Por su parte, sobre la presencia de Yao en la vivienda, Cipolla insistió con que se acercaron a verla para comprarla. “Salgado dice que estaban intrusando la casa de su vecino y éste ni siquiera presentó una denuncia, ¿no es raro? Quiso hacerse el agresivo y le salió mal. Y como abandonó su casa para pelear lo denuncié por violar la cuarentena. Respecto al audio que difundieron para perjudicar a Yao, donde habla con un guardia del country, aclaro que yo le pedí que lo llamara porque sabía que esta persona de seguridad es quien le menciona a Yao que las casas estaban en venta, luego lo presionan y dice cualquier cosa. Más allá de eso, los dueños querían venderla, y ellos fueron a mirarla desde afuera. Si no tramitaría una causa por violación de domicilio y, repito, el dueño no hizo denuncia alguna”, aseveró.
Guillermo Salgado, que es procurador y le faltan cuatro materias para recibirse de abogado, se representa a sí mismo. “Quiero saber quién del barrio privado autorizó a ingresar tanta gente a vivir en las casas en las que residía Cabrera y su gente, porque son para diez personas máximo y llegaron a compartir entre treinta. Voy hasta las últimas consecuencias. Espero que la causa penal avance para ir por el resarcimiento económico por todos los daños y perjuicios que Yao me ocasionó, que fueron demasiados”, afirmó.
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