García Belsunce: prisión para la familia
Guillermo Bártoli, el cuñado de la víctima, fue condenado a la pena de cinco años de cárcel; la única absolución fue para la masajista
Horacio García Belsunce (h.) no levantó la cabeza, su mirada estaba fija en dirección al suelo. Juan Carlos Hurtig se paró y les pidió tranquilidad a sus familiares, que no paraban de llorar. Guillermo Bártoli, desencajado y a los llantos, le rogó a la presidenta del tribunal, María Elena Márquez, un minuto para despedirse de sus hijos, que estaban conmovidos y, pocos segundos después, miró a Eugenio Blanco, uno de sus abogados defensores, y gritó: "¿Encima, preso? ¿Qué más quieren? ¡Que me torturen, ya!"
Carlos Fiorentino, secretario del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 1 de San Isidro, acababa de leer la parte dispositiva del fallo del juicio por encubrimiento del homicidio de María Marta García Belsunce, donde se ordenaba la inmediata detención de los tres familiares imputados; de Juan Gauvry Gordón, primer médico que revisó a la víctima y de Sergio Binello, un vecino del country Carmel de Pilar, donde 27 de octubre de 2002 ocurrió el crimen.
La única persona que resultó absuelta por los jueces Márquez, Alberto Ortolani y Ariel Introzzi Truglia fue la masajista de García Belsunce, Beatriz Michelini.
Bártoli, cuñado de la víctima, fue el imputado que recibió la mayor pena: cinco años de prisión; García Belsunce (h.), hermano de María Marta, fue condenado a cuatro años de cárcel; Hurtig, medio hermano de García Belsunce, fue castigado con tres años y medio de prisión; Gauvry Gordón y Binello deberán purgar una pena de tres años. Todos fueron encontrados culpables, según los jueces, del delito de encubrimiento agravado.
Los cinco condenados pasarán sus primeras horas como detenidos alojados en la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de San Isidro. Después, serán trasladados a un penal del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB). Las defensas presentarán pasado mañana hábeas corpus para tramitar la libertad.
Este fue el segundo juicio por el homicidio de García Belsunce. En 2007, el marido de la víctima, Carlos Carrascosa, fue condenado a cinco años y medio de cárcel por el encubrimiento del crimen pero, después, la Sala I de la Cámara de Casación Penal bonaerense lo sentenció a la pena de prisión perpetua por considerarlo coautor del asesinato.
Además, Constantino Hurtig, el padrastro de García Belsunce, deberá ser juzgado en un tercer debate oral por el caso, ya que se recuperó de una afección cardíaca y psiquiátrica que lo había dejado afuera del juicio que terminó ayer.
Bártoli llegó a los tribunales de San Isidro a las 13.30. Estaba convencido de que lo iban a condenar. Pero no había perdido la esperanza de que no lo enviaran a prisión. Según pudo saber LA NACION, Alejandro Novak, uno de sus abogados, le había recomendado que no se presentara en la sala de audiencias y que directamente fuera a la comisaría 1a. de San Isidro para quedar detenido.
"Tengo la sensación de que me van a condenar. Vine a una inquisición. Ya me cagaron la vida", había dicho Bártoli en la puerta de los tribunales, donde había llegado acompañado por su esposa, Irene Hurtig, media hermana de la víctima.
Poco después de conocer el fallo del TOC N° 1, Carrascosa habló desde el penal de Campana con Radio 10 y afirmó: "Ya han pasado nueve años [desde que ocurrió el crimen] y éste es otro palazo. Llevándolos a todos presos [por los familiares], así por televisión, no lo voy a entender nunca. Lamento haber sido tan iluso al creer en la Justicia".
Carrascosa, además, dijo que los fiscales no "investigaron los robos de Nicolás Pachelo [vecino de Carmel], la teoría de Missing Children [de que faltaba dinero de esa ONG], o la de los vigiladores privados [una supuesta banda organizada que se dedicaba a robar casas]".
La lectura del veredicto se demoró 90 minutos por problemas técnicos. A las 15.30, cuando los jueces ingresaron, la sala de audiencias del segundo entrepiso estaba colmada de familiares de los imputados y de periodistas. El equipo de prensa de la Suprema Corte de Justicia preparó un sector especial para seguir las alternativas de la jornada.
A las 15.35 la presidenta del tribunal explicó que en la sala debía privar el orden y e l respeto. Después, Fiorentino comenzó a leer la parte dispositiva del fallo.
Unanimidad
El veredicto condenatorio fue decidido por uninimidad, pero la decisión de ordenar la inmediata detención de los imputados fue por mayoría, con los votos de Márquez e Introzzi Truglia. Apenas Fiorentino dijo que el fallo era condenatorio, los familiares comenzaron a llorar. María Laura García Belsunce, hermana de la víctima, apoyó su mano izquierda sobre la espalda de Bártoli.
"Era lo que esperaba porque el tribunal tuvo una postura definida desde el principio. Los jueces actuaron suprimiendo la negligencia de la propia fiscalía. Sin conocer aún los fundamentos del fallo, condenar con los elementos que hay es un delirio. Además, ordenar la detención inmediata de Bártoli, suponiendo que intentará eludir la acción de la Justicia, no tiene sustento alguno", afirmó Novak a LA NACION.
Cuando salían de la sala de audiencias los familiares de los condenados estaban indignados. Los mayores insultos estuvieron dirigidos a Roberto Ribas, abogado de Michelini.
Gabriel Becker, abogado de Gauvry Gordon, estaba sorprendido por la decisión de que su cliente fuera enviado a la cárcel, pero se mostraba conforme con el veredicto porque el médico no había sido inhabilitado para ejercer su propesión.
Irene Hurtig estaba desconsolada "Me voy con dolor. El fallo es una locura total. Guillermo es inocente. Seguimos con el show y los verdaderos culpables están libres", dijo la esposa de Bártoli a LA NACION para después abrazarse con uno de sus hijos.
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