“¡Ganamos Rafi!”. La alegría de una familia bangladesí que vio el partido en su casa de Avellaneda
El hogar de Ruma y Alim Al Razi, en Avellaneda, fue protagonista de la victoria de la selección argentina contra Australia; establecidos en el país 2009, compartieron sus platos típicos entre recuerdos y la emoción del encuentro deportivo
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Dos banderines adornan la mesa debajo del televisor: una verde con un círculo rojo en el medio, y otra albiceleste. Bangladesh y Argentina, a 17.000 kilómetros de distancia en el globo, pero a menos de un metro en la casa de Ruma y Alim Al Razi.
El matrimonio bangladesí llegó a la Argentina, en 2009, con dos hijos: Rasha, de 6, y Rad, de 4. Ya en el país, a los hermanos adolescentes se les sumó Rafi, que hoy tiene 10.
La puerta de la casa en el partido de Avellaneda, al sur del Gran Buenos Aires, la abrió Rad. Desde temprano llevaba puesta una camiseta de la selección argentina con el número 5 de Leandro Paredes.
“Soy de Independiente, por el barrio”, confesó el joven que asiste al 4° año de una escuela técnica en la zona. Hoy, sin embargo, su foco está puesto en el partido entre la Argentina y Australia, decisivo para el pase del equipo de Lionel Messi hacia cuartos de final.
Ruma y Rafi aparecieron unos minutos después. Se habían alistado con camisetas argentinas para disfrutar del espectáculo deportivo en Qatar. El álbum del Mundial y las figuritas fueron parte de la conversación con el niño, que repasó aquellas que les faltaba y las que más le había costado conseguir. “Las de España son difíciles”, precisó.
A las 15.30, la familia ya se había instalado alrededor de una mesa con frutas y arroz con leche, todo preparado por Ruma. Sus hijos, no obstante, no comían, solo esperaban con tensión a que salga el equipo dirigido por Lionel Scaloni.
El primer tiempo
“¿Qué lo toca a Messi?, lo tienen que sacar”, opinó Rad sobre uno de los jugadores australianos cuando el capitán del equipo argentino consiguió el lateral previo al gol que puso al seleccionado 1-0, durante el primer tiempo.
Un grito de festejo y un salto de emoción invadieron el living de Ruma minutos después. Rad y Rasha, los más fanáticos, alzaron sus brazos y corearon por la selección albiceleste, emocionados.
“La mejor hinchada la tiene la Argentina”, sentenció la joven de 19 que en los próximos días celebrará su fiesta de graduación. Y sumó: “Mi jugador preferido es Julián Álvarez, a pesar de que soy hincha de Boca”.
Curry en el segundo tiempo
Después del entretiempo, un plato de arroz con carne y curry apareció en la mesa. Ruma, con un español cargado de acento bengalí, advirtió por el picante y ofreció que LA NACIÓN probara los sabores de su tierra.
El segundo gol de la selección argentina llegó con los nervios más calmos y la panza llena. “Se me fue el aire”, señaló Rasha cuando su ídolo anotó el tanto, y sumó sobre Álvarez: “Lo amo, es el mejor”.
En cada aparición de Messi, la familia arengaba por su gol y pedía a gritos que lograra sumar otro tanto. “Hoy superó a Maradona en la cantidad de goles anotados en un mundial”, destacó Rad, quien no dejó de estar atento a la pantalla en ningún momento.
“No, no”, gritó su hermana cuando Australia pudo achicar la distancia para el empate. Un silencio invadió la casa y los ánimos se volvieron a tensar. Rad mantenía las manos en su cara, se balanceaba nervioso y pedia ánimos para el seleccionado nacional.
Con la adición de siete minutos como tiempo complementario, Ruma se sorprendió. “Tienen que aguantar”, sumaron sus hijos.
Con la pitada final del árbitro y la consagración hacia cuartos de final del equipo nacional, la familia alzó sus brazos y respiró aliviada. “Qué duros fueron estos últimos minutos”, sentenció Ruma, quien festejó la victoria diciéndole a su hijo menor “¡Ganamos Rafi!”
Una transmisión atípica
Los hinchas argentinos en Bangladesh no quisieron perderse la última Copa América, en la que la selección argentina salió campeona. Con ayuda de sus familiares en la Argentina, lograron mirar y celebrar cada una de las victorias del equipo de Lionel Messi.
“Como en Bangladesh no la transmitieron, pusimos un trípode con el teléfono frente a la pantalla e hicimos videollamada con nuestra familia de allá durante todo el torneo”, explicó Rasha a este medio, quien sumó que debían permanecer despiertos por la noche para ver los partidos por la diferencia horaria.
Sobre la forma en que siguen conectados con su país de origen, Ruma, que se dedica al comercio en el barrio de Once, destacó: “Vamos a Bangladesh cada dos años, siempre en verano por las vacaciones escolares de los chicos”.
“En total hay entre 120 y 150 bangladesíes en la Argentina. La mayoría se estableció en Buenos Aires, mientras que en Mar del Plata vive una familia, y alrededor de cuatro están instaladas en Santiago del Estero”, comentó a este medio Alim Al Razi desde Estados Unidos, padre de la familia bangladesí en Avellaneda y presidente de la Cámara de Comercio Argentina-Bangladesí, quien además precisó que en Buenos Aires no existe un consulado del país.
Un amor antiimperialista
Bangladesh es un país al sur de Asia, a 17.000 kilómetros de la Argentina, que limita con India y Birmania. Es una nación muy densamente poblada que sufre las consecuencias de localizarse en una zona inundable del delta del río Ganges, por lo que los desastres climáticos son frecuentes y devastadores.
Su historia de amor con la Argentina comienza con Diego Maradona. Cuando en 1986, el futbolista le hizo el gol con la mano a los ingleses, los bangladesíes se sintieron identificados con la nación en desarrollo que le hacía frente, futbolística y militarmente en la Guerra de Malvinas, a quienes habían sido sus colonizadores. Bangladesh fue parte de la provincia de Bengala, una división de la India durante la administración de la corona británica.
Este sentimiento antiimperialista fue determinante para quienes sufrieron una dramática independencia -primero de la India, luego de Pakistán-, atravesados por conflictos étnicos y religiosos. El 16 de diciembre de 1971, tan solo 15 años antes de la “mano de Dios”, Bangladesh declaró su independencia.
“Fueron 200 años que los ingleses nos chuparon la sangre. Cuando ustedes tuvieron la Guerra de Malvinas, sentimos la misma sensación, el mismo dolor”, explicó Ruma, quien destacó que en su país la gente es “muy pasional y festiva”.
“Conocemos la Argentina por Maradona. Cuando él jugaba yo no había nacido, pero escuchaba hablar sobre él”, señaló Alamgir a LA NACIÓN, un joven de 35 años que hace 10 que vive en Buenos Aires. “Llegué al país de Maradona y estaba muy feliz”, confesó el comerciante, que tiene un local mayorista de artículos electrónicos en el barrio porteño de Once.
Cuando Maradona falleció, en noviembre de 2020, la comunidad bangladesí en la Argentina se puso triste. Sin embargo, adoptaron a Messi como su sucesor y hoy hincharon por su clasificación a cuartos de final en su comercio de la calle Perón al 2300. “Tenemos una pantalla de 60 pulgadas. Preparamos comida típica de Bangladesh e invitamos a toda la comunidad”, precisó Alamgir.
“La camiseta de la selección transmite desde hace años una locura por los colores y la pasión argentina. Antes con Diego y ahora con Leo. Es un orgullo que un país como Bangladesh hinche por nosotros. Intentaremos dar el máximo. Gracias a la gente de Bangladesh”, declaró el técnico argentino, Lionel Scaloni, ayer desde Qatar.
El jueves, la cuenta oficial de la selección argentina también agradeció a la fiel hinchada de este país del sur de Asia. “¡Gracias por el apoyo a nuestro equipo! ¡Están re locos como nosotros!”, escribió en su cuenta de Twitter.
Lionel Messi 🤜🤛 Bangladesh
— Liga Profesional Eng (@LigaAFA_Eng) November 28, 2022
🇦🇷🇧🇩
That's it. That's the tweet. pic.twitter.com/5QJBYDIgVD
Por su parte, la cuenta de Liga AFA en inglés también tuiteó una foto de Lionel Messi que fue modificada para que pareciera que sostenía la bandera de Bangladesh.
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