Gobierno y TBA, el fin de una íntima relación
Desde 2003, los hermanos Cirigliano tenían lazos estrechos con el kirchnerismo
La quita de la concesión sobre la explotación de las líneas Sarmiento y Mitre a la empresa Trenes de Buenos Aires (TBA), fundamentada en los "graves incumplimientos" expuestos tras la tragedia de Once, significa también un nuevo quiebre en la relación entre el Gobierno y los hermanos Cirigliano, responsables de la empresa y empresarios cercanos al poder desde el amanecer del kirchnerismo.
Los hermanos Claudio y Mario Cirigliano son las cabezas de uno de los grupos de transporte más importantes de la Argentina. Tomaron fuerza durante el menemismo, cuando comenzaron su incursión en el mundo ferroviario.
En 2003, Ricardo Jaime afianzó tempranamente la relación entre el Grupo Cirigliano y el flamante gobierno kirchnerista. El primer secretario de Transporte comenzó a facilitar los subsidios hacia los ferroviarios, tras la emergencia del sector decretada por Duhalde un año antes.
A partir de allí, el gobierno afianzó su vínculo con TBA y con las demás empresas del sector, entre ellas Ferrovías y Metrovías, las otras compañías del sector ferroviario metropolitano que a partir de hoy quedarán a cargo de la explotación de las líneas Sarmiento y mitre a través de una unidad de gestión.
Hasta hace tres meses, el vínculo fue siempre estrecho entre la Casa Rosada y los hermanos Cirigliano, incluso después de varios escándalos que involucraron a los titulares de TBA.
Se supo, incluso, que tras la tragedia de Once el propio presidente de la compañía le hizo llegar a la Presidenta que estaba a su disposición, según contó un allegado al círculo presidencial a LA NACION.
Desde entonces, algo se quebró. Inmediatamente después del choque que dejó 51 muertos y más de 700 heridos, el Gobierno intervino la empresa y designó como responsable a Raúl Baridó para que se haga responsable.
En el marco de la investigación, el juez Bonadio citó a declarar al presidente de TBA, Carlo Michele Ferrari, quien negó su responsabilidad en la tragedia y aseguró que al momento del accidente su trabajo en la empresa era "protocolar".
Ferrari fue el primero de 30 sospechos que declaró. El magistrado también citó a los ex secretarios de Transporte Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, y a Claudio Cirigliano, dueño de TBA.
La última defensa
En la última medida dentro de su estrategia de defensa tras el incidente de febrero, TBA manifestó el lunes pasado que la tragedia de Once ocurrió porque el maquinista Marcos Córdoba no frenó, sino también porque el motorman había bebido alcohol y estuvo inconsciente en los últimos segundos antes de chocar.
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