Gratuidad e ingreso irrestricto, las atracciones principales
Este siglo XXI es el de la globalización, y la universidad no es ajena a este hecho. Es así como en muchas universidades, particularmente en Europa y Estados Unidos, cada vez hay más estudiantes extranjeros, especialmente asiáticos. Además, la población universitaria está creciendo muy por encima de la población total, particularmente en toda la América latina.
Nuestra universidad, con histórico prestigio en América latina, no es ajena a este hecho, ya que cada vez hay más estudiantes, especialmente de países limítrofes en nuestras casas de estudio estatales y privadas. Por ejemplo, según los censos de la UBA, entre 1992 y 2011 (último censo publicado por esta universidad), la cantidad de estudiantes extranjeros más que se triplicó, y algo similar ocurre en universidades del interior.
Hay dos hechos que caracterizan nuestro sistema universitario, que están además cooperando en convertir nuestras casas de estudios en focos de atracción para extranjeros: el primero es la gratuidad de los estudios en nuestras universidades estatales, y el segundo se encuentra en el ingreso irrestricto dispuesto por nuestra actual ley universitaria.
En el caso de la gratuidad, señalemos que no está generalizada en América latina. Por ejemplo, en Chile y en Colombia la universidad estatal está arancelada. Este arancelamiento está morigerado por programas de becas para estudiantes de menores recursos.
En cuanto al ingreso irrestricto para nacionales y extranjeros, tengamos en cuenta que no existe en la gran mayoría de los países latinoamericanos. Si bien en Uruguay el ingreso a la Universidad de la República es irrestricto, destaquemos que está reservado a los estudiantes locales o extranjeros con varios años de residencia previa. En Chile, los aspirantes a ingresar en la universidad pública o privada tienen que aprobar la PSU, en Brasil el ENEM, en Colombia el Saber 11 y en México el Exani II.
En casi todos los restantes países existen exámenes similares previos al ingreso. Estos dos hechos permiten prever que cada año habrá más extranjeros en nuestras universidades, particularmente sudamericanos.
Miembro de la Academia Nacional de Educación