Gracias a Instagram, esta pareja tiene el mejor trabajo del mundo

Son jóvenes, viajan por el mundo y están enamorados. ¿Podrían pedir algo más? Parece que sí y lo hicieron. Y lo consiguieron.

Jack Morris y Lauren Bullen tienen 24 años y se pasan los días visitando los lugares más bellos y llamativos del planeta y sacándose fotos, para luego subirlas a las redes sociales.

Él (@doyoutravel) es inglés y trabajaba limpiando alfombras en Manchester cuando un día se hartó y se fue a Bangkok . Ella (@gypsea_lust) era la ayudante de un dentista. A los dos les gustaba la fotografía. El año pasado se conocieron en Fiji.

Hasta ahora, nada del otro mundo. Todo cambia cuando confiesan lo que hoy les pagan las marcas para que las nombren en un posteo cualquiera. “No hacemos un post por menos de 3000 dólares. Lo más que me han pagado por uno han sido 9000 dólares. Hice un trabajo para una compañía telefónica que implicaba un viaje de tres días y cinco fotos en Instagram. En esa ocasión me pagaron 35.000”, contó Jack según publica el diario El País.

Es que esta pareja de enamorados consiguió que casi toda una generación lo siguiera a diario en todas las plataformas para saber qué estaban haciendo minuto a minuto por lo que las marcas de todo tipo de productos quieren que ellos los publiciten.

“Las marcas se contactaron conmigo antes de que empezara a aceptar ofertas”, admite Jack para luego agregar: “No tenía interés en hacer dinero con mi cuenta, siempre fue un proyecto para divertirme. Al hacerme más grande, algunas ofertas eran demasiado buenas como para declinarlas y empecé a aceptarlas. Muchos de los trabajos con marcas u oficinas de turismo son muy divertidos, ya que te aportan experiencias que normalmente no tendría la oportunidad de hacer”.

¿Cómo hacen para conseguir esas imágenes que irradian la más vil de las envidias? “Ella saca las fotos en las que salgo yo y yo en las que sale ella. Cuando salimos los dos usamos un trípode con un temporizador”, dice Jack, que define con tres palabras las claves para ser un influencer exitoso: “Pasión, originalidad y perseverancia”.

Eso sí. No todo es tan simple. Las fotos no son selfies improvisadas ni sacadas con celulares. Para retratarse usan una Canon 5D MK3 y una Sony A7S II; luego, retocan las imágenes con Lightroom, un programa de edición gráfica. Y el escenario que se ve de fondo lejos está de la relajación. Todo está trabajosamente calculado.

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