Preocupa el ausentismo del personal de salud, que hace resentir la atención en plena tercera ola de Covid
El sistema de salud, público y privado, empieza a padecer el faltante de recursos humanos por estar contagiados o ser contacto estrecho; polémica por la reducción del tiempo de aislamiento
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La respuesta del sistema sanitario se está resintiendo con la misma velocidad que se multiplican los casos en esta nueva ola de Covid. Sean públicas o privadas, las instituciones aumentan los pedidos internos o las búsquedas externas para cubrir guardias y hasta servicios completos que quedan sin profesionales por contagios o aislamientos, mientras que se empiezan a modificar los protocolos para evitar que flaquee todavía más la atención en general.
El Gobierno salió a anticipar que reducirá el aislamiento y los criterios de testeo para el personal esencial, que incluye a poco más de 935.000 trabajadores de salud en el país. Este fin de semana, la provincia de Buenos Aires avanzó al disponer que el personal que sea contacto estrecho de un positivo “ya no deberá aislarse” si no tiene síntomas, tiene la vacunación al día con el refuerzo o completó el esquema inicial hace menos de cinco meses o si tuvo Covid en los tres últimos meses.
Justificaron la decisión dado “el notable aumento de casos de Covid-19 de las últimas semanas y el actual contexto de tensión que eso genera en el sistema sanitario”.
En el Ministerio de Salud de la Nación aún no tienen una estimación de la magnitud del ausentismo en el sistema sanitario y el Ministerio de Salud porteño lo ubicó entre el 20% y el 25%, ante la consulta de LA NACIÓN. En el sector privado es de entre el 20 y 30%, mientras que, ayer, en una empresa del sector de atención de urgencias tenía el 37% de los médicos desafectados del servicio por Covid.
“Tenemos una enorme preocupación por el nivel de saturación, lo que genera tiempos de espera superiores a los habituales y demoras en la atención, que se ve reflejado en el malestar de los pacientes”, dijo José Sánchez, presidente de la Federación Argentina de Prestadores de Salud (FAPS). “Nos preocupa que los prestadores de todo el país tenemos una gran cantidad del personal de salud aislado por ser contacto estrecho o con Covid positivo, lo que disminuye nuestra dotación y hace que la situación se tense aún más –continuó–. Nos solidarizamos con todas las personas que conforman el personal de salud que han sido agredidos en los últimos días y le pedimos a la sociedad que entienda que estamos atravesando otro momento crítico de la pandemia. Estamos en constante diálogo con el Ministerio de Salud, analizando día a día la situación y los pasos por seguir”.
Desde la Confederación Médica de la República Argentina (Comra) coincidieron con el diagnóstico de situación a través de la información que reciben de sus filiales. Los equipos de salud se están resintiendo no solo por el aislamiento, sino también porque hay personal que no quiere volver a trabajar porque no quiere exponerse.
“Hay una alta demanda en todos los servicios, desde los testeos y el primer nivel de atención. Y esto genera mucha tensión. Esta ola está afectando mucho al equipo de salud desde el personal de limpieza, los técnicos, los profesionales, con un alto porcentaje que enfermó aunque está con el esquema de vacunación completo. Si bien los síntomas son principalmente leves a moderados, ese grupo tiene que estar aislado”, describió Jorge Coronel, presidente de la Comra.
Eso dispara, a la vez, el temor a la reinfección y las secuelas que podrían aparecer. “Estamos viendo casos en los que después de esta nueva infección, no quieren volver a exponerse. Ante esto, estamos elaborando una normativa para que se tenga en cuenta este impacto que puede tener esta afección más adelante en el personal. Por esto, el equipo de salud se va mantener en estado de alerta”, sostuvo.
Testear, la clave
No fue posible conocer la magnitud del ausentismo en el sector público o su alcance en todo el sistema sanitario del país. En la cartera sanitaria nacional, según se indicó, estaban evaluando ese dato.
Sin embargo, profesionales que trabajan en hospitales como en centros privados coincidieron en que el impacto es similar en ambos casos, con búsqueda de personal para poder cubrir las guardias y reforzar la atención en servicios que siguen atendiendo los demás problemas de salud.
Marcelo García Diéguez es profesor del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Nacional del Sur y exdirector nacional de Capital Humano del Ministerio de Salud. Evaluó que, dada la contagiosidad de delta y ómicron, más el contexto de reuniones de fin de año, es “entendible” la preocupación que están generando en las autoridades y los prestadores las deserciones entre el personal por ser contacto estrecho. “El número de casos hace que la posibilidad de contagios aumente –dijo–. Es un problema para el sistema sanitario”.
Pero lo que más le preocupa es que en las medidas que se están tomando se recomiende el testeo, pero no se refuerce su rol vinculado al aislamiento, como en otros países. “Con esto se minimiza el rol del testeo y ese es no es un tema menor –señaló–. Se puede reducir el tiempo de aislamiento, pero sin que se escapen los positivos”.
A esto se suma el contexto en el que se encuentran trabajadores, después de dos años. “Están cansados, con un aumento de las consultas enormes las guardias, por la demanda de testeos. Prácticamente no tuvieron descanso cuando bajó el trabajo –indicó García Diéguez–. Los reclamos salariales están a la orden del día y, en este contexto de personal mal pago, con signos de burnout, no se puede dejar de lado las formas en que se toman las decisiones. Hay un contexto de confrontación que, otra vez, pone a los profesionales en la posición de ‘Nos aplauden, pero no nos tienen en cuenta’. Es más un problema político que de gestión sanitaria: cuando los profesionales plantean el desgaste por el cansancio, no son escuchados”.
Graves dificultades
En las últimas horas, los directores de centros privados de salud plantearon a través de un comunicado que la desafectación del personal por Covid o haber sido contacto estrecho de un positivo está creando “graves dificultades” para mantener a los centros funcionando normalmente. “El nivel de ausencia aumentó el 100% en los últimos días” con respecto de lo esperado para esta época del año, estimaron desde Adecra+Cedim, que también integra la FAPS.
La Unión Argentina de Salud (UAS), que representa a los prestadores privados, estima en un 30% el ausentismo entre los médicos por ser contacto estrecho o tener síntomas leves. En las unidades de cuidados críticos y las guardias, oscila entre el 20 y 30%, mientras que en el sector de enfermería es levemente más alta esa proporción. “Hay mucho personal de vacaciones también. Estamos apelando a pedirles a los médicos que por lo menos colaboren con las guardias clínicas porque no damos abasto en la actividad privada”, dijo Roberto Villavicencio, integrante de la UAS, director del grupo Oroño y miembro de la Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privado de Rosario. “La enfermedad no Covid también está con una demanda importante y hay que tener un equipo de guardia Covid y otro no Covid. El sistema sanitario está sumamente complicado”, agregó.
Desde el sector, están a favor con la decisión que anticipó el Ministerio de Salud de la Nación de reducir el aislamiento para los contactos estrechos en el personal esencial. “El personal de salud está protegido con la vacunación. Hay países que limitaron el aislamiento de los contactos estrechos a entre tres y cinco días, mientras que acá es de entre siete y diez días”, argumentó Villavicencio.
Pero eso también está generando resistencia. La Asociación de Médicos Municipales de la Ciudad de Buenos Aires (AMM) se declaró “en estado de alerta”. No están de acuerdo con que existan distintos criterios sobre caso sospechoso para el equipo de salud y la población general, ya que los contagios se están dando en la comunidad. “¿Por qué no reforzamos el trabajo, cuidamos al personal de otra manera? Que una sociedad tenga más de una definición para el manejo de los contactos estrechos terminará por modificar qué es contacto estrecho”, planteó Jorge Gilardi, presidente del gremio.
Hoy, a las 11, el Ministerio de Salud porteño citó a una reunión con expertos. “También deberíamos estar ahí”, sostuvo. “Hay problemas en las guardias y los servicios de los hospitales. ¿Y si después nos explota más la bomba en la mano? Si soy contacto estrecho y voy a trabajar, ¿por ser personal de salud no voy a contagiar? Se está armando un problema grande”, opinó Gilardi.
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