Focos de ratas. Cuáles son las zonas con más roedores y qué peligros potenciales pueden tener para los humanos
“Dependen exclusivamente del hombre para obtener alimento y refugio, por eso son tan exitosas en las grandes ciudades. Una ciudad sucia tiene mayor posibilidad de tener abundancia de ratas que una ciudad limpia”, sintetiza la doctora Olga Suárez
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Una rata que se escurre entre los zapatos de un grupo de periodistas. Un grupo de periodistas que grita y corre con sus micrófonos en la mano. Un perro que caza instintivamente a la rata ante el ojo de las cámaras.
La escena, que ocurrió anteayer en medio del desalojo de una feria ilegal en la Villa 31 y se volvió viral en las redes, expone una realidad que se repite en diferentes puntos de la Ciudad de Buenos Aires. Según los especialistas, en la Capital, al igual que en la mayoría de las grandes urbes del mundo, los ciudadanos conviven con grandes poblaciones de roedores, aunque la mayoría de las veces no los vemos y por lo tanto, no somos conscientes de su presencia. La doctora Olga Suárez, directora del laboratorio de Ecología de Roedores Urbanos de la Universidad de Buenos Aires (UBA), afirma que hay zonas de la Capital donde, por momentos y por diferentes razones, la concentración de roedores es mayor a lo recomendado en términos de salubridad, y destaca, a su vez, que controlar los focos es esencial para evitar que los roedores, posibles vectores de diferentes patógenos, pongan en riesgo la salud de la población.
Son tres las variedades de roedores que pueden encontrarse en la ciudad porteña: la rata negra, la rata de alcantarilla y el ratón Mus. “La rata negra nidifica en los árboles y es la que generalmente se ve transitando por los cables de la ciudad. La de alcantarilla, también conocida como rata de Noruega, generalmente hace madrigueras en la tierra o utiliza como refugio elementos que están abandonados o que hace mucho que no se mueven de lugar, como pilas de madera, por ejemplo”, resume la científica, que es docente de la UBA e investigadora principal del Conicet. A estas dos especies suma el ratón mus, una laucha de proporciones más pequeñas que puede hallarse con mayor frecuencia en domicilios y comercios.
“Las ratas dependen exclusivamente del hombre para obtener alimento y refugio, por eso son tan exitosas en las grandes ciudades. Una ciudad sucia tiene mayor posibilidad de tener abundancia de ratas que una ciudad limpia, o sea la presencia de las ratas es un indicador de la calidad ambiental”, afirma Suárez. En ciudades como Nueva York y París, sigue, las ratas son plaga, mientras que en urbes famosas por su limpieza, como es el caso Oslo, en Noruega, y las principales de Suiza, las poblaciones de roedores son pequeñas y casi imperceptibles para los habitantes.
Buenos Aires, destaca Suárez, está asociada a la presencia alta de roedores, pero en focos puntuales. Controlando los foco, la población se reduce”, suma, a la vez que destaca como posibles focos los barrios vulnerables, donde suele haber más acumulación de basura o condiciones de vida más precarias y, también los polos gastronómicos de la Ciudad.
Consultados por LA NACION, voceros del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana dijeron no contar con el dato de cuáles son los barrios o zonas de la ciudad con mayor cantidad de roedores. Sí detallaron que en 2023 se realizaron más de 75.000 operativos de desratización y en lo que va del 2024, más de 15.000. Dichos operativos, afirman, se realizan durante todo el año, según cronograma y calendario, y también a partir de solicitudes específicas de vecinos e instituciones que ingresan por los distintos canales de contacto, por ejemplo, el chatbot Boti.
Entre dichas solicitudes se encuentran colegios, como es el caso de una escuela técnica de Caballito, uno de los barrios porteños con mayor cantidad de demoliciones y edificios en construcción, que en abril del año pasado debió suspender las clases durante unos días para desratizar luego de que un alumno de cuarto año fuera mordido por uno de los roedores que, según denunciaron en su momento los padres, daban vueltas por la escuela. Anteriormente, más precisamente en 2019, hubo cinco escuelas que debieron cerrar las aulas de manera provisoria por invasiones de roedores.
Suárez afirma que las zonas donde los vecinos ven más ratas son generalmente los barrios donde hay varias demoliciones y donde se caban grandes pozos para realizar nuevos edificios. No es necesariamente en estos lugares donde hay más ejemplares, pero sí donde son más visibles. “Las ratas de alcantarilla hacen sus madrigueras en la tierra, entonces cuando la tierra se socava hay mayor dispersión. Es por eso que hay zonas que están muchas veces asociadas al concepto de plaga. Cuando una empresa hace una obra debería hacer una derratización previa”, suma la doctora.
Riesgos
El riesgo de las ratas radica en su contacto con los humanos. “En números razonables o relativamente bajos, las ratas son organismos vivos como cualquier otro que pueden coexistir con el humano sin interactuar estrechamente. Incluso pueden ser beneficiosas, actuando como una especie de esponja que capta todos estos patógenos que están presentes en la ciudad, es decir pueden ser reservorio de muchos virus y, al mismo tiempo, no entrar en contacto con el humano”, destaca Suárez.
En cambio, en altas abundancias poblacionales, estos roedores pueden ser perjudiciales para la salud de los ciudadanos y el resto de los animales del entorno, por el hecho de ser vectores de enfermedades bacterianas, virales y parasitarias. “Cuando entran en contacto con el humano, transmiten o tienen el potencial de transmitir un montón de patógenos. Generalmente, cada vez que se alimentan, también orinan y defecan, entonces contaminan alimentos”, explica.
Entre los patógenos transmitidos por las ratas de Ciudad, los infectólogos destacan la leptospirosis, que se contagia a través del contacto directo o la inhalación de las bacterias que transmite una rata vector, o por agua contaminada con orina de un roedor enfermo. Se trata de una enfermedad que suele tratarse con antibióticos, y que se manifiesta en principio como un cuadro gripal con fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares y malestar general, y que puede llegar a presentar una segunda fase de mayor gravedad.
Los especialistas destacan que los roedores pueden transmitir enfermedades al humano tanto a de manera indirecta -generalmente a traves de orina o heces infectadas, pero también por medio de pulgas, garrapatas, piojos y picadura de mosquitos- como también directa, a través de una mordedura.
Además de la leptospirosis, el infectólogo Eduardo López, pediatra jefe del Departamento de Medicina del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, sustuvo, en diálogo con LA NACION, que las ratas pueden transmitir de manera indirecta patologías producidas por distintas bacterias, como la peste, la tularemia y la fiebre Q, y de manera directa, el sodoku, la salmonellosis y algunas parasitosis.
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