Fear training: el nuevo método para ahuyentar los miedos infantiles
Con #vencerelterror como tópico, entrevistamos a la autora catalana de La vacuna contra el miedo, Montse Domènech, libro que propone un método práctico para combatir el temor en los chicos
Se escondía debajo de la cama, tal vez dominada por ese instinto de supervivencia que nos impulsa a buscar refugio ante una amenaza exterior. Era pequeña y, como tantos otros chicos de su edad, Montse Domèmench le tenía terror a las tormentas.
Hoy, como psicóloga infantil y después de muchos años de experiencia en el tratamiento de trastornos emocionales con niños, adolescentes y jóvenes, la experta desarrolló un nuevo método para vencer los miedos infantiles. "Son sentimientos naturales que contribuyen a formar la mente humana, ya que ayudan a que los niños desarrollen su imaginación, aprendan a afrontar los problemas y a protegerse de los peligros. Sin embargo, para los padres pueden convertirse en un verdadero trastorno, bien no sea porque no saben cómo remediarlos o porque interfieren en la convivencia familiar", señala la autora.
–¿Cómo funciona la vacuna contra el miedo?
–Se basa en la metodología de "exposición progresiva" a las situaciones que el niño teme para que vaya acostumbrándose y, así, reforzando positivamente todas las situaciones que va superando. Este entrenamiento se hace a través de juegos o propuestas divertidas para que el niño lo haga con motivación.
–El miedo es un sentimiento propio de nuestra especie. ¿Para qué sirve?
–El miedo es un sentimiento natural que conlleva autoprotección y defensa ante lo desconocido. Sirve para prevenir cualquier situación que nos puede llegar a perjudicar.
–¿Y cómo podemos los padres acompañar a los hijos a transitar el miedo sin que se convierta en terror?
–En principio, tenemos que evitar la sobreprotección haciendo valer sus cualidades y animándolo a exponerse a nuevas situaciones. Es importante no hacer burla de sus miedos y explicarle que muchos niños que han tenido miedo se han sentido muy fuertes cuando se han esforzado por vencerlos. Hay que explicarle cómo se ejercita, con juegos, la valentía y garantizarle que vamos a permanecer cerca durante este proceso.
–¿La industria cultural y cinematográfica infantil promueve el miedo?
–Las películas de miedo suelen ser el desencadenante de miedos en los niños que todavía son incapaces de discernir lo real de lo imaginario. Muchas veces los realizadores de estas películas desconocen que hay un público infantil que puede quedar afectado por las imágenes. Por lo tanto es mejor no dejar que las vean o bien permanecer junto a ellos para tranquilizarlos, explicándoles que es todo ficticio.
–Ejemplo clásico: miedo a la oscuridad. ¿Dejamos la luz encendida, le explicamos o hacemos terapia de shock, como apelan algunos adultos?
–Siguiendo la misma pauta vamos a proponer que la luz se va a apagar durante la noche de forma progresiva. El primer día sólo un rato, más adelante más tiempo hasta conseguir que se haya familiarizado a dormir sin luz. Se pueden hacer juegos en la oscuridad, incluso durante el día, para que el niño tenga un dominio del espacio y se sienta seguro. Nunca hay que hacerlo bruscamente sin darle explicaciones de lo que vamos a hacer.
–¿A qué le tenías miedo cuando eras chica? ¿Cómo le ganaste?
–Yo principalmente tenía miedo a los truenos y relámpagos, aunque nunca fui demasiado miedosa. Un día mi madre se puso conmigo detrás de la ventana y estuvimos contemplando una tormenta y me hizo ver que no había ningún peligro. Nunca más me han dado miedo.
–¿Cuál es el más universal de los miedos en la infancia?
–El más frecuente es el miedo a la oscuridad y la noche, por una cuestión tan simple como la de no tener control sobre el espacio, en el que pueden imaginar que está lleno de monstruos acechando.
–¿A qué edad, promedio, deberían comenzar a desaparecer?
–En cada etapa de crecimiento los miedos son diferentes, pero cerca de los 8 y 9 años el niño debería saber discernir lo real de lo imaginario y así tener control sobre su entorno. Ya pueden aplicar la lógica y buscar estrategias para afrontar situaciones que, en otro momento, les podían parecer peligrosas.
–¿Cómo actuar cuando se pasa de los miedos infundados (los monstruos, la oscuridad) a los miedos que compartimos los adultos, como la inseguridad, la muerte, las separaciones?
–Generalmente, los miedos que padecen los adultos provienen de miedos no resueltos en la infancia, aunque situaciones traumáticas excepcionales pueden permanecer durante mucho tiempo. Por lo tanto hay que ayudar al niño a vencer los miedos de pequeño o pedir ayuda a un experto. De todas formas hay situaciones inevitables, como una muerte, una separación, un accidente, que conviene acompañar al niño a hacerlas más soportables y dejar que pase por este duro proceso rodeado de afecto.
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