¿Exámenes, entrevistas y fotos? Cómo son los procesos de admisión en los colegios privados
La lista de requisitos para ingresar suele ser parte de una estructura que se ajusta a la idiosincrasia de cada institución; “En los procesos de admisión se respeta un ideario, pero no se puede ir en contra del reglamento básico”, aseguró Martín Zurita, titular de la Asociación de Colegios Privados de la Provincia de Buenos Aires (AIEPBA)
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Cartas de recomendación, documentación y certificados de estudios anteriores. La lista de requisitos para ingresar a colegios privados suele ser parte de una estructura que se ajusta a la idiosincrasia de cada institución. Al menos así lo define el Reglamento General de Instituciones Educativas, fijado en el decreto provincial 2299/2011. “La inscripción y asignación de vacantes de los alumnos en los establecimientos de gestión privada se ajustará a la legislación general vigente, los derechos y obligaciones estipulados en el contrato de enseñanza, los reglamentos internos y el proyecto institucional”, estipula la norma.
En este sentido, Martín Zurita, titular de la Asociación de Colegios Privados de la Provincia de Buenos Aires (AIEPBA), que nuclea a las instituciones privadas en la Provincia, habló con LA NACION y dio detalles sobre cómo suelen ser los procesos de admisión en institutos privados. “En los procesos de admisión se respeta un ideario, pero no se puede ir en contra del reglamento básico”, señaló, y dijo: “Los requisitos tienen que ver con el proyecto y los valores de una escuela en particular, donde hay idiosincrasia, pero también rigen los límites”.
Foto familiar, ¿un requisito?
Esta semana, los procesos de admisión a instituciones privadas pasaron a ocupar gran parte de la agenda, no solo por el comienzo del ciclo lectivo, sino porque una lista de requisitos del colegio Northlands se posicionó en las redes por un posteo de Evangelina Anderson. Según el posteo, además de lo más habitual, como la presentación de una copia del último reporte escolar, el colegio pidió una foto familiar del potencial alumno.
“En los procesos de admisión se suelen hacer preguntas con respecto al núcleo familiar, pero no es habitual el pedido de una foto”, definió Zurita al evaluar la práctica.
En diálogo con LA NACION, el colegio Northlands aclaró: “Respecto al pedido de fotos familiares como parte de la información requerida por nuestra institución, Northlands aclara que dicho requerimiento es solicitado solo a los efectos de completar la inscripción o preinscripción de los alumnos por motivos de seguridad y personalización. De ninguna manera tiene injerencia en el criterio de selección y menos aún representa un acto discriminatorio en una institución que valora la diversidad en los alumnos, los docentes y sus directivos”.
Al ser consultados por a qué se refieren con motivos de seguridad, desde el colegio indicaron: “Saber si la personas que se presenta a la entrevista es la misma que está realizando el proceso, por ejemplo. También se trata de identificar a cada individuo. Tenemos casi 2000 alumnos entre ambas sedes”.
En ese sentido, un puñado de padres y madres de estudiantes de la institución –quienes solicitaron el resguardo de su identidad- destacaron que no se trata de una condición excluyente para potenciales alumnos. “Tiene que ver con conocer la dinámica familiar, pero no es un requisito de inscripción”, aseguró una mujer que, además de tener hijos de edad escolar en el colegio, es exalumna del establecimiento. Y asestó: “Es un colegio laico superabierto, con alumnos de todo el mundo, con familias de todo tipo, como para que el pedido de una foto se catalogue como discriminación”.
Los procesos de admisión
Según constató este medio en las Políticas de Admisión del Northlands, una vez completado el formulario de admisión en línea, solo en caso de contar con vacantes disponibles la oficina de admisiones se pone en contacto con la familia. “Las solicitudes, luego de considerar las familias con prioridad –hijos de actuales familias de colegio e hijos de exalumnos- se tomarán por orden de llegada”, informa el establecimiento con sede en Olivos y Nordelta.
La siguiente etapa del proceso de admisiones contempla entrevistas con las familias de los potenciales alumnos junto al Director de la sección correspondientes (jardín, primaria o secundaria), además de un encuentro con un psicopedagogo para realizar la historia vital del candidato. Por último, se procede a realizar una evaluación integral del aspirante, que incluye una sesión de juegos para el Nivel Inicial y un examen académico para el Nivel Primario y Secundario.
La clave está -según advierte a LA NACION Lucía Monsegur, directora ejecutiva del colegio Michael Ham- en que los padres o tutores del menor determinen si la escuela se ajusta a las ideas y valores que buscan para sus hijos. “Porque se vienen muchos años que son un pacto entre familia y escuela”, argumentó.
En el Michael Ham –con sedes en Vicente López y Nordelta- el proceso de admisión comienza con un breve formulario online, aun cuando existe un vínculo con el colegio. Allí se recibe información y se puede proceder a un segundo formulario más minucioso, donde –se aclaró- no se pide foto de la familia.
“Las preguntas del formulario largo incluyen desde información básica del potencial alumno como de sus progenitores. Además, se hacen preguntas sobre cómo describirían a su hijo; si el niño presenta dificultades de integración (es un colegio inclusivo, integrador); cuál es preocupación que tienen como padres frente a la sociedad actual y por qué nos eligen”, describió Monsegur.
La siguiente instancia es ofrecer una entrevista con directivos, ya sea personal o por Zoom. “Y en esa entrevista lo que hacemos es contar el proyecto pedagógico y se amplía lo que sea de la institución”, precisó, al tiempo que sumó que también se invita a un día para recorrer el colegio en acción. “Para nosotros las admisiones son la puerta de entrada al colegio, entonces le dedicamos mucho tiempo y los directores son los que están en las entrevistas”, añadió.
Darío Álvarez Klar -fundador de la Red Educativa Itinere (que nuclea los colegios Northfield, Colegio del Faro, The Global School, South Creek School y North Schools, en Uruguay)- destacó que desde hace años no hablan de admisión, sino de ingresos. “Admisión implica un concepto restrictivo”, apuntó, y explicó: “Nos gusta más contar a ver si adhieren a una propuesta educativa que ver si están a la altura de nuestro proyecto”.
“No se traza una vara para ver si lo alcanzas o no, es tan diversa la conformación de familias y el mundo de los niños que me parece que hay que entender si podemos trabajar juntos o no a nivel de valores, convivencia, principios”, dijo Álvarez Klar, y sumó: “No hay que forzar a que todos los chicos fueron al mismo colegio tienen que ir; hay que ver si el proyecto les sirve o no”.
El fundador de la Red Educativa Itinere señaló que no se pide una foto de los niños. “Lo que tenemos es una conversación con adultos, y luego nos gusta conocer a los niños y ver su recorrido escolar anterior, que venga con sus carpetas, sus dibujos; e incluso les pedimos a los jóvenes a partir de los 11 años que traigan preparado un tema que les guste y les emocione para que se sientan seguros, para romper el hielo”.
Por su parte, el Colegio del Salvador –en el centro porteño- tampoco pide fotos de las familias en el proceso de admisión. Así lo precisó Juan Ignacio Castellaro, representante de la comunicación del instituto. “El proceso para ingresar al colegio es un encuentro de la familia que está buscando con la propuesta educativa de formación integral”, definió.
Y agregó: “Se invita a la familia a venir a una entrevista para conocer a los directivos del nivel que sea y poder conocer las instalaciones, salas, espacios. Se les cuenta la propuesta de todo el colegio y del perfil del egresado”. Si están de acuerdo los padres o tutores, después puede haber un examen de nivel de estudio. “Y luego de se comunica a la familia si hay o no disponibilidad de vacante”, resumió Castellaro.
El rechazo
En general, el rechazo en los procesos de admisión está vinculado a una cuestión de vacantes. En este sentido, los colegios organizan un criterio de asignación que otorga una serie de prioridades cuando la demanda es más alta que los lugares disponibles.
“Los Establecimientos Educativos de Gestión Privada de la provincia de Buenos Aires en todos sus niveles que negasen la inscripción a un alumno/a o la reinscripción para el año o ciclo siguiente estarán obligados en los casos que les fuera solicitado, expresar fundamentos por escrito de las causas que llevaron a la decisión adoptada”, estableció la ley 14498, después de la publicación del decreto con el Reglamento General de Instituciones Educativas.
Y determinó: “Las razones o fundamentos de la negativa de matriculación o rematriculación deberán ser brindados por escrito y en forma confidencial al requirente, en el plazo máximo de cinco (5) días hábiles administrativos de recibida la solicitud”.
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