Gran Bretaña liberó al ex embajador iraní
Pagó una fianza de más de 1.000.000 de dólares; sin pruebas
LONDRES.- El ex embajador de Irán en Buenos Aires, Hadi Soleimanpour, fue liberado ayer bajo fianza por la justicia británica tras abonar 730.000 libras (1.140.000 dólares), más de la mitad suministradas por el gobierno iraní.
Soleimanpour, de 47 años, deberá, sin embargo, presentarse todos los días ante la policía y evitar la prensa hasta el viernes cuando tendrá que comparecer otra vez para escuchar los argumentos de la Justicia argentina que justificaron su arresto el 21 de agosto último.
El ex diplomático fue capturado en Durham, donde cursa estudios de posgrado en medio ambiente y turismo, bajo la acusación de conocer y consentir los planes del atentado que derrumbó la AMIA el 18 de julio de 1994 y mató a 85 personas.
La convocatoria judicial de ayer sorprendió a la fiscalía británica- representante aquí de su par argentino- porque fue organizada, a pedido de la defensa, en 48 horas. Más preocupante aun para la fiscalía, fue que el juez de turno John Royce dijo haber leído "400 páginas enviadas por el magistrado argentino en conexión con el caso" sin poder encontrar "nada que constituya evidencia clara de la participación del detenido en el atentado".
Galeano aún no envió las pruebas contra el sospechoso y fuentes del juzgado en Buenos Aires, dijeron a LA NACION que el juez nunca mandó una documentación tan voluminosa a Gran Bretaña. Justamente, ayer Galeano envió a la cancillería argentina las 103 carillas de su pedido de extradición que será traducido, para que llegue a Londres antes del 19 de septiembre próximo.
Royce fundamentó su decisión de no enviar a Soleimanpour otra vez a la cárcel londinense de Brixton porque el ex diplomático "podría haber huido del Reino Unido en más de una ocasión de haberlo querido". Otros dos magistrados británicos opinaron justamente lo contrario al negar su liberación por una cifra superior a la abonada ayer. El gobierno iraní contribuyó con 500.000 libras (785.000 dólares) para la fianza; el resto fue cubierto a partir de una cuenta bancaria en Suiza del padre de Soleimanpour, un adinerado hombre de negocios.
Status diplomático
El juez Royce pareció inclinarse a favor de los argumentos del abogado Alun Jones quien aseguró ayer que su defendido, quien ingresó al Reino Unido con una visa de estudiante, "sigue trabajando para la cancillería iraní y mantiene su status diplomático, aun cuando se encuentra en un año sabático".
"Las acusaciones del magistrado argentino se basan en insinuaciones, rumores y sospechas", sostuvo el abogado que hace cinco años batalló a favor de la extradición de Augusto Pinochet en representación del juez Baltasar Garzón.
Soleimanpour abandonó la corte de Bow Street con una sonrisa en los labios, abrazando a su esposa, una bioquímica iraní que trabaja en la universidad de Durham. Jones aseguró que su cliente planea permanecer en el Reino Unido "por lo menos otro año" para terminar sus estudios y que durante este lapso viajará de Durham (unos 500 kilómetros al norte de Londres) a la capital "tantas veces lo disponga la justicia británica".
En los últimos días el encierro de Soleimanpour originó violentas reacciones contra Gran Bretaña en Teherán, donde la embajada inglesa recibió dos veces disparos de armas de fuego por parte de grupos desconocidos. El gobierno británico está siendo blanco de una intensa campaña para convencerlo de "cancelar por invalidez" el pedido de captura.
Ben Brandon, uno de la media docena de abogados reclutados por Soleimanpour, dijo en un programa radial de la BBC que Galeano emitió un pedido de arresto "provisional", algo que, aseguró, ocurre en situaciones de urgencia cuando se cree, por ejemplo, que el sospechoso está de paso en un país.
Es por esa razón, dijo, que este tipo de solicitud no obliga al juez demandante a explicar en detalle las razones para el arresto. "El juez argentino debería haber redactado un pedido de arresto «completo» y no uno «provisional». Nuestro defendido se encontraba desde hace más de un año viviendo en Durham y en ningún momento dio muestras de querer fugarse", destacó.
El abogado invocó el Acta de Extradición británica de 1989 para asegurar que el ministro del Interior, David Blunkett, "puede anular el arresto de toda persona, sin necesidad de esperar al dictamen de los tribunales, cuando se ha cometido un grueso error en la solicitud de detención".
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