Galgos: empieza la temporada de carreras, en medio de un intenso debate
En el mayor canódromo del país, que está en Córdoba, resisten un proyecto de ley que busca prohibirlas; este mes, comienza la competencia más importante de la Argentina
INRIVILLE, Córdoba.- Mientras el proyecto de ley que busca prohibir las carreras de perros en el país -con media sanción del Senado- ya está en la agenda de la Comisión Penal de Diputados, en esta ciudad del sudeste cordobés, entre 120 y 150 canes participan en competencias semanales en el mayor canódromo del país, más conocido como "el Palermo de los galgos". Este mes, aquí empiezan las fechas para la competencia más importante de la Argentina: el Premio Nacional.
En esta localidad, preocupan los avances en el Congreso del proyecto que podría penar con prisión y multas a los organizadores y promotores de las competencias. El titular de la asociación civil que está detrás de las carreras, Carlos Ayala, señala a LA NACION que el Estado "debe regular" la actividad y advierte que las denuncias sobre el maltrato a los animales "no tienen fundamento". Las acusaciones por crueldad contra los perros son uno de los argumentos que fundamentan la iniciativa legislativa.
En el canódromo, que en las fechas importantes puede albergar a más de 6000 espectadores, el movimiento comienza a media mañana, cuando llegan los "perreros" acompañados por sus galgos con bozal y capa.
Media hora antes de que empiece la primera carrera, el rematador presenta a los galgos que participarán. Luego, los perros suben a la rotonda, donde los veterinarios los revisan. Después de correr, al ganador le hacen un análisis de orina para detectar estupefacientes.
Los veterinarios que están en el predio, Leandro Filipetti y Omar Deheza, explican que, por ahora, los laboratorios no reciben la sangre para detectar drogas de control como derivados arsenicados. "Hace dos años, cuando se comenzó con esto, en las pruebas de orina se detectaban más anfetamina, metanfetamina y cocaína -indica Filipetti-. Se avanzó y si se regula será mejor, porque se podrá hacer evaluación en sangre." La senadora rionegrina por la Alianza Frente Progresista Magdalena Odarda es la autora de la iniciativa que prohíbe las carreras. El proyecto establece penas de prisión de tres meses a cuatro años y multas de 4000 a 80.000 pesos para el que las organice o promueva.
La legisladora rechaza que la regulación sea una posibilidad: "Hay apuestas clandestinas que mueven mucho dinero y maltrato animal por uso de drogas para lograr un mayor rendimiento. Los animales son seres sintientes, no objetos de uso".
Mientras Ayala sostiene que la prohibición empujará a la ilegalidad, Odarda está convencida de que no será así. "Hay concientización en la difusión de derechos de los animales; valoro el control ciudadano", agrega, a la vez que admite que en Río Negro las carreras llevan 10 años prohibidas y "jamás se cumplió" la ley. En Santa Fe también están prohibidas y en Buenos Aires están autorizadas en canódromos creados y habilitados por ley.
Una de las voceras de la ONG Proyecto Galgo Argentina, que prefiere reservar su identidad por amenazas recibidas, insiste: "Las competencias no son una pasión, sino un negocio. Son clandestinas, las apuestas no tributan en ningún lugar. Para certificar que no hay maltrato, la única forma es con el control antidoping".
Ayala reconoce que el Estado no regula las apuestas: "Que venga, que cobre impuestos".
Proyecto Galgo Argentina y Unidos x los Animales, de la localidad de La Carlota, afirman que antes de correr los animales son inyectados y, en muchos casos, les dan una "chuza instantánea" (golpe eléctrico). LA NACION no detectó ninguna de esas prácticas en Inriville.
Susana Sgriccia, titular de Unidos x los Animales, denunció ante la Justicia las apuestas ilegales en una carrera en La Carlota y presentó jeringas que dijo haber encontrado en la zona de la competencia: "Hace mucho tiempo que intentamos terminar con esto. Abandonan a los perros que ya no corren. Nos enfrentamos a la desidia de las autoridades policiales y municipales".
Un galgo cachorro de buena genética puede costar entre 10.000 y 12.000 pesos. El ganador del Torneo Argentino 2015, "Adrianito", se vendió a Chile en 260.000 pesos. Esa competencia reparte premios por 250.000 pesos.
"Una cosa es cómo los cuidan para que corran y otra antes de las carreras", reiteran los protectores. Del otro lado la respuesta es que ninguno "mata o maltrata".
El legislador oficialista Daniel Passerini trabaja en un proyecto de regulación que abarca no sólo lo relacionado con las condiciones de trato del animal, sino también con las apuestas. "No están prohibidas en Córdoba, pero tampoco normadas -admite-. Hay municipios que expresamente las prohibieron. Lo mejor es poner reglas y controlar."
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