Falta de diagnósticos y demoras en estudios y cirugías: el impacto que genera la crisis de insumos médicos en el sector de la salud
Prótesis, medicamentos, anticuerpos para diagnosticar el cáncer, hilos para las cirugías cardiovasculares y hasta repuestos para el mantenimiento de equipos aparecen entre los elementos que por faltante o demoras en las importaciones no se pueden reponer o hay que reemplazar con opciones de menor calidad
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Los efectos de la crisis económica en el sector de la salud están golpeando cada vez más cerca de las necesidades de los pacientes para su atención y, en algunos casos, explican también las demoras en estudios o intervenciones. Prótesis, material descartable, medicamentos de uso habitual, anticuerpos para diagnosticar el cáncer, hilos para las cirugías cardiovasculares y hasta repuestos para el mantenimiento de equipos, entre otros más, aparecen entre los elementos que por faltante o demoras en las importaciones hay que reemplazar con opciones de menor calidad o que los valores de las prestaciones hacen inviable la reposición con listas de precios en dólares o que aumentan por encima de los honorarios que permitirían cubrirla.
En el Hospital Odontológico de la Universidad de Buenos Aires hay stock de insumos que garantiza la atención para lo que resta de este año y el que viene, pero a las autoridades les preocupa la reposición en el contexto actual: atienden unos 250.000 pacientes por año, con filas por la calle Marcelo T de Alvear al 2100 que ya dan vuelta la esquina. Tras las elecciones primarias de hace dos domingos, proveedores les informaron que los precios de equipos para cirugía que estaban adquiriendo por licitación aumentaron por lo menos un 40%.
“Si bien estamos muy bien en insumos, tenemos que empezar a recuperarlos en un mercado que está desastroso. Hay pocos insumos y los que hay no se venden. Hasta antes de las PASO, los insumos no abundaban, pero con esfuerzo los conseguíamos. Empezó a cambiar el dólar y es más difícil”, resumió Pablo Rodríguez, decano de la Facultad de Odontología, donde funciona el hospital.
Señaló que, tras las elecciones primarias, se pasó de una semana en la que los proveedores dejaron de vender a otra en la que los precios se fueron por las nubes. “Nos trajo complicaciones con las licitaciones que teníamos en curso –continuó–. La facultad compra mucha tecnología y no nos respetaron los precios. Nos comunicaron aumentos de un 40 y 50% más”.
En la práctica odontológica privada, los problemas para conseguir insumos son cotidianos, con más complejidad en calidad y cantidad de productos a utilizar en las diferentes prácticas. “Faltan en todos los rubros”, acotó Rodríguez.
Las importaciones del sector, entre equipos e insumos, no supera los US$ 100 millones por año, lo que representaría una “mínima proporción” para que se autoricen, según opinó el decano.
En un instituto oftalmológico del centro de la ciudad de Córdoba, anteayer operaron por la mañana a un paciente con queratocono, que ocurre por una alteración de la córnea que afecta la visión. Le implantaron anillos intracorneales que el proveedor recién le facturaría al centro a las 19 y a precio de dólar blue. “Se resolvió el caso por una cuestión médica. Pero, ¿cuánto tiempo se puede sostener este escenario?”, planteó Juan Ibarguren, secretario general de la Cámara Argentina de Medicina Oftalmológica (Cameof).
Jorge Cherro, presidente de la Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de la República Argentina (Adecra) señaló la semana pasada que, “como consecuencia del faltante de insumos, aumento de precios y otras dificultades operativas, en algunas provincias ya se están reprogramando turnos de diversas prestaciones médicas, con una situación especialmente crítica en algunos casos”.
Lo hizo a través de un comunicado junto con la Cámara de Entidades de Diagnóstico y Tratamiento Ambulatorio (Cedim) en nombre de más de 420 instituciones del sector.
El sector público y privado suelen compartir proveedores y lo que sucede en uno se replica como espejo en el otro.
Sin normalizar
Como vienen señalando en los últimos días a LA NACIÓN desde centros que atienden distintas especialidades, ni aun con la reglamentación de la norma que exime del impuesto PAIS del 7,5% a las importaciones para el sector de la salud –que finalmente se efectivizó tras un reclamo de los centros de diálisis–, se va normalizando la provisión. Y el valor de las prestaciones, como argumentan los médicos patólogos, por ejemplo, no está permitiendo cubrir el aumento del precio de los insumos. Esto es uno de los factores que impacta directamente en los turnos de cirugía, con demoras que llegan a contarse en meses.
“Hay mucha demanda también porque la gente trata de usar su cobertura al máximo ya que no sabe qué va a pasar en los próximos meses y esto se suma a un flujo creciente tras la pandemia de Covid-19 que, a la vez, es residual por la falta de turnos. Hay muchos casos de profesionales que no están atendiendo a coberturas por los bajos aranceles, sobre todo en la consulta común”, explicó Ibarguren sobre lo que sucede en la atención de la salud de los ojos.
Una prepaga puede pagarle a un oftalmólogo por una consulta $1200-1500 en la ciudad de Buenos Aires y eso influye en la decisión de postergar atenciones que no sean urgentes, según vienen indicando especialistas a este medio en las últimas semanas. También hay resoluciones de colegios médicos provinciales que llegan a fijar un copago de más de $2000-3000 por consulta. Los inconvenientes surgen con la provisión de lentes intraoculares, medicamentos e insumos descartables, además de equipos que son importados, se adquirieron y no están ingresando al país.
Juan Pablo Santilli es patólogo y, con dos colegas, brinda a través de su laboratorio en la localidad bonaerense de Hurlingham servicios a instituciones por obras sociales y prepagas. Afirmó que se está atravesando “una crisis de diagnósticos en la Argentina” por la imposibilidad de cubrir los costos de los insumos para análisis de anatomía patológica e inmunohistoquímica. Su resultado, a partir de la muestra de un paciente, define de qué tumor se trata para que los oncólogos puedan avanzar con un tratamiento. El 90% de los cánceres, según señaló, demanda el estudio histoquímico.
El profesional explicó que al actualizar los costos tras las PASO, una cobertura paga por ejemplo $18.000 el estudio de biopsia con tres o más anticuerpos, que cuestan unos $8000 cada uno y, a veces, hay que utilizar hasta 15 de esos marcadores. A la vez, ese pago, que ya está por debajo del costo de los insumos, es a 60, 90 o más días. “Con estos valores, es insostenible con una demanda de biopsias constante a diario y no podemos dejar a un paciente sin diagnóstico. Si lo hacemos con un presupuesto a cargo de los pacientes, hay familias que ante la necesidad pueden pagarlo, pero hay otras que no pueden. De seguir así, muchos tacos con muestras van a terminar en el sistema público, lo que va a saturar los laboratorios de patología de los hospitales”, relató Santilli.
La Sociedad Argentina de Patología (SAP) emitió anteayer un comunicado en el que describe “una situación límite que requiere atención urgente de parte de los financiadores” para sostener la capacidad diagnóstica frente a una alta demanda cotidiana. “Las técnicas de inmunohistoquímica, que resultan imprescindibles para el diagnóstico fundamentalmente de patologías neoplásicas, corren riesgo de no poder seguir realizándose”, definió Ana Lía Nocito, presidenta de la Sociedad Argentina de Patología (SAP).
Desde la Asociación Argentina de Ortopedia y Traumatología (AAOT) indicaron que se aplazan cada vez más cirugías por faltantes de distintos tipos de prótesis importadas y hasta nacionales. “Todas las semanas –señalaron sus representantes a partir de lo que informan los profesionales–, hay que reprogramar cirugías por implantes que están retenidos en la Aduana.”
Explicaron que, en algunos casos, se recurre a alternativas que resuelven la urgencia, pero con el tiempo demanden repetir la intervención, lo que termina por aumentar los costos e inconvenientes para los pacientes.
Como un ajedrez
José Ignacio Revigliono, director médico del Hospital Privado Universitario de Córdoba, confirmó que el incremento de costos de los insumos está generando problemas no solo con las prótesis traumatológicas, sino también con las cardiovasculares.
“En muchas ocasiones, tenemos que reprogramar los procedimientos porque estamos subsistiendo con el stock que tienen los proveedores para urgencias, como los accidentes, y la solidaridad entre hospitales, sanatorios y clínicas privadas –detalló–. No estamos teniendo problemas con las drogas oncológicas, pero en un par de semanas podríamos tener problemas con los laboratorios: hay ciertos reactivos que están en falta. Con los inyectables para las bombas de infusión, tenemos la medicación, pero hace unos días nos faltaban las jeringas. Gestionar la atención de la salud hoy, en la Argentina, es como un ajedrez”.
En la Cámara Argentina de Laboratorios de Análisis Bioquímicos (Calab) confirmaron dificultades con los insumos. En diálogo con Luis Mónaco, presidente de la entidad, el profesional precisó que el mayor inconveniente es con los reactivos para las determinaciones más complejas y, en algunos casos, con análisis más comunes. En general, se deben a problemas con el proceso de importación. “En el día a día, hay algunos proveedores que dolarizaron la lista de precios –dijo–. Lo que más nos golpeó es la devaluación porque facturas nos llegan con entre un 25 y 30% de aumento”.
Hay empresas proveedoras de ese sector que están comunicándoles a sus clientes que están bajando los stock de seguridad, que es la reserva de resguardo para hacer frente a imprevistos en la cadena de suministros, según pudo saber LA NACIÓN.
Revigliono planteó, como el resto de los referentes consultados, que por un lado está el problema de la importación –puso como ejemplo el líquido de preservación de órganos para trasplante, “que está llegando a cuenta gotas”– y, por el otro, el resguardo de los proveedores con el aumento de los precios.
“Se reprograman los procedimientos quirúrgicos que se pueden demorar cuando, por ejemplo, no hay una prótesis. Pero en cirugía cardiovascular no se puede esperar. La situación es crítica”, agregó el profesional.
“A los pacientes les diría que se queden tranquilos porque estamos subsistiendo, pero las autoridades deben saber que sin medidas drásticas y urgentes será cada vez más crítica el escenario”, finalizó Revigliono.
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