Giro: en la ciudad, las grúas solo podrán llevarse autos cuando estén obstruyendo el tránsito
La Legislatura porteña aprobó una reforma al Código de Tránsito y Transporte local
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La Legislatura porteña aprobó este jueves una ley que introduce una serie de modificaciones al Código de Tránsito y Transporte con el objetivo de reducir los motivos por los que un vehículo mal estacionado puede ser acarreado por las grúas.
El proyecto había sido impulsado por Roberto García Moritán, legislador de Republicanos Unidos (RU) y hombre de confianza de Ricardo López Murphy. El mismo limita los supuestos de acarreo solo para aquellos casos en los que resulte una medida imprescindible para el control y la regulación del tránsito y la circulación, alineando el interés de los operadores con la seguridad vial. De esa manera, busca lograr que el acarreo no se convierta en regla.
No obstante, esto no evitará que los infractores deban abonar la multa correspondiente por estacionamiento indebido, sino que solamente se evitarán tener que retirar el vehículo de las playas de acarreo y abonar también el costo de esa operación.
Cabe señalar que durante el debate en el recinto el diputado de Consenso Federal (CF), Eugenio Casielles, solicitó que se incorporara al expediente en tratamiento un proyecto de su autoría, el que revestía similitudes con el de García Moritán. Por lo tanto su iniciativa fue incorporada cómo expediente de cabecera, ya que había sido presentado antes que el del legislador de RU, aunque el que se terminó votando fue el del diputado que responde a López Murphy. También será el que regirá.
García Moritán explicó a LA NACION: “Es un proyecto simple, con resultados concretos, que busca hacerle la vida más fácil a la gente. Con esta nueva ley eliminamos el acarreo en casos de exceso de tiempo o no pago de estacionamiento tarifado o entrada a locales de espectáculos públicos, entre otros ejemplos”. Y remarcó: “Queremos que el acarreo sea la excepción, no la regla. Por eso, buscamos que este ocurra solo en casos de obstrucción de circulación”.
De esta manera, las modificaciones al mencionado código eliminan el acarreo de vehículos estacionados de forma transitoria en doble fila, cuando estén en locales de espectáculos públicos o frente a salas velatorias, cuando hayan superado el tiempo de estacionamiento medido que abonaron con anterioridad o no hayan pagado ese tarifado, o detenidos en un mismo lugar por más de 48 horas de forma ininterrumpida, entre otros puntos.
“Proponemos mejorar un sistema que perdió el sentido para el que fue creado. El Estado tiene que ser un aliado del porteño y los límites ayudan a evitar abusos. La razón de ser de que existan las grúas tiene que ser exclusivamente para garantizar un ordenamiento del espacio público y facilitar la convivencia en la ciudad”, concluyó García Moritán.
En tanto, la legisladora de RU Marina Kienast opinó que lo que se propone “es tan sencillo como proteger al máximo la propiedad privada, siempre y cuando no interfiera con los derechos del resto, y que el acarreo solo funcione cuando el vehículo está poniendo en riesgo la seguridad o el orden público”. Agregó: “Queremos un sistema que funcione, hoy por cualquier infracción el ciudadano se ve obligado no solo a abonar la multa correspondiente, sino también el acarreo”.
Por su parte, el vicepresidenta segunda del bloque del Frente de Todos (FdT), Claudia Neira, sostuvo que “el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, y antes el de Mauricio Macri, han generado un sistema de recaudación con el acarreo de automóviles que en realidad trastoca el sentido del sistema. Cuando uno observa, por ejemplo, que se llevan los autos más cercanos a las playas de acarreo aunque no estorben el tránsito y dejan durante horas un auto impidiendo la salida en un garage u obstruyendo una rampa, queda en evidencia que se ha desnaturalizado totalmente un sistema que debiera tener como objetivo el ordenamiento del tránsito y del espacio público”. Insistió en que “por ello la norma aprobada es lo que hoy en los hechos debiera hacer el Ejecutivo porteño con más sentido común y menos ansias recaudatorias”.
En tanto, el presidente de la Comisión de Tránsito y Transporte y diputado de Vamos Juntos (VJ), Matías López, concluyó que “este proyecto se alinea con las últimas medidas de regulación del tránsito implementada por la Ciudad en términos de contratación del servicio de acarreo a través de grúas”.
Antecedente
En línea con las palabras de López, a fines de septiembre pasado el gobierno porteño tomó el control provisorio del servicio de grúas, después de décadas de funcionamiento irregular y de intentos frustrados de normalizar los contratos.
La Ciudad tenía previsto reemplazar a las actuales concesionarias que hoy se reparten el patrullaje en las calles del microcentro, el Casco Histórico y otros sectores en diferentes barrios. Los plazos estipulados marcaban que antes de fin de año se debía preadjudicar la explotación del servicio a nuevos operadores para que entre mayo y junio de 2023 pudiesen comenzar a trabajar.
Sin embargo, en un giro inesperado, mediante un decreto el jefe de gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, puso fin a la concesión de Dakota y BRD, con contratos vencidos y prórrogas constantes desde 2001. Cada una de las firmas pagaba un canon mensual de $55.000, acarreaba un promedio de 345 autos por día y el costo del acarreo para el infractor era de $6525 (más la multa).
La norma también estableció que Autopistas Urbanas Sociedad Anónima (AUSA) se hiciera cargo del servicio desde hace poco más de un mes. Para eso, la Ciudad debió alcanzar un acuerdo con el sindicato de Camioneros, mediante el que se comprometió a mantener la totalidad de los empleados hasta que sean traspasados a las nuevas empresas asignadas al servicio.
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