Fabián Medina Flores, el hedonista
Siempre rodeado de belleza, el asesor de imagen elige bien dónde y con quién compartir su tiempo
“Soy de la época en la que, en una producción, lo que estaba mal había que resolverlo en el momento, las cosas no se arreglaban con Photoshop”. Así comienza a explicar Fabián su ojo tan entrenado para detectar lo que para otros resulta imperceptible. “En mi trabajo, tengo que encontrar la mejor versión de la persona. Con mi tiempo, hago lo mismo: lo optimizo al máximo”, explica. Este asesor de imagen no necesita un fin de semana largo para disfrutar, puede tener un bache de dos horas y exprimirlo tomando un buen trago, encontrándose con algún amigo o yendo a hacerse las manos y los pies.
“Con mis amigos somos expertos en restaurantes”, cuenta sobre su grupo de íntimos, que define como cosmopolita y hedonista. “Somos los reyes del brunch, los hemos probado todos, y sabemos perfectamente dónde está el mejor trago para cada momento del día”, se jacta. Ocupan tanto tiempo en los restaurantes que dejan muy buenas propinas, aclara. Los antidomingos en la casa de uno de ellos también son un programa habitual para el grupo de restaurateurs. Otro de sus denominadores comunes: son todos amantes de Hannibal, película que a Fabián lo enloquece. En parte por este fanatismo y en parte porque es un apasionado de la historia del arte, Florencia es una de las ciudades que cautivaron su corazón flâneur. “Es mi lugar en el mundo, viviría y moriría ahí”, declara este amante de la tradición hasta en las cosas más pequeñas.
Pero no todo es amigos, vida social, eventos y desfiles. A veces elige no hacer nada más que quedarse en casa, donde lo esperan su mejor sillón, una taza de té (su bebida predilecta) y una mesa llena de libros –todos lindos, por supuesto–. Las experiencias vividas le enseñaron que la vida es corta, “entonces, ¿por qué perder tiempo pasándola mal?”, reflexiona. “Todo el mundo sufre de poco tiempo, por eso es tan importante optimizarlo. Ya que es poquito, ¡pasémosla bomba! No voy a perder mi valioso tiempo en un lugar que no es lindo o con alguien que no vale la pena”. El secreto, remata, es disfrutar lo que uno hace.
Ping Pong
¿Un libro para llevarte a un vuelo muy largo? Siempre subo con una revista, que últimamente tiene más que ver con la arquitectura, la decoración y el arte que con la moda. Más allá de su valor literario, el libro Los cuatro acuerdos me ayudó a enfrentar un momento de tristeza de mi vida. Lo uso de amuleto, es como mi nuevo evangelio y un buen regalo para quien lo necesita.
¿Una prenda comodín? Si tengo un sweater de cashmere gris, todo va a estar bien.
¿Un disfraz divertido? Para la última fiesta de Baron B fuimos cuatro amigos de caballeros. Era un traje pesado con una malla metálica, como si fuéramos a las Cruzadas.
¿El mejor festejo de cumpleaños? El último estuvo muy bien, mi mejor amigo me regaló una banda de jazz que descubrí gracias a él y que sigo desde entonces. Logré invitar un mix de gente que adoro.
¿Un recuerdo lindo de tu infancia? Me divertía ir a visitar a mi madrina, porque mi mamá todavía no me dejaba ir solo a ningún lado y con ella podía ir al Museo Larreta o a una casa de antigüedades que me encantaba. La acompañaba a elegir géneros cuando se estaba haciendo su casa y todo eso me parecía encantador.
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