Fuerte rechazo: “Estupideces”, “Una locura”, “Fuegos artificiales” y otras críticas de expertos en educación a Benegas Lynch
El diputado de La Libertad Avanza sugirió que la educación no debe ser obligatoria y que los padres pueden hacer trabajar a sus hijos en lugar de mandarlos a la escuela
- 7 minutos de lectura'
Va en contra de los derechos de los menores a educarse y a no trabajar. Desconoce la idea de que las personas menores de 18 años son sujetos de pleno derecho. Esos fueron algunos de los argumentos que fundamentaron el fuerte rechazo de la oposición y especialistas en educación a los dichos de Alberto “Bertie” Benegas Lynch quien ayer planteó que la educación no debería ser obligatoria y sugirió que los padres pueden hacer trabajar a sus hijos en lugar de mandarlos a la escuela.
“Yo no creo en la obligatoriedad de la educación”, afirmó Benegas Lynch, hijo de quien el presidente Javier Milei considera su “prócer” y diputado nacional de La Libertad Avanza por la provincia de Buenos Aires.
Consideró que es “responsabilidad de los padres” y que no debería intervenir el Estado. “Vos a tu hijo le querés dar lo mejor y muchas veces puede pasar, y sobre todo en la Argentina, que no te podés dar el lujo de mandar a tu hijo al colegio porque lo necesitás en el taller con el padre trabajando”, dijo en una entrevista con Romina Manguel en FM Milenium. “¿Cómo va a ser el Estado quien decide sobre el chico? A mí no se me ocurre una cosa tan invasiva”, expuso.
Guillermina Tiramonti, investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), consideró: “Benegas Lynch lanza fuegos artificiales a la tribuna para hacerse ver. La Argentina optó por la educación obligatoria a fines del siglo XIX y hemos mantenido ese principio hasta hoy. Lo que la sociedad debe discutir no son las provocaciones de Lynch sino cómo hacer para sacar el sistema del declive en el que quedó después de 20 años de administración K”.
“No comento estupideces”, fue la rotunda respuesta de Mariano Narodowski, académico asociado al Observatorio de Argentinos por la Educación, ante la consulta de LA NACION.
“Es una locura. Creo que no hay que ni discutirlo, pero no hay que menospreciarlo ni subestimarlo tampoco. No está descontextualizado de otras políticas públicas: la discusión sobre el adoctrinamiento y quién tiene que poner los recursos educativos, la pelea con las universidades públicas y con los gobernadores. Detrás hay un objetivo que tiene que ver con la instalación de una narrativa que lleve adelante una discusión sobre si todos tenemos derecho a la educación, en un gobierno que se plantea la batalla cultural como objetivo”, analizó Flavio Buccino, docente y especialista en gestión educativa.
Y agregó: “Desde fines de siglo XXIX se planteó la necesidad de la obligatoriedad de la educación porque era necesario incorporar a los hijos de los inmigrantes para la construcción de la ciudadanía. La obligatoriedad no garantiza calidad, pero construye una dinámica diferente, una base de donde partir, una posibilidad de mejora, la plataforma que una sociedad tiene pensando en la mejoría de generaciones futuras. Los verdaderos liberales lo pensaron así”.
El concepto de obligatoriedad fue ampliándose a lo largo del tiempo. Julio Argentino Roca, a quien los liberales suelen elogiar, fue quien firmó y promulgó la ley 1420, sancionada en 1884, que establece la educación primaria común, gratuita y obligatoria.
Contra la ley
El planteo de Benegas Lynch va, además, en contra del marco legal actual. La Ley de Educación Nacional N°26.206 establece la obligatoriedad desde los cuatro años hasta la finalización del secundario. En tanto, la ley N°26.390 prohíbe el trabajo infantil en Argentina.
Se suma, además, la Convención de los Derechos del Niño -el instrumento internacional ratificado por 196 países, con excepción de Estados Unidos- que protege el derecho de los menores contra la explotación económica y el desempeño de cualquier trabajo que pueda ser peligroso o entorpecer su educación.
Trabajar aleja a los chicos y las chicas de su derecho a aprender, jugar y crecer felices.
— UNICEF ARGENTINA (@UNICEFargentina) April 7, 2024
Para cada infancia #DerechoALaEducacion pic.twitter.com/4rZKF0BVd9
Alejandro Morduchowicz, especialista en Planeamiento Educativo, apuntó: “Asombra la ligereza de estas declaraciones. La obligatoriedad no surgió como un derecho sino como una necesidad del propio sistema capitalista. Los beneficios que genera la educación no solo para quien la recibe, sino para el resto de la sociedad (llamados “externalidades positivas” en la jerga económica) indujeron a que fueran los Estados quienes la financiasen, la hicieran obligatoria y la regulasen”.
LA NACION intentó contactar a la Secretaría de Educación conducida por Carlos Torrendell para conocer su postura sobre los dichos de Benegas Lynch, pero al cierre de esta nota no obtuvo respuesta. En tanto, voceros oficiales del Ministerio de Capital Humano –del que depende la secretaría y a cargo de Sandra Pettovello– se diferenciaron.
“La educación obligatoria fue propuesta en el contexto del pensamiento humanista liberal justamente para promover la libertad de los menores tutelados por adultos. Esto permite que los niños puedan educarse, ampliando sus horizontes, para desarrollar un proyecto de vida propio en el contexto de culturas cada vez más complejas, lo que vuelve imprescindible una alfabetización integral. Es cierto que la educación obligatoria ha derivado muchas veces en el adoctrinamiento o en monopolio ideológico. Pero de esto no deben seguirse falsas soluciones que caen en otros absolutismos, como el de los padres sobre los hijos”, indicaron.
“El Estado tiene que regular y promover la libertad educativa de toda la sociedad, autolimitándose y limitando el abuso de poder de otros agentes. Y las familias y la sociedad civil potenciar la educación no formal y formal para ampliar las esferas de la libertad humana”, cerraron.
“Las ideas de Benegas Lynch representan el camino de la decadencia de la Argentina sin educación. En un país con 60% de pobreza infantil hay que poner los esfuerzos en acordar de una vez por todas cómo vamos a sacar a la educación de la enorme crisis en la que está. No tengo dudas que la sociedad, sin importar la condición social, considera que la educación es la base para el desarrollo personal y del país en su conjunto”, consideró Mónica Marquina, investigadora del Conicet a cargo de los equipos de Educación de la Fundación Alem.
Delicada situación educativa
Cifras que grafican la delicada situación educativa sobran. Solo 13 de cada 100 estudiantes completaron sus 12 años entre el nivel primario y secundario en el tiempo esperado (sin repetir ni abandonar) y con conocimientos satisfactorios de lengua y matemática, según un informe, del Observatorio de Argentinos por la Educación.
Los últimos resultados de las pruebas PISA, muestran que siete de cada diez estudiantes argentinos no logran el nivel mínimo de desempeño en matemática. En tanto, en lectura y ciencia, son cinco de cada diez los que no alcanzaron los niveles básicos.
Solo en tres países -Bután, Papúa Nueva Guinea e Islas Solomon- la educación no es obligatoria. “El mundo entiende que la educación debe ser obligatoria”, tuiteó Germán Lodola, exsecretario de Evaluación e Información Educativa durante el gobierno de Alberto Fernández.
“Y el mundo entiende que cuantos más años de educación obligatoria mejor, como en Argentina”, agregó el politólogo que aportó estadísticas propias elaboradas con indicadores actualizados al septiembre de 2023 por el Banco Mundial y la Unesco. Según estas la educación inicial, primaria y secundaria es obligatoria en el 14,1% de 195 países, en un 24,5% solo la primaria y en el 61,3% de los países la primaria y la secundaria.
El mundo entiende que la educación debe ser obligatoria (salvo Bután, Papúa Nueva Guinea e Islas Solomon, donde no lo es).
— German Lodola (@GermanLodola) April 7, 2024
Y el mundo entiende que cuantos más años de educación obligatoria mejor, como en Argentina. pic.twitter.com/I6f0u6LZIs
El exministro de Cultura durante la gestión de Cambiemos, Pablo Avelluto, tuiteó: “Mi papá tuvo que empezar a trabajar a los 8 años. Nacido en 1938 e hijo único de madre soltera, en su casa no hubo alternativa. Lamentablemente, falleció hace muchos años. De estar vivo, iría a trompear al diputado ignorante para contarle de qué se trata el trabajo infantil”.
La diputada Marcela Campagnoli (Hacemos Coalición Federal) resumió: “Es decir, avalás el trabajo infantil y que se eduquen solo las elites”.
Otras noticias de Educación
- 1
Ya tiene fecha el comienzo del juicio a la enfermera acusada de asesinar a seis bebés
- 2
Un vuelo de Aerolíneas Argentinas tuvo problemas cuando pasaba por Río de Janeiro y debió regresar a Buenos Aires
- 3
La advertencia de un psicólogo sobre los festejos en Navidad: “No hay que forzar a nadie”
- 4
En la ciudad. Lanzan un programa para que los mayores de 25 terminen el secundario en un año: cómo inscribirse