Fin para una grieta religiosa: con mediación de un delegado del Papa, el arzobispado de Salta y las carmelitas descalzas firmaron un acuerdo
Las monjas y la Iglesia consensuaron que se archive la causa por violencia de género y económica
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CÓRDOBA.- Después de un escándalo que incluyó la denuncia judicial por violencia de género y económica por parte de las monjas carmelitas descalzas del convento San Bernardo de Salta contra el arzobispo Mario Cargnello y otros cuatro sacerdotes, se conoció que las partes llegaron a un “acuerdo”. Lograron el consenso luego de que el papa Francisco enviara al delegado Javier Belda Iniesta, que fue el defensor canónico del exobispo de Orán Gustavo Zanchetta, condenado en marzo pasado a cuatro años y medio de cárcel y detenido por abuso sexual simple continuado agravado por ser cometido por un ministro de culto religioso reconocido.
El texto cerrado ahora no incluye ninguna referencia explícita a la “Virgen del Cerro”, que provocó el quiebre de la relación entre el convento y el Arzobispado. Las religiosas integran la fundación de esa devoción, que nació de las “visiones” que dice tener María Livia Galliano.
El Vaticano había advertido en un documento de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica del 30 marzo pasado que las carmelitas “no deben en ningún modo involucrarse en actividades ligadas a la así conocida Obra Yo soy la Inmaculada Madre del Divino Corazón Eucarístico de Jesús y Yo soy el Sacratísimo Corazón Eucarístico de Jesús y sostener esta actividad, que claramente tiene sus repercusiones entre los fieles”.
En el acuerdo –que tiene las firmas de Belda Iniesta, la priora del convento María Fátima del Espíritu Santo y Cargnello–, los puntos 6 y 7 se refieren elípticamente al tema. En el primero se lee que la priora “proveerá, junto a la comunidad, un proyecto formativo que desarrolle el estudio de la espiritualidad carmelitana y la especificidad de la vida monástica”. En el siete, se plantea que “cada hermana, como el resto de los fieles, puede practicar las devociones particulares que desee, cuando dicha práctica no impida la observancia de la Regla y de sus propias Constituciones”.
Según distintas fuentes consultadas por LA NACION, el Vaticano entiende que no puede cortar “inmediatamente” y de raíz el vínculo del Carmelo con la “Virgen del Cerro”, pero espera avanzar en esa línea en los próximos meses. El delegado papal regresará en marzo próximo, cuando el monasterio deberá presentar sus cuentas.
El resto del acuerdo se ocupa de establecer que un delegado del Arzobispo presidirá la elección de la nueva priora que será en estos días. El monasterio, además, deberá realizar una rendición anual de cuentas y tendrá que designar a una monja como ecónoma. También, se designará un capellán para el San Bernardo. Finalmente, se da por terminada la discusión por las cuentas no presentadas en varios años.
Ámbito judicial
¿Qué pasa con la denuncia judicial presentada por las monjas y con la investigación que lleva adelante la Fiscalía de Delitos Económicos sobre los números del convento? En el primer caso, la denuncia no se puede retirar, pero al cumplirse los seis meses de radicada, que será el 14 próximo, y sino hay novedades, se archivará.
El delegado del Papa estuvo acompañado en las gestiones por un abogado y una especialista en género. Se reunieron por separado con Cargnello, con la priora, con los abogados de cada una de las partes y también con la “vidente” Galliano y su esposo, Carlos Obeid.
Por la denuncia de violencia se firmó un escrito anexo que pide a la Justicia acortar de 500 a 100 metros la perimetral que se le impuso a Cargnello, levantar la consigna policial y esperar el archivo de la causa. En la investigación económica, las partes no insistirán más para que también se dé por terminada.
El desencuentro entre las partes comenzó en 2003, cuando en unos documentos Cargnello advirtió que la adhesión de las monjas de clausura a la “Virgen del Cerro” podría derivar en un cisma, sino acataban separarse de esa devoción que no cuenta con la aprobación de la Iglesia. El proceso que podría llevar al reconocimiento se interrumpió cuando Galliano no presentó los resultados del estudio psicodiagnóstico que se realizó a pedido de la Iglesia. En cambio, entregó otro que no era el que se le había requerido.
El problema de fondo no son las “revelaciones privadas” que la mujer dice tener por parte de la Virgen y que seguirían el curso que fija la Iglesia para estas cuestiones (un caso cercano es el de San Nicolás), sino el que las monjas del Carmelo no aceptaran los pedidos del Arzobispado y del Vaticano de terminar el vínculo con esa devoción.