Guillermo Divito, el artista de las mujeres exuberantes
El dibujante Guillermo Divito se despidió de Patoruzú y lanzó su propia revista que vendía 350 mil ejemplares cada semana. De Pochita Morfoni a las chicas infartantes.
El doctor Divito descubrió las inclinaciones artísticas de Willy, el día que le comunicaron, desde el colegio Champagnat de Luján, que su hijo recién ingresado había pintado la puerta en el muro del colegio. Fue la primera señal de que la medicina, el legado paterno, tal vez no fuera su vocación.
Cuando cumplió diez años, Guillermo Divito, quien había nacido el 16 de julio de 1914, trabajó en el teatro Versailles, en un número llamado “El dibujante relámpago”: realizaba caricaturas a pedido del público. Su precocidad no se detuvo en un acto teatral y para 1931 logró publicar su primer trabajo. Gracias a su talento, le pagaron dibujos en las revistas Sintonía, Hogar, Semana Gráfica y en el diario Crítica.
El primer personaje que creó fue El Otro Yo del Doctor Merengue, un atildado señor que, por sus reacciones tan sinceras como intempestivas, hizo que millones de lectores se identificaran con él. “El otro yo” nació cuando un amigo le pidió al ilustrador dinero para una apuesta en el hipódromo. El hombre ganó, pero nunca le devolvió el préstamo. El artista no se animó a reclamarle, pero por dentro tenía ganas de reaccionar con dureza.
La particularidad de Willy Divito fue la poder plasmar, a través de sus dibujos, los arquetipos cotidianos de la gente común. Fue el caso de Pochita Morfoni (una obesa que comía de todo), Fúlmine (el típico jetta, al que dio vida en el cine Pepe Arias en 1949) o Bómbolo, un bonachón que tomaba todo literalmente.
Más tarde, comenzó a trabajar en Patoruzú, donde dibujó lo que sería su trabajo más famoso y que se conocería como Las chicas Divito. Se trataba de ilustraciones de mujeres exuberantes con una cintura diminuta, enormes caderas, cabellos sueltos y faldas cortísimas. Claro que era una osadía en aquella época dibujar mujeres con esas características. Cuando su jefe, Dante Quinterno, cuestionó el corto de la pollera de las “chicas” a la vez que se negó a un aumento de sueldo, el ilustrador entendió que era momento de despegar.
El 16 de noviembre de 1944, Guillermo Divito lanzó a la calle Rico Tipo, revista que llegó a vender 350.000 ejemplares por semana. En ella se lucían sus chicas y las mujeres empezaron a adoptar la moda de sus caricaturas. El impacto fue tan grande, que se lanzó al mercado una loción para damas, muñecas y hasta un modelador de cintura, todos con la marca Divito. Y los hombres no se quedaron atrás: se vestían también con sacos largos y alargaban los tiros de los pantalones, del mismo modo en que los dibujaba su creador.
Así como los caballeros que ilustraba, Divito fue un verdadero bon vivant. En una encuesta hecha por la revista Popurrí, en 1946, figuró entre los diez hombres más populares del país. Soltero empedernido, amante del jazz, el boxeo y aficionado a los autos, perdió la vida en un choque al sur de Brasil, en julio de 1969, once días antes de cumplir 55 años. Su revista lo sobrevivió hasta 1972, luego de haber sido un emblema por 28 años.
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