Habló el turista sueco y dijo que quiere volver a la Argentina: "Hay ladrones e idiotas en todas partes"
El turista sueco de 36 años Christoffer Persson viajó a la Argentina para disfrutar de sus vacaciones. Sin embargo, mientras caminaba con su novia, cerca de Plaza de Mayo, fue baleado en la rodilla por un ladrón que intentaba robo el teléfono. Así fue que tuvo que someterse a 4 operaciones en menos de 24 horas y tuvieron que amputarle la pierna derecha.
De todos modos, no se sorprendió cuando le dijeron que iba a perder la pierna. Cuenta: "Lo que me alivió, en ese momento, fue saber que iba a sobrevivir y todavía me siento así. No estoy deprimido por haber perdido la pierna; estoy feliz por haber sobrevivido".
Persson dice que no guarda rencor e, incluso, espera volver al país. "La próxima vez que esté aquí hablaré español. Volveré. Eso sería genial", imagina, en diálogo con Clarín, y afirma: "Hay ladrones e idiotas en todas partes, no es algo único de la Argentina o de Buenos Aires. Estas cosas pasan en todo el mundo".
El joven dice que no siente que nació de nuevo, pero sí reconoce que tiene "un desafío interesante por delante". Lo expresa así: "Me tengo que poner de pie nuevamente y usar la prótesis en la pierna, eternamente. Estoy ansioso de poder hacerlo. Veo esto como un gran reto".
El sueco dice que está aprendiendo a usar las muletas, y parece esperanzado cuando sostiene: "Todavía no estoy listo, pero ya estaré mejor. Voy a conseguir la mejor prótesis que pueda y volveré a andar en bicicleta nuevamente". Habla de estas tecnologías y, con una sonrisa en el rostro, opina que será "divertido" adentrarse en el mundo de las prótesis.
Persson dice que recuerda perfecto el momento del hecho. Tal como narra a TN, estaba caminando, mirando Google Maps, cuando un hombre se acerco a él corriendo y "aprovechó la oportunidad" para intentar robarle el teléfono. En ese momento, pensó: "¿Por qué me quiere sacar el teléfono", y comenzó, él también, a tironear. Hasta que levantó la mirada y vio cómo un arma lo apuntaba en la cabeza. Entonces trató de desviar el arma con la mano.
"Así que, en lugar de dispararme en la cara, me disparó en la pierna. Escuché el ruido pero luego el chico huyó. María [su novia] gritó y luego miré hacia abajo y ví la sangre que salía de mi pierna y me di cuenta de que me habían disparado", cuenta.
Según dice, en ese momento apareció una mujer, Analía, que "le salvó la vida usando una toalla como torniquete para parar la hemorragia". Y agradece: "La verdad es que tuve mucha suerte de que ella estuviera ahí". Persson se muestra optimista con su situación y destaca que hubo muchas personas que fueron a ayudarlo en la calle, incluso antes de que llegara la ambulancia.
Cuando la ambulancia llegó, se sintió aliviado y se relajó: "Bueno, quizás ahora esté a salvo, no será tan malo". Y agrega: "Ese sentimiento me acompañó a lo largo de todo el proceso de la cirugía. Sentí que estaba en muy buenas manos. El equipo de cirugía fue excelente", enfatizó, agradecido.