Feminización del trabajo docente: en primaria, 9 de cada 10 son mujeres
La Argentina tiene el mayor porcentaje de educadoras de la región; cómo afecta a la profesión y qué opinan los especialistas
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“La profesión docente en la Argentina siempre tuvo una tradición femenina. Sin embargo, me sorprende que todavía hoy persista esa característica”. La que habla es Guillermina Tiramonti, pedagoga, investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) y autora del libro El gran simulacro: el naufragio de la educación argentina, a partir de los datos que surgen del informe “Características y condiciones de trabajo de las y los docentes de primaria”, del observatorio de Argentinos por la Educación, en el que se detalla que 9 de cada 10 docentes de primaria son mujeres.
El documento, que se basa en la información provista por los cuestionarios complementarios del Cuarto Estudio Regional Comparativo y Explicativo (Erce), desarrollado por Unesco en 2019 en 16 países de América Latina en el nivel primario, precisa que hay un un 94,6% de educadoras. Esto convierte a la Argentina en el país de la región con la mayor tasa de feminización de la profesión, seguido por Uruguay, con 92,8%, y Cuba, con 82,3%. A nivel regional, el porcentaje promedio de mujeres en la docencia es 74,2%.
“Así lo pensó Sarmiento [Domingo Faustino] porque se consideraba que había una predisposición de las mujeres al cuidado y porque no interrumpía su condición de ama de casa o de tareas en el hogar”, sumó Tiramonti, quien destacó que fue una de las primeras profesiones a las que ellas pudieron acceder. “Los bajos salarios docentes profundizaron aún más la brecha de género porque se suponía que las mujeres ganaban un salario complementario al del marido, y no uno con el que se pudiese sostener a la familia entera”, indicó.
Sin embargo, a más de un siglo de la política pública pensada por Sarmiento, hoy la situación en relación con la feminización de la profesión no dista mucho de cómo inició. ¿Qué dicen estos números y cómo afectan al trabajo docente?
Para Martín Nistal, autor del informe junto a Mariano Alu y Samanta Bonelli, y coordinador de investigación del observatorio de datos de Argentinos por la Educación, los resultados están relacionados con factores culturales, contractuales y de organización familiar.
“Las tareas de cuidado están desigualmente ligadas a las mujeres, tanto en la Argentina como en muchos otros países. Esto es parte de lo que explica la alta proporción femenina en el nivel primario, y seguramente tenga una relación importante con la cantidad de horas de trabajo que desempeñan”, señaló Nistal.
Según Tiramonti, las familias de los alumnos también juegan un rol en este esquema. “Es probable que consideren que una mujer tratará a sus hijos como una madre”, indicó a LA NACION.
En la misma línea opinó Viviana Postay, directora del Instituto de Enseñanza Secundaria y Superior de Villa Carlos Paz, que sostuvo: “El informe subraya que la Argentina posee el porcentaje más alto de feminización de la profesión docente en el nivel primario, y esto permite señalar que el vínculo pauperizante entre profesiones asociadas a tareas de cuidado y el trabajo de las mujeres registra el nivel más alto en toda la región. Otro dato complementa aún más esta situación de empobrecimiento: la Argentina emerge como el país con mayor cantidad de docentes de primaria que realizan otra tarea laboral no vinculada a la docencia”.
El estudio precisa que el 14,4% de los docentes argentinos declaran tener otra actividad remunerada, mientras que el promedio regional es 8,4%.
Docentes itinerantes
El 30,5% de los docentes de primaria en la Argentina trabajan en dos o más escuelas. Esa proporción es muy superior al promedio de los países de América Latina (11,4%), y solo es superada por Brasil (38,6%).
“Cuánto afecta la dispersión laboral docente a la calidad de su trabajo no puede establecerse con exactitud, ya que en el país no se hace evaluación del desempeño docente. Sin embargo, es evidente que trabajar en más de una escuela implica duplicar o triplicar la cantidad de alumnos, familias y equipos docentes con los cuales interactúa, intensificando las demandas profesionales y emocionales de su tarea. Probablemente, aun quienes estén mejor formados verán afectado su desempeño en escenarios de dispersión laboral”, señala Claudia Romero, profesora e investigadora de la Universidad Torcuato Di Tella.
La mayoría de los docentes de primaria en nuestro país están contratados por un turno escolar, equivalente a media jornada. Este factor parece explicar la mayor proporción de docentes argentinos que trabajan en más de una escuela en comparación con sus pares de la región. El 41,8% de los docentes argentinos tiene por contrato el equivalente a un turno por semana (22,5 horas), mientras que el 34,9% tiene entre 22,5 y 40 horas. Uno de cada cuatro (23,3%) respondió que el contrato supera las 40 horas por semana.
“Las docentes se arman jornadas laborales de doble turno porque es la única manera de lograr un salario decente. Sin embargo, lo ideal es que trabajen entre seis o siete horas: cuatro frente a los alumnos y dos de trabajo institucional”, analizó Tiramonti.
Formación
Emanuel Lista, director general de la Unidad de Coordinación del Sistema de Formación Docente de la ciudad de Buenos Aires, opinó en diálogo con LA NACION que la feminización de este trabajo tiene más que ver con un patrón cultural que con la instrucción de profesionales. “En los profesorados se problematiza la brecha de género en la docencia, y se trabaja tanto en el análisis de su desarrollo histórico como en los sesgos de género que tienen las tareas de cuidado”, subrayó.
En 2008, la resolución Nº74 del Consejo Federal de Educación estableció que las carreras de formación docente debían durar un mínimo de cuatro años. Por eso, en la Argentina los docentes más jóvenes han realizado una formación más extensa que sus colegas de mayor edad. Los docentes que tienen entre 22 y 30 años cursaron una carrera de cuatro años, mientras que quienes tienen entre 51 y 60 años realizaron un año menos de formación inicial. A nivel regional, el promedio de duración de la carrera es de 3,9 años.
La edad promedio de los docentes del nivel primario de la Argentina es 43,9 años, muy cerca del promedio regional (43,1 años). Los docentes locales tienen un promedio de 13,8 años de experiencia, en línea con la antigüedad promedio en la región (15,2 años).
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