Coronavirus en la Argentina. La Ciudad analiza un protocolo para el regreso de las ferias itinerantes
Las ferias itinerantes de abastecimiento dejaron de tener presencia en los barrios con la llegada del coronavirus. A pesar de ofrecer alimentos y, en algunos casos, productos para mascotas y plantas, la cantidad de gente que solían reunir en cada parada le agregaba mayor riesgo de contagio de una enfermedad que se propaga fácilmente. A falta de protocolos específicos la decisión fue suspenderlas, aunque en los próximos días se podría definir la reactivación de la actividad.
Volver a los barrios. Eso es lo que piden los 1400 trabajadores que le dan forma a las Ferias de la Ciudad (FIAB) que de martes a domingo se instalan en plazas y parques para vender, a precios muy convenientes, carnes, fruta, verdura, lácteos, pescados y otros productos. Son 250 puestos que se distribuyen en las 15 comunas y con distintos recorridos en diferentes zonas para llegar a la mayor cantidad de gente.
Los feriantes entienden que deberían estar trabajando en la calle porque ofrecen productos básicos y esenciales, los mismos que pueden encontrarse en un supermercado, o un almacén de barrio. Por esa razón en los últimos días elevaron un petitorio al Gobierno porteño, estuvieron cara a cara con funcionarios de la Jefatura de Gabinete y explicaron su postura.
La movilización de los feriantes aceleró los pasos y la acción dentro del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana de la ciudad que regula el funcionamiento de las FIAB. En consecuencia se activó el borrador final del protocolo con las normas a cumplir cuando los puestos vuelvan a la actividad. El documento se estudiará en una reunión prevista para la semana próxima y más cerca del fin de semana, quizás del domingo 10 de mayo cuando finalice ésta etapa de la cuarentena, se anuncie el regreso de las ferias.
"Siempre fuimos un caballito de batalla porque tenemos precios más bajos que en cualquier lado y con buenos productos, pero hoy somos un problema porque movemos un montón de gente", advierte Lucas Cufré, feriante y referente de todo el movimiento comercial itinerante. "Consideramos que tenemos todo en regla para salir, hasta habíamos elaborado un protocolo propio. Presentamos un petitorio y ahora estamos a la espera de una definición", agrega.
Las ferias barriales funcionan desde 1990 con el objetivo es asegurar el abastecimiento de productos de la canasta familiar a la mayor cantidad de consumidores y ofrecer alimentos de buena calidad con variedad y precios razonables. Se distribuyen en 39 grupos que visitan los barrios de acuerdo a un cronograma semana ya establecido.
Cada grupo, llamado tren, debe contar con al menos dos puestos de verdura, uno de productos lácteos, uno de pollo y cerdo, uno de legumbres y uno de alimentos para perros. La composición puede variar hasta sumar entre siete y diez locales móviles. "Ese tren va a todos los barrios de la ciudad de acuerdo al día que le toque. Todo eso genera que haya una rotación en todos los barrios y en diferentes zonas de cada barrio", explicó Cufré.
Los feriantes cuentan con permisos de uso precario renovables anualmente. La autorización de permisionarios se selecciona a partir de un registro de postulantes y cada uno de ellos cuenta con credenciales de identificación. Para inscribirse deben ser mayor de edad, argentino o extranjero con radicación en el país y presentar constancia de inscripción antes la AFIP y libreta sanitaria nacional para comercializar alimentos.