Fin de la receta por WhatsApp: claves para entender los cambios en la prescripción de medicamentos

Poder presentar la foto de una receta médica fue habilitado en marzo de 2020 cuando llegó la pandemia de coronavirus. Y rápidamente se convirtió en una herramienta útil que permitió agilizar la relación médico y paciente. Su implementación siguió la lógica de la época frente a las restricciones de circulación, pues un profesional de la salud podía realizar una prescripción médica, de medicamento o para un estudio, sacar una foto a la receta y enviarla por WhatsApp o correo electrónico al paciente para mostrarla en una farmacia.

Pero esta semana el procedimiento que significó un avance notable en la faz práctica tanto para pacientes como para médicos tuvo algunos cambios que generaron dudas entre los pacientes. Estas son las claves para entender lo ocurrido:

• El lunes el Ministerio de Salud de la Nación publicó la resolución 3622/2022 en el Boletín Oficial que anuló los decretos y leyes que dictaron la emergencia sanitaria y sus sucesivas prórrogas que permitían el uso de la foto de la receta como una forma de evitar el traslado de personas, los contactos interpersonales y la transmisión de infecciones por contacto. Es decir, la foto de la receta dejó de ser un elemento válido.
• Lo que se dejó sin efecto es la prescripción de medicamentos a través de fotos de las recetas enviadas por mensaje de texto, aplicaciones de mensajería vía web, mail o fax. Y el Ministerio de Salud aclaró que estas fotos de recetas no son recetas digitales o electrónicas. Las recetas digitales o electrónicas que cumplan los requisitos necesarios son válidas.

• Ya existía la ley nacional 23.553, sancionada en agosto de 2020, que habilitaba la receta digital como mecanismo válido del sistema de salud, pero que debía ser emitida por un software oficial, registrado ante las autoridades sanitarias, que cuente con un mecanismo de seguridad digital y trazabilidad. Por lo que la receta digital podrá seguir utilizada, siempre que cumpla esos requisitos.
• El software que se debe utilizar para las recetas digitales ya está disponible en las prepagas y empresas de medicina privada, al igual que la mayoría de las obras sociales y efectores públicos de la salud. Desde la Cámara de Medicina Privada consideran que implicará un paso más, pero un cambio menor en la relación médico y paciente para obtener la prescripción en forma digital. La ley aún no está reglamentada, pero algunas jurisdicciones ya utilizan esta metodología.
• A pesar de que esta opción está disponible y, sobre todo, ante el desconcierto que generó la suspensión de la foto de la receta entre los pacientes, el Ministerio de Salud decidió prolongar el permiso para usar la foto de la receta en casos especiales, solo en el caso de personas con enfermedades crónicas. Mediante un acuerdo con las asociaciones farmacéuticas, el Consejo de Obras y Servicios Sociales Provinciales de la República Argentina y la Superintendencia de Salud, el Ministerio prolongó la modalidad hasta el 28 de febrero, para los casos antes mencionados.

• ¿Qué deben hacer los médicos ante el fin de la foto de la receta? Concurrir a un ente certificante y registrar su firma digital. De esa forma se generará un token que se almacena en un pendrive. Ese será el nuevo sello digital del médico y desde cualquier computadora en la que tenga el software habilitado podrá emitir una receta virtual, que además de su firma llevará un código de barras.
• El PAMI, que según informan en el Ministerio de Salud concentra el 40% de las prescripciones médicas, tiene su propio sistema: el afiliado concurre a la farmacia solo con número de documento y en su perfil ya está cargada la medicación. También IOMA cuenta con su sistema, lo mismo que otras obras sociales provinciales. OSDE, por su parte, hace seis meses implementó su programa de recetas virtuales, aunque solo puede emitirse dentro de una consulta virtual.
• Desde el Ministerio de Salud sostienen que la suspensión de la foto de la receta, salvo para las enfermedades crónicas, se limita a la prescripción para farmacia y que no afecta a las órdenes para estudios médicos. Pero será la financiadora (la prepaga) o el centro médico el que deberá decidir si la acepta o no.

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