Glaucoma. Por primera vez, practicaron en el país una cirugía mínimamente invasiva
El avance tecnológico del láser permite remover de forma precisa y con muy poco riesgo la estructura dañada; se estima que más de un millón de personas padecen presión ocular
La cirugía microinvasiva para pacientes con glaucoma se aplicó por primera vez en el país. Esta intervención puede ser una nueva herramienta para disminuir la presión intraocular y en algunos casos también el uso de gotas y así detener el deterioro glaucomatoso con muy bajo riesgo quirúrgico.
Según el oftalmólogo Tomás Grippo, médico de planta del Hospital Alemán, la amalgama del avance tecnológico, sumada a un replanteo sobre conceptos fundamentales del glaucoma y su tratamiento, permitió desarrollar y pulir esta innovación quirúrgica para hacerla efectiva, segura y accesible al paciente. "Este año tuvimos la fortuna de implementarlo por primera vez en el país, lo que benefició significativamente a muchas personas que padecen este trastorno", plantea.
Grippo explica que "el tratamiento del glaucoma siempre consiste en bajar la presión intraocular. Se logra con distintos medios. Hay un sector que mide micrones dentro del ojo (la malla trabecular), que actúa como rejilla de desagüe cuando funciona bien, pero como una barrera a la salida del líquido que se forma en el ojo (humor acuoso) cuando funciona mal. Esta intervención remueve de forma precisa en unos minutos y con muy poco riesgo esa estructura cuando está dañada, y con muy buenos resultados".
El glaucoma se caracteriza por un aumento patológico de la presión intraocular. En muchos casos se debe, al menos en parte, al deterioro de esa "rejilla" microscópica que se encuentra dentro del ojo y cuya función es facilitar el drenaje del líquido que se forma continuamente en la cavidad ocular. Cuando esta "rejilla" se daña, se transforma en una barrera para la salida del líquido y esto origina un aumento de la presión.
En la Argentina solo en 2016 comenzaron a implementarse los nuevos avances quirúrgicos. Ese año se realizó la primera operación láser con diodo micropulso para el glaucoma. A fines de 2018 se realizó el primer procedimiento, conocido como Trabectome, y a principios de este año se pudo implementar por primera vez en el país la cirugía con la técnica Kahook Dual Blade.
"En palabras más coloquiales -explica el médico-, antes teníamos un martillo y no quedaba otra posibilidad más que usarlo por igual frente a clavos o tornillos. Hoy contamos con martillos, destornilladores y una caja de herramientas mucho más completa que nos permite individualizar y cuidar mucho mejor de nuestros pacientes".
Consultada acerca del procedimiento, la doctora María Angélica Moussalli, médica oftalmóloga y especialista en glaucoma y genética ocular, coincide en el avance que significa este nuevo procedimiento. "Hace algunos años -afirma-, aparecieron las cirugías de glaucoma microinvasivas o mínimamente invasivas (MIGS), que permiten tratar en el mismo momento las cataratas y el glaucoma. Son de rápida recuperación y menor tiempo quirúrgico".
Si no se trata, el glaucoma desemboca en una neuropatía óptica que se caracteriza por la pérdida progresiva de las fibras del nervio óptico. Al principio, en la mayoría de los casos no da síntomas, pero más adelante aparecen defectos en el campo visual y pérdida progresiva de la visión.
Según la Academia Norteamericana de Oftalmología, las personas con mayor riesgo de padecer glaucoma son los mayores de 40 años, parientes directos de personas con la enfermedad, presión ocular alta, hipermetropía (mala visión de cerca) o miopía (mala visión de lejos) que hayan sufrido alguna lesión en el ojo, que hayan utilizado esteroides prolongadamente, que tengan estrechamiento del nervio óptico, diabetes, presión alta, migrañas, mala circulación de la sangre u otros problemas de salud que afecten a todo el cuerpo.
En nuestro país se estima que más de un millón de personas padecen glaucoma, y según datos del Hospital Universitario Austral, esta patología afecta a más del 3% de la población de mayores de 40 años y al 7% de los mayores de 75 años.
En la mayoría de los casos, solo se manifiesta cuando la enfermedad está muy avanzada. El glaucoma no tiene cura, pero se puede controlar en la gran mayoría de los casos y, por lo tanto, limitar el avance de la pérdida visual.
Afirma Moussalli: "Les damos la bienvenida a las técnicas nuevas, ya que hace 25 años que realizamos la cirugía filtrante (que, dicho sea de paso, sigue siendo muy efectiva y es el gold standard) y vienen bien aires nuevos, pero debemos ser cuidadosos en la indicación, ya que por el momento esta técnica es para glaucomas leves a moderados, con buen cumplimiento de la farmacoterapia previa. Además, es más efectiva si se realiza en el mismo momento que la cirugía de cataratas".
Otro punto a tener en cuenta, aclara Moussalli, es que los efectos de la intervención pueden disminuir con el tiempo y el paciente debe saber que posiblemente deba volver a colocarse gotas, hacerse un láser selectivo o en su defecto la implantación de un stent o Goniotomía Kahook. "Todavía se necesitan algunos años para demostrar que esta nueva cirugía es más ventajosa que otras, así como sus perfiles de eficacia y seguridad. Sin embargo, esto no le resta méritos, ya que puede ser de gran ayuda en los casos correctamente indicados", concluye.
Pequeñas incisiones para calmar la presión ocular
Poco a poco se fueron desarrollando nuevas cirugías mínimamente invasivas para tratar diferentes dolencias oculares. Las utilizadas para tratar el glaucoma se vienen usando en el país desde 2016. Esta enfermedad daña progresivamente el nervio óptico y es la principal causa de ceguera irreversible en el mundo. Esta afección aqueja a más de 65 millones de personas y causó la pérdida de la visión en más de ocho millones, de acuerdo con las proyecciones de un estudio publicado recientemente.
Cecilia Selser