Faros de conservación: cómo funcionan las torres que brindan datos geolocalizados sobre incendios en el Delta
ROSARIO.– Con centenares de miles de hectáreas quemadas durante los dos últimos años en el delta del río Paraná, una persistente sequía en gran parte del país y un escenario global de crisis climática en el que las temporadas de incendios forestales serán cada vez más frecuentes e intensas, desde el Ministerio de Ambiente de la Nación presentaron hoy formalmente la red de Faros de Conservación, un programa que apunta a la instalación de torres de detección de fuego y humo en diferentes zonas críticas del país (el Delta, las sierras cordobesas y la Patagonia) para intentar mejorar la prevención y poder así actuar de forma más rápida ante el fuego.
El programa, cuya creación se anunció en noviembre de 2020 después de una feroz seguidilla de incendios en las islas del Delta que destruyeron unas 560.000 hectáreas (más de la cuarta parte de ese territorio) solo ese año y generaron serios problemas de contaminación por humo en Rosario y otras grandes ciudades ribereñas, tiene tres etapas. Hasta ahora se completó la primera: la instalación de cinco torres de control en diferentes lugares del Delta, tanto en Entre Ríos como en Santa Fe.
Una de las torres, de unos 30 metros de altura, está ubicada en el ingreso al Parque Nacional Pre-Delta en Diamante, donde ayer se hizo el acto de presentación de los Faros de Conservación; otra, en el camping de la municipalidad de Victoria; una tercera, en Puerto Gaboto; la cuarta, en la cabecera del puente que une Rosario y Victoria, y la quinta, en la localidad de Villa Constitución, en el sur santafesino. Para esta primera parte, la inversión fue de unos 119 millones de pesos. Desde la Nación explicaron que, si a eso se suman los montos destinados a embarcaciones, un camión de operaciones de emergencia, estaciones meteorológicas, cámaras trampa, drones y más personal, la cifra total aproximada asciende a 216 millones de pesos.
La segunda etapa, según contó durante la presentación del programa Sergio Federovisky, el secretario de Control y Monitoreo Ambiental de ese ministerio (ante el faltazo a último momento del ministro del área, Juan Cabandié), arrancará con la licitación la semana que viene de otras cinco torres para completar el programa de control en el Delta Medio, demandará unos 280 millones de pesos y cubrirá las zonas de Rincón de Nogoyá, Gualeguay, Ibicuy y Ceibas en Entre Ríos, así como Vuelta de Obligado en la provincia de Buenos Aires.
Finalmente, el plan se extenderá a otras regiones del país afectadas por incendios forestales como Córdoba y San Luis (donde se instalarán ocho torres), y la Patagonia, donde habrá otras nueve. En total, según el Ministerio de Ambiente, se invertirán unos 1300 millones de pesos.
El sistema
Durante el acto organizado en el Parque Nacional Pre-Delta a orillas del riacho La Azotea, cerca del Paraná, funcionarios nacionales, el gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet, y la ministra de Ambiente de Santa Fe, Érica Gonnet, explicaron el funcionamiento del sistema. Su pilar son las torres de monitoreo equipadas de dos cámaras con un alcance de 30 kilómetros: mientras una gira de forma permanente y detecta humo y fuego tanto de día como de noche, la otra se utiliza para georreferenciar el foco.
Federovisky detalló que la detección del fuego demanda muy pocos minutos (entre 5 y 10) y que las cámaras permiten una muy buena geolocalización. “La velocidad en la detección permite anticipar decisiones”, dijo. La información llega a un centro de monitoreo montado en la sede del ministerio, en la ciudad de Buenos Aires (en poco tiempo habrá otro centro en el Parque Nacional Ciervo de los Pantanos), desde donde se reenvía a las provincias afectadas.
¿Qué pasa una vez que se detectan los focos? A partir de allí, la responsabilidad de actuar con mayor o menor celeridad corresponde a las provincias, que por mandato constitucional tienen la potestad sobre sus recursos naturales. “Las provincias son las que ejercen el dominio sobre los recursos naturales y tienen la responsabilidad inicial de evaluar los recursos a incorporar para combatir los incendios. Nosotros les vamos a suministrar la información en tiempo real, pero las que evalúan y toman las decisiones son las provincias”, sostuvo el funcionario.
Responsabilidades
Consultado sobre la demora en la puesta en marcha del plan, que fue anunciado hace más de un año, Federovisky consideró que “no había retraso”, que “hace solo 14 meses” que el Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF) volvió a la órbita del Ministerio de Ambiente y que ese organismo había sido “descuartizado” durante la anterior gestión presidencial. “Recuperamos la lógica de ese plan y el año pasado el presupuesto del servicio se multiplicó por siete respecto de 2019″, agregó.
También apuntó varios cañones discursivos contra la Justicia, a la que acusó de inacción: “Las torres permiten detectar los fuegos en pocos minutos, supongo que ahora la Justicia podrá determinar mejor quiénes son los dueños de los campos donde se quema y quiénes inician los incendios”.
Un camino parecido siguió Gonnet, para quien todavía quedan “muchas batallas por dar” y, si bien el Estado “está dando respuesta”, es necesario “exigir a todos los sectores por igual”.
“Hay una deliberada acción sobre el territorio, una verdadera angurria para cambiar el uso del suelo. Es muy evidente, hay que verlo”, agregó Federovisky, con relación a las causas judiciales que tanto a nivel federal como provincial fueron abiertas, en su momento, para intentar establecer responsables de las quemas.
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