“Fue una provocación”: tensión cuando Milei salió al balcón de la Rosada en medio del reclamo universitario en Plaza de Mayo
El Presidente, junto a Mondino y Santiago Caputo, se asomó mientras docentes y alumnos desarrollaban más de 100 clases públicas en reclamo por presupuesto para las instituciones
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En la Plaza de Mayo, la Asociación Gremial Docente en conjunto con estudiantes de la Universidad de Buenos Aires organizaron esta mañana más de 100 clases abiertas, distribuidas en varios puntos del emblemático espacio porteño. Esta iniciativa forma parte de una serie de acciones destinadas a destacar la importancia de la educación superior gratuita y su accesibilidad, en el contexto del conflicto que enfrenta a los distintos actores de ese nivel educativo con el Gobierno por el presupuesto para las instituciones.
Desde temprano en la jornada, la atmósfera se cargó de tensión y expectativa. Bajo el lema “Universidad de los trabajadores y al que no le gusta, se jode”, los participantes –estudiantes, docentes y otros ciudadanos– comenzaron a congregarse, expresando su descontento con la actual gestión del sistema educativo. Los cánticos y consignas resonaban, creando un eco de demanda por la cuestión presupuestaria.
La manifestación tuvo lugar en las inmediaciones de la Casa Rosada, donde se habían colocado vallas de seguridad para controlar el flujo de los asistentes. A medida que avanzaba la mañana, la intensidad de los cánticos aumentaba, señal de un creciente fervor entre los manifestantes. En un momento dado, una de las vallas se abrió para permitir el acceso a diversos funcionarios, lo que fue aprovechado por un grupo de estudiantes y docentes para avanzar hacia la sede gubernamental, incrementando la vehemencia de sus reclamos.
La situación alcanzó un punto crítico cuando desde el balcón de la Casa Rosada aparecieron el presidente Javier Milei, la canciller Diana Mondino y Santiago Caputo, entre otras figuras. Su presencia intensificó las reacciones de la multitud, que respondió con cánticos aún más fuertes y decididos. Durante estos momentos, se produjo un intercambio verbal entre algunos militantes del partido La Libertad Avanza y los manifestantes, lo que agregó tensión adicional al evento. Sin embargo, no escaló a mayores, permitiendo que la protesta continuara de manera pacífica.
“Fue una provocación, sabía que estábamos acá y salió a reírse de nosotros. Esto demuestra lo importante que es la educación pública y la necesidad de defender nuestros derechos”, expresó Nicolás Martínez, estudiante de Ciencias Sociales, en declaraciones a LA NACION. Durante el encuentro, un grupo de turistas norteamericanos, desconcertados por el tumulto, se acercaron para entender qué ocurría. Un docente de la Asociación Gremial Docente de la Universidad de Buenos Aires (AGD UBA) les explicó en inglés las razones detrás de los reclamos y la relevancia de las universidades en la lucha por la educación gratuita.
Más tarde, el Presidente volvió a asomarse al balcón por segunda vez en el día, con motivo de su cumpleaños 54, lo que encendió aún más la furia de los manifestantes que estaban presentes. Al grito de “Milei basura, vos sos la dictadura”, las personas comenzaron a acercarse nuevamente a las vallas de seguridad.
Entre risas y saludos a los pocos que lo apoyaban desde las cercanías, el mandatario se mantenía en su lugar. Sin embargo, la calma duró poco, ya que los manifestantes intensificaron su acercamiento. Un grupo de militantes de Libres del Sur desplegó su pancarta y la apoyó sobre las vallas como forma de protesta.
Simultáneamente, un grupo de libertarios comenzó a cantar el “Feliz cumpleaños” al Presidente, lo que generó una reacción de insultos y enojo por parte de los manifestantes que se encontraban del otro lado de las vallas.
“Libres sin K” fue el canto que resonó desde un grupo de 16 militantes libertarios, quienes, siguiendo indicaciones del equipo de seguridad presidencial, se dirigieron hacia el costado de la Casa Rosada. La medida fue tomada para alejar a los libertarios del área principal y evitar la confrontación directa con los manifestantes, quienes mantenían un fuerte grito de oposición contra el presidente Javier Milei.
Sin embargo, el episodio quedó en una confrontación verbal y no escaló más allá de eso.
Clases públicas
Las clases públicas continuaron alrededor de la Pirámide de Mayo, con la participación de diferentes sectores educativos. Entre los presentes se encontraban representantes de AGD Pellegrini, Filosofía y Letras, Ciencias Sociales, AGD CNBA del Colegio Nacional, el Centro de Profesionales por los Derechos Humanos y diversos centros de estudiantes, como el del IES N°1 y el Joaquín V. González.
La convocatoria se desarrolla a la par del octavo paro docente y no docente en las universidades nacionales en poco más de dos meses.
“Estas clases públicas son para reivindicar la educación como derecho fundamental y para protestar contra los recortes que afectan directamente a la calidad académica”, comentó Laura Castro, estudiante de Filosofía y Letras, a LA NACION. Explicó que la acción no solo busca visibilizar los problemas actuales, sino también “educar a la comunidad, incluidos los visitantes internacionales, sobre el valor inestimable de la educación pública en nuestra sociedad”.
“Estamos aquí porque es el lugar donde históricamente se han manifestado las grandes luchas sociales del país. Es simbólico enseñar en este espacio; es como decir que la educación está en el centro de la escena nacional”, explicó Rodrigo Urbina, un jubilado de 88 años que decidió acompañar a las universidades en esta jornada.
Los estudiantes, por su parte, articulan sus demandas a través de estas clases. “Queremos que el Gobierno reconozca la educación como una prioridad. No estamos solo reclamando más presupuesto, estamos defendiendo nuestro derecho a una educación de calidad y accesible para todos”, señaló Sofía Álvarez, estudiante de Ciencias Sociales, a LA NACION. En un tono similar, Nicolás Palacios, estudiante de Derecho, agregó: “Es fundamental que la educación se mantenga pública y no se convierta en un privilegio. Aquí, en Plaza de Mayo, demostramos que nuestra lucha es visible y que no vamos a ceder fácilmente”.
La elección del lugar no es casual, como destacan varios participantes. “Dar clases aquí es un acto de reivindicación histórica y educativa. La Plaza de Mayo vio muchas de nuestras peleas por los derechos humanos y ahora es el turno de la educación”, comentó una docente de Ciencias Exactas.
Dentro de las expresiones, algunas también fueron directamente en contra del presidente Milei. “Las declaraciones de Milei nos preocupan profundamente. Plantear la privatización de la educación como solución es ignorar la realidad de miles de jóvenes que dependen de la universidad pública para progresar”, afirmó Emiliano Gauna, estudiante de Economía, a LA NACION.
No obstante, la semana pasada, el mandatario aclaró en declaraciones periodísticas que “está fuera de discusión” que la universidad siga siendo pública. “Acá no está en discusión la universidad pública y no está en discusión el tema de que sea no arancelada. Gratuita no es, es no arancelada. Alguien la está pagando, la pagan los que no van. El que va [a la universidad] es beneficiario neto, el que no va es un pagador neto. No es que es gratis. Pero no está en discusión ni la universidad pública ni que sea no arancelada”, dijo Milei en LN+.
Irrupción
Mientras las clases públicas transcurrían con normalidad, un grupo de artesanos y artistas irrumpió en la escena entonando cánticos como “Los artesanos vamos a luchar”. Esta intervención provocó una interrupción notable, generando distinciones entre los docentes y los alumnos, quienes se vieron imposibilitados de continuar con las clases debido al incremento del ruido. Sin embargo, luego de un breve diálogo con un representante de la AGD UBA, se restableció el silencio y decidieron continuar la protesta rodeando la Pirámide de Mayo con aplausos. En ese momento, una señora se sumó a la manifestación con una cacerola en mano, acercándose a las vallas de seguridad y gritando a los policías: “¡La educación pública no se vende, se defiende!”
La situación también se tensó cuando dos transeúntes, desde el otro lado de la plaza, gritaron: “¡Viva la libertad, ustedes no entienden nada, vayan a trabajar!”, provocando molestias entre los presentes. A pesar de la provocación, los manifestantes decidieron no responder y continuaron con su acto pacífico.
El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) también dijo presente en la jornada de clases públicas. Al lado de las áreas destinadas para la enseñanza, instalaron un cartel que proclamaba: “En defensa de la universidad pública y la ciencia en la Argentina”. Científicos del organismo se agruparon alrededor de mesas informativas, donde discutieron temas de relevancia científica y ambiental, como la conservación de los humedales, el manejo de inundaciones en la ciudad de Buenos Aires y la protección de la fauna local.
En un cartel colocado en la Plaza de Mayo como parte de las clases públicas anuncia las actividades centrales de la jornada. Bajo el título “Más de 120 clases públicas en Plaza de Mayo”, se detallan las diferentes propuestas educativas y debates que desarrollan durante el día.
Desde el sector educativo, se hizo un llamado a interrumpir momentáneamente las clases públicas para sumarse a la marcha en defensa de la salud pública, que se unía a la manifestación. Varios manifestantes, con banderas levantadas desde la Plaza de Mayo, comenzaron a caminar hacia la movilización por la salud. “Estamos peleando por lo mismo: por aumento de salarios, por más presupuesto, para garantizar la salud y la educación del pueblo argentino”, expresó uno de los oradores. Instaron a no dejar sola a la salud pública y a unirse en un reclamo conjunto con la universidad pública.
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