Grieta religiosa. Por qué las monjas del Carmelo se enfrentarían a una crisis con la Iglesia en Salta
La relación con el Arzobispado se mantiene tensa, ya que si el convento de San Bernardo no acepta el pedido de cortar el vínculo con la “Virgen del Cerro” se precipitaría un problema institucional
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SALTA (Enviada especial).- En 2003, en unos documentos, el arzobispo de Salta Mario Cargnello advirtió que la adhesión de las monjas de clausura a la “Virgen del Cerro” podría derivar en un cisma sino acataban separarse de esa devoción que no cuenta con la aprobación oficial de la Iglesia. El proceso que podría llevar al reconocimiento se interrumpió cuando María Livia Galiano no presentó los resultados del estudio psicodiagnóstico que se realizó a pedido de la Iglesia; en cambio entregó otro que no era el que se le había requerido.
El problema de fondo no son las “revelaciones privadas” que la mujer dice tener por parte de la Virgen y que seguirían el curso que fija la Iglesia para estas cuestiones (un caso cercano es el de San Nicolás), sino el que las monjas del Carmelo no acepten los pedidos del Arzobispado y del Vaticano de terminar el vínculo con esa devoción.
La Iglesia está a la espera de la llegada al convento de San Bernardo, ubicado en el centro de esta ciudad, de un “comisario o comisaria” designado por el Vaticano. Es una suerte de “intervención”. Si las monjas de clausura lo rechazaran, el problema se profundizaría. Si hay un grupo que acepta seguir las reglas fijadas, continuarán en la orden, sino el convento del Carmelo debería cerrarse hasta que otro grupo de religiosas reemplace a las actuales.
Todas las fuentes eclesiásticas, no solamente de Salta, consultadas por LA NACION coinciden en que es el “protagonismo” que alcanzó la figura de María Livia lo que profundizó el conflicto. Critican que se presente como una suerte de “autoridad única”.
Según algunos tramos del expediente judicial que pudo conocer este diario. en 2018 las monjas -siempre con la priora hablando en nombre de todas- le plantearon al arzobispo Cargnello, después de una misa, que serían “parte de la Obra” en referencia al nombre de la fundación de la “Virgen del Cerro”. El Arzobispo les respondió -según la presentación con “gritos”- que si era así no podían seguir en el convento.
Después, en plena pandemia de Covid, hubo otro cruce durante el velatorio de una religiosa porque era la imagen de la Virgen y no el crucifijo la que presidía la sala. Las monjas grabaron la discusión en torno de ese punto, Cargnello reaccionó y al día siguiente -sin haber borrado el video- les restituyó el teléfono móvil.
Tras ese hecho, las monjas carmelitas denuncian a Cargnello ante el Vaticano y el arzobispo salteño pide, también a Roma, que lleguen “visitadores”. Esa visita -realizada por una monja benedictina y el obispo Martín de Elizalde- duró 15 días y terminó en noviembre de 2021. El religioso está incluido en la denuncia de las monjas. También en aquel mes el Arzobispo decidió no autorizar la celebración de una misa en Los Tres Cerritos, donde se encuentra la ermita de la Virgen. Hasta aquel momento lo permitía una vez al año.
El 30 de marzo pasado el Vaticano emitió su pronunciamiento (notificado a las partes casi tres semanas después) y al inicio de la Semana Santa, las monjas presentaron la denuncia judicial. Hasta ese momento eran 18 las que vivían en el convento. Este fin de semana una religiosa mendocina que venía pidiendo dejar el lugar, se retiró. Para ese trámite la priora de las religiosas le envió una carta a Cargnello pidiendo que autorizara el retiro. Fue el primer contacto que tuvieron desde abril pasado, cuando ingresó a la Justicia la denuncia contra el arzobispo.
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