Con más de una hora y media de demora, el goleador llegó en autobomba luego de pasar por otras localidades vecinas
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CALCHÍN, Córdoba.– “El Juli”, como lo llaman aquí, se hizo esperar. Las esquinas de Calchín y los primeros kilómetros de la ruta que dan acceso a este pequeño pueblo cordobés de 18 cuadras por nueve empezaron a llenarse a las 17. No solo vecinos: personas de todos las localidades cercanas, e incluso de las provincias de Catamarca y Tucumán, se acercaron esta tarde para recibir a Julián Álvarez, el goleador más joven de la selección argentina, en su regreso triunfal de Qatar.
Pero el futbolista de 22, cuya llegada estaba prevista para las 18, se demoró en otros pueblos. Los tiempos de la agenda que le había organizado desde el municipio local eran demasiado optimistas. Llegó a la provincia después del mediodía en un avión privado que aterrizó en Arroyito, donde vive su tío y donde él se hospeda, en el Hostal El Arroyito. Luego pasó, subido a un autobomba y seguido por una caravana interminable, por Sacanta, el pueblo siguiente, hasta que alrededor de las 19.40 finalmente pisó su pueblo natal.
Álvarez ingresó al estadio del Club Atlético Calchín como un héroe, atravesando un pasillo formado por los jugadores de las inferiores del club de su infancia y ovacionado por una multitud que se agolpaba sobre los alambrados de la cancha para poder saludarlo.
“Julián, un hijo de Calchín, el jugador del pueblo –lo aclamaba Denis Negro, un presentador de espectáculos de la zona, desde el escenario–. Cuando Julián Álvarez era Juliancito, ¡la pelota era solo suya!”. Mientras él saludaba al público, rodeado por ocho guardaespaldas, de fondo, se proyectaba a ambos lados del escenario un video de sus goles, tanto aquellos que hizo con tan solo 5 años en la cancha que hoy lo recibió, como los que hizo en la Copa del Mundo 2022.
La fiesta se organizó en apenas dos días, luego de que un mensaje enviado por el padre del jugador a un vecino el lunes pasado alertara al pueblo de que su ídolo llegaría de visita hoy. En 48 horas, la comisión directiva del club y la intendencia organizaron el evento más grande e importante de la historia del municipio.
“Si me preguntás cómo lo hicimos, la verdad, no sé”, dijo más temprano a LA NACION, Lucas “El Ganga” Lamberti, de 35 años y miembro de la comisión directiva del Club Atlético Calchín, donde La Araña jugó y se lució como principal estrella hasta sus 16 años.
Pero, al publicarlo en sus redes, los preparativos se salieron de control. Empezaron a llegar mensajes de toda la provincia –e incluso de provincias limítrofes– y los organizadores llegaron a calcular que, en vez de 5000 personas, podrían llegar a reunirse hasta 20.000. La estimación generó temor e incretidumbre entre los habitantes del pueblo, que no supera los 3000 habitantes.
Desde la municipalidad, todavía no saben calcular cuántas personas efectivamente asistieron, pero celebran que pudo mantenerse el orden.
Solo bastó que “Juli” dijera “Buenas tardes” para que el público estallara en gritos. Luego se calmaron para escucharlo hablar. “Muchas gracias a todos, agradecido de por vida por el cariño, por el apoyo. Es difícil describir en palabras lo que se siente. Pido disculpas por no poder responder todos los mensajes de cariño, de apoyo. Pero sepan que los veo, que llegan, que me hacen sentir muy bien”, detalló desde el escenario montado en la cancha.
El joven no solo fue nombrado ciudadano ilustre esta tarde y recibió las llaves del pueblo. Mientras estaba en el escenario, el presidente el club en el que aprendió a jugar al fútbol le comunicó que, a partir de ahora, la cancha pasará a llevar su nombre.
Al discurso del jugador, que estuvo vestido con la camiseta de la selección argentina y llevaba colgada la medalla del campeón, le siguió un recital de Los Caligaris, también cordobeses, que estaban de vacaciones pero hicieron una excepción para poder presentarse en este evento. La fiesta solo se vio interrumpida cuando, apenas iniciado el recital, las luces de todo el predio se apagaron. Por suerte, el desperfecto pudo solucionarse en unos pocos minutos.
La banda no solo tocó sus clásicos, en los que participó cantando Julián; también tocó una canción compuesta para Álvarez, que entre otras frases, decía: “Con humildad y sencillez, se convirtió en goleador del River Plate”.
La humildad del jugador es un aspecto que destacan muchos de sus vecinos. En medio de su discurso, el presentador también lo remarcó: “La humildad, eso no lo pierdas nunca, porque es lo más lindo que tenés”, le dijo desde el escenario.
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