“Grave”, “doloroso”: dramático pronóstico de los expertos ante el estancamiento educativo que revelan las pruebas PISA
Los especialistas coinciden en que los resultados obtenidos por estudiantes argentinos representan un enorme llamado de atención para el futuro del país y de los individuos
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Durante el año pasado se evaluó a más de 12.000 alumnos de 15 años de escuelas secundarias de 457 establecimientos públicos y privados de todo el país mediante las pruebas PISA (por la sigla en inglés de Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes), que impulsa la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Los resultados son abrumadores: el 72,9% de los alumnos argentinos no lograron los niveles mínimos de desempeño en matemática y un 54,5% no alcanzó ese nivel en lectura, mientras que en ciencias el 53,9% está por debajo del parámetro mínimo esperado.
Manuel Álvarez Tronge, presidente de la ONG Educar 2050, considera, en primer lugar, que el análisis integral de estas pruebas requiere mucho tiempo, ya que son una fuente de información muy valiosa y aconseja no perderse en los rankings que, evidentemente, resultan muy dolorosos. A su vez, subraya que los resultados muestran que la Argentina está estancada en el tema educación desde 2000. “Si comparamos nuestros resultados de lectura, matemática y ciencias, empezamos mejor que Chile en el año 2000, pero hoy el país vecino nos saca números importantes; también Uruguay y Perú, que estaba muy por debajo nuestro, así como Colombia, Brasil y México. Es un dato doloroso que muestra que la educación no es prioridad para ningún gobierno en la Argentina”, señala.
Además, aclara que estas pruebas tienen seis niveles y que el umbral de competencias es el segundo; la Argentina tiene debajo de ese umbral al 72,9% de los chicos en matemática, al 54,5% en lectura y al 53,9% en ciencias. “Es grave”, sentencia. Asimismo, sostiene que es necesario conjugar esta información con la que arrojan las pruebas Aprender, que mostraron que el 82% de los estudiantes que llegan al último año del secundario no pueden realizar un ejercicio de matemática simple y el 43% tiene problemas de lectura. “Esto debería ser una bomba, pero lo vivimos desde hace años y no cambia nada. Son problemas de política pública educativa que no se conversan en profundidad”, enfatiza.
Mariano Narodowski, profesor de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), explica que para la Argentina no hay ninguna novedad en estas pruebas, ya que se percibe una situación de estancamiento y algo de caída desde 2000. Uno de los datos más llamativos que revelan estas pruebas es que la pandemia no impactó de manera significativa. “No sabemos muy bien por qué. Puede ser o porque la educación online no fue tan mala o porque el instrumento de las pruebas no tenga capacidad para medir bajas tan importantes”, aclara.
El análisis de Guillermina Tiramonti, especialista en educación, sobre esta cuestión también menciona las dudas que se plantean. “Venimos mal desde antes y peor que los países latinoamericanos; sin embargo, después de la pandemia hemos retrocedido menos que el resto de los países. Esto abre un interrogante: ¿qué pasa con un país que tuvo una suspensión de clases muy larga y, sin embargo, eso no se manifiesta considerablemente en los resultados?”, advierte. Para Tiramonti, es necesario preguntarse acerca del papel que juega la escuela en la transmisión de conocimientos a los alumnos. “¿No será que la escuela es tan ineficiente que vayan o no vayan los chicos a clases es lo mismo? Insisto en que debe hacerse una prueba para cruzar días de clases con resultados, para ver si el hecho de que los chicos tengan más o menos clases impacta en sus aprendizajes”, subraya.
Otro elemento que se deprende de los resultados es que el quintil de mayores ingresos, es decir, el 20% de los estudiantes de sectores de mejor ingreso económico de la Argentina tienen un rendimiento en términos de aprendizaje equivalente al promedio de los pobres que participaron en las pruebas. “La crisis educativa golpea a todos los sectores, inclusive más a los pudientes. Los de menores recursos tuvieron una pequeña suba respecto de las pruebas anteriores; en cambio, los más pudientes bajaron un poco. Estamos hablando de un estancamiento que lleva décadas, por lo que las diferencias son mínimas”, describe Narodowski. “Los chicos que van a las escuelas privadas más costosas tuvieron una caída mayor que los más desfavorecidos, puede ser que la pandemia haya impactado más en ellos. A lo mejor esos chicos asisten a escuelas que impactan más en sus conocimientos o puede ser que esas escuelas hayan tenido menos capacidad para recuperar chicos que la que tienen las escuelas públicas de barrios populares. Son hipótesis que se plantean ante resultados paradojales. Es muy difícil saber la causa”, agrega.
Asimismo, Narodowski destaca que, en términos comparativos la Argentina está en la cola de los países desarrollados de América Latina, después de México, Perú, Uruguay, Chile, Brasil, Costa Rica y solo está mejor que los países centroamericanos y Paraguay.
Un tema ineludible
Irene Kit, pedagoga y referente de Argentinos por la Educación, considera que los datos de PISA 2022 muestran que “más de la mitad de los estudiantes de 15 años no pueden aplicar a situaciones de la vida cotidiana lo que aprendieron de lectura, matemática y ciencias, a lo largo de varios años de escolaridad. Como contraparte, son muy pocos los estudiantes que superan el nivel básico: menos del 20% en lectura y ciencias, y menos del 10% en matemática”, señala. Y sostiene que esto marca un imperativo para la mejora generalizada del sistema educativo, en lo que hace a las formas y el tiempo dedicado al desarrollo de las capacidades de pensamiento vinculadas a la palabra escrita, el conocimiento lógico matemático y el pensamiento científico. Kit apunta que no habrá mejoras en los aprendizajes sin diversificar, intensificar y enriquecer las situaciones de enseñanza, de modo que activen el interés y compromiso de los estudiantes. “No habrá mejoras en la enseñanza si no liberamos tiempo efectivo para que docentes y directivos se puedan concentrar en los aspectos educativos, contando con apoyo de otros sectores para los temas sociales, nutricionales, sanitarios”, dice.
Tiramonti indica que estos resultados representan un enorme llamado de atención: “Los porcentajes de chicos que aprenden poco y nada son muy altos”. Pero a su vez, hace énfasis en lo que representa esto para el desarrollo a futuro de estas generaciones. “Los especialistas sostienen que la matemática es un conocimiento importante en este momento actual del desarrollo tecnológico. Si uno piensa en lo que viene, ¿cuántos chicos vamos a tener con la capacidad de dialogar con la sociedad del futuro?”, analiza.
“PISA te está dando hoy información a futuro”, coincide Marcelo Rabossi, profesor e investigador de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT). “¿Con qué capital humano se puede encontrar la Argentina de acá a 15, 20 o 30 años? Estos chicos de 15 años que no pueden resolver una operación matemática simple van a representar la futura clase dirigente, trabajadora; de acá se nutre la clase política y el cuerpo científico de un país. Es un problema muy grande. Por lo pronto, en el corto plazo muchos de estos chicos van a estar impedidos de poder seguir una educación superior. Van a tener problemas para aprobar el primer examen de primer año de una universidad o un instituto terciario”, reflexiona.
Rabossi añade que estos resultados son también preocupantes para los estudiantes como seres humanos, como individuos, ciudadanos y personas. “La educación es fundamental para poder integrarte, para reclamar por tus derechos, para poder desarrollarte y para poder crecer”, advierte. Por último, concluye: “En algún momento esto tiene que revertirse; tenemos que tratar de frenar la caída, llegar a un cierto equilibrio y, de ahí, comenzar a levantar vuelo. Un país puede llegar a levantar su economía, pero el gran problema argentino es un problema cultural y educativo porque no estamos formando personas que sean capaces de valerse por sus propios medios. La Argentina no va a poder resolver su desarrollo porque no está formando el capital humano que necesita”.
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