Franja costera rocosa y seis islas con una fauna fascinante: así es el nuevo Parque Nacional de la Argentina
Islote Lobos, en Río Negro, es el el parque número 40 del país, y cuenta con una fisonomía muy singular
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La Argentina ya tiene 40 Parques Nacionales: el Congreso de la Nación aprobó una ley para la creación de Islote Lobos, en el Golfo San Matías, provincia de Río Negro.
Esta provincia contará así con dos Parques Nacionales: el más antiguo, Nahuel Huapi, punto de partida para todo el sistema de áreas protegidas creado sobre la Cordillera de los Andes, y el más reciente, creado por ley ayer, sobre el océano Atlántico.
Islote Lobos está conformado por 20.000 hectáreas que incluyen seis islotes pequeños situados a unos 50 kilómetros del balneario Playas Doradas, en el Departamento de San Antonio, de Río Negro.
Tiene una fisonomía poco común: es una franja costera rocosa que alterna entre islas y península cuatro veces al día, al ritmo de los pleamares y bajamares. Un sitio de mar y costa de una belleza inexpugnable, poco transitada por el hombre donde predominan las colonias de lobos marinos, pingüinos de Magallanes, entre otra fauna marina.
El nuevo parque comprende un conjunto de seis islotes: el primero, Lobos, da nombre al área protegida. Luego, en dirección a Playas Doradas se encuentran La Pastosa, Redondo, Ortiz Norte, Ortiz Sur, y La Islita de los Pájaros.
La zona no solo tiene lobos marinos y pingüinos: hay especies amenazadas como el petrel gigante, el flamenco austral, el chorlito ceniciento y el playero rojizo, entre otros.
Además, el área que tiene una fisonomía de playa rocosa con acantilados, es rica en fauna de invertebrados como isópodos, anfípodos, políquetos que constituyen alimentos básicos para las aves.
Es un sitio especial dado que allí se da la reproducción de los lobos marinos de pelo y de muchas aves marinas que no pueden nidificar en cualquier parte. Tienen que proteger a sus crías de predadores y del clima. Por eso es importante conservar zonas intangibles afectos de proteger su hábitat.
Por caso, en el lugar fue visto el playero rojizo, una especie en peligro de extinción que viaja dos veces al año del extremo norte al sur del continente. Se estima que recorre unos 600.000 kilómetros a lo largo de su vida e Islote Lobos es, según investigaciones científicas que avalaron la creación del parque, uno de los puntos donde descansa.
Por estos motivos, los visitantes estarán limitados a determinados sectores, y la mayor parte de la extensión será intangible para el hombre a distancia de la fauna para no impactar en su ecosistema.
Se espera que en el corto plazo haya al menos dos centros de visitantes en La Pastosa y Punta Pozos y un área de uso diurno. Pero el viajero interesado en adentrarse en este parque debe saber que el agua es extremadamente fría. Y el viento golpea con fuerza.
“El parque aún no cuenta con servicios —dijo a LA NACION José María Clement, secretario de Turismo de Sierra Grande, el municipio donde depende administrativamente el parque hasta ahora—. Se está trabajando en la planificación y diseño del área. Si bien ya cuenta con financiamiento y tiene personal en este lugar no hay fecha de inicio para las obras”.
Por el momento, no más de dos decenas de personas visitan el lugar por día, provenientes de Las Grutas o Playas Doradas. Hay un emprendimiento turístico incipiente para llevar a visitantes a recorrer los islotes pero la idea es justamente regular el uso y el ingreso al parque.
En el sector terrestre, además de las muestras de biodiversidad, hay vestigios de presencia permanente de humanos desde hace más de 6000 años, que utilizaron los recursos costero-marinos en las etapas de travesías y permanencias en la zona como es el caso de una particular técnica de pesca costera, para la que se utilizaba un “dique” de piedras que dejaba encerrados a los peces en la bajamar. Hay varios registros de este patrimonio cultural, hoy representado por las comunidades Mapuche de la región, con quienes se trabaja en conjunto para lograr los consensos necesarios en el manejo integral de las áreas protegidas nacionales.
El ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié consideró que la creación del nuevo parque es una herramienta fundamental en la lucha contra el cambio climático. “El gobierno busca concretar los parques Ansenuza en Córdoba; Laguna del Palmar, en Chaco; el área protegida Bentónica Agujero Azul; la ampliación del Parque Nacional Aconquija y la ampliación del Parque Nacional Pre Delta”, dijo el funcionario.
Ayer la Cámara de Diputados convirtió en ley el Parque Nacional Islote Lobos, pero además aprobó y giró a diputados la ley para la creación del Parque Nacional Ansenuza en Córdoba y la ampliación del parque Nacional Pre Delta en Entre Ríos. “Se construyó consenso y se aprobó por amplísima mayoría: 187 votos a favor y uno en contra”, dijo a LA NACION Sergio Massa, presidente de la Cámara de Diputados.
“Es una gran noticia: podemos ser acreedores ambientales. Defender nuestra fauna y nuestra flora. En el cuidado del ambiente hay futuro en la calidad de vida para nuestros hijos y para el planeta”.
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