Formosa: Una madre de 83 años celebró con su hijo que estaba del otro lado del río Bermejo
Esta pandemia dejó sus secuelas no solo en lo sanitario y económico, sino también en los lazos familiares que de pronto se ven interrumpidos por restricciones durísimas que impiden darse un abrazo.
En Formosa, uno de los distritos más duros con las restricciones para acceder a su territorio, el río Bermejo que divide a esa provincia de Chaco, se convirtió en una suerte de "Muro de Berlín" que de la noche a la mañana separó a hermanos, padres, amigos o parejas.
Si bien los efectivos de la policía de Formosa no tienen una actitud tan dura como los guardias soviéticos igual no dejan pasar a nadie. Cada vez más, se multiplican historias de gente que intenta cruzar a nado para ver a sus parientes o para cobrar el IFE. Hace dos días apareció un hombre ahogado en esos intentos.
También hay personas que se saludan con carteles de orilla a orilla, a la espera del momento de darse un abrazo.
Y hoy en el Día de la Madre se dio otra de esas historias peculiares. Marcelina es una mujer de 83 años que vive en General Mansilla, localidad formoseña a orillas del Bermejo. Su hijo Carlos vive en Eva Perón, del lado chaqueño y hace siete meses que no se pueden ver.
Esta mañana la mujer se acercó a la orilla del Bermejo, ahí donde el ancho del curso fluvial es de unos 40 metros, para saludar a su hijo Carlos Rodríguez (50 años).
La mujer llegó en un auto y se bajó cerca del barranco, ayudada por uno de sus nietos y visiblemente conmovida.
Así a la distancia, madre e hijo se miraron, se llamaron por celular y se dieron un abrazo virtual por el Día de la Madre. "Solo nos divide un puente, estamos a unos pocos metros, pero por ahí no nos dejan pasar ni siquiera un día como hoy", explicó a LA NACION, Carlos.
"Solo queríamos vernos y darnos un abrazo, pero la policía no lo entiende", señaló este hombre, al que como muchos otros le cuesta entender la dureza de los efectivos policiales que en otras épocas hubieran hecho lugar a un pedido de esta naturaleza.
Historias de cruces y varados
La provincia que Gobierno Gildo Insfrán siempre fue muy exigente para permitir ingresos desde Chaco durante los primeros cuatro meses de la pandemia, cuando estuvo oficialmente libre de Covid-19. Y luego, cuando aparecieron los primeros casos en junio, todos "importados" desde otras localidades, se endureció aún más el acceso.
Hace unos días un hombre se ahogó al intentar cruzar a nado el río Bermejo, que es angosto y corre encajonado, pero es muy caudaloso y con fuertes corrientes. Mario Rubén Ledesma, que vivía en Córdoba por trabajo, intentó desesperadamente cruzar para ver a su hijita de 3 años y efectivos de la policía de Chaco encontraron su cuerpo flotando en el río.
También conmovió hace unos días, la historia de Carmen Acosta, que viajó más de 3.000 kilómetros desde Rawson (Chubut) para ver a su madre enferma en Formosa.
A la mujer primero le impidieron el acceso, luego la dejaron ingresar pero fuertemente custodiada tuvo que ir a un hotel a hacer la cuarentena, y allí fue que recibió la noticia de la muerte de su madre.
"Solo quería verla para que pudiera partir en paz, éramos muy unidas, no pasábamos un año nuevo separadas, siempre nos veíamos", explicó al diario digital ADN Sur, de Comodoro Rivadavia.
Hasta ayer Formosa contaba con 160 contagios por Covid-19 y ningún fallecimiento. Unas 900 personas permanecen en cuarentena.
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