Ex Mercado Falcón: el predio con valor histórico, en conflicto desde hace 10 años, que podría tener un nuevo destino
A principios del siglo XX, funcionó ahí el mercado de Flores; tiene una superficie de 1800 metros cuadrados y está ubicado en un lugar neurálgico del barrio
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Audiencias públicas, asambleas en la Junta Comunal, pedidos de información a las autoridades pertinentes e innumerables reuniones. Este conflicto tiene desde hace más de una década como protagonistas a los vecinos del barrio de Flores, al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, a una cooperativa y a un predio de aproximadamente 1800 m² con valor histórico, patrimonial e inmobiliario.
Se trata de una propiedad conocida como el “ex Mercado Falcón”. Está emplazado en la calle Ramón Falcón 2710-2714, y allí funcionó, desde principios del siglo XX, el mercado de Flores. Su ubicación es inmejorable: a una cuadra de la sede comunal N°7 y a una de la Avenida Rivadavia, un lugar neurálgico del barrio.
Actualmente, el predio lo ocupa la cooperativa de provisión y comercialización “Libertadores de América Limitada”, que vende productos de empresas recuperadas. Si bien la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires le cedió el uso del inmueble por un año en 2017, ese permiso ya venció y hoy no hay sustento legal que justifique su continuidad en el lugar. Pero la Ciudad no acciona las medidas tendientes a regularizar la situación.
“Queremos que [el predio] sea destinado a solventar las necesidades de los vecinos. Una de ellas es que pueda ser el lugar donde funcione la sede comunal y otra es poder ampliar los servicios que la comuna presta. Incluso, si se concretaran estos objetivos, debido a la extensión del terreno también se pueden desarrollar actividades culturales o de interés para la comunidad. Está muy desperdiciado”, explicó Alberto Silber, parte del Consejo Consultivo de la comuna N°7.
Pablo González, actual ocupante y principal representante de la cooperativa, dijo que en el predio funciona “un patio de comidas y una distribuidora de productos de empresas recuperadas, como Mielcitas, Aceitera la Matanza, Torgelón y La Litoraleña”. LA NACION visitó el lugar un miércoles a las 17 y estaba cerrado. Al respecto, González explicó que están refaccionando las instalaciones: “Se construyó un baño para personas discapacitadas y se cambiaron las mochilas de plástico por mochilas de losa, con la renovación de la totalidad de caños de agua”.
Y detalló: “Trabajamos de 6 a 16 con la distribución de productos, y los viernes y sábados abrimos al público”.
Una fuente del Ministerio de Desarrollo Económico porteño indicó a LA NACION que tienen pensado “hacer un mercado barrial y que ellos [por los cooperativistas] se integren”. Asimismo, detalló que “la Ciudad inició conversaciones para restituir el predio”, a la vez que justificó el tiempo transcurrido desde el vencimiento del permiso otorgado a los ocupantes. “Es una cooperativa y entonces hay que ser cuidadoso”, señaló.
Un inmueble histórico
El ex-Mercado Falcón tiene, además, una historia de gran importancia para los vecinos: allí funcionó, entre 1901 y 1909, la primera usina eléctrica que abasteció de energía a parte de la ciudad. Tal como detalló Eduardo Gabor, presidente de la Junta de Estudios Históricos de San José de Flores, ante la diversidad de empresas con diferentes niveles de voltaje “el Gobierno nacional firmó en 1907 un convenio de unificación y servicio con la empresa CATE —Compañía Alemana Transatlántica de Electricidad—, lo que obliga a desactivar las pequeñas usinas y modificar otras”.
Tres años después, en 1910, se inauguró el Mercado del Barrio de Flores y se construyó el edificio actual, con una arquitectura utilitaria. “Estructuras prearmadas que se montaban in situ con ciertas características ornamentales, donde se combina el hierro y la mampostería en una perfecta armonía de conjunto. La misma se encuentra rodeada de una calle de servicio, empedrada para el movimiento de las mercaderías que le da un marco apropiado al edificio”, explicó Gabor.
Sobre la desaparición del mercado en el predio, Ana Arcuri, vecina de Flores e integrante del Consejo Consultivo de la comuna 7, comentó que fue a partir de que las ferias y los mercados comenzaran a ser itinerantes. Si bien no precisó la fecha, dijo que se dio a fines del siglo XX y que se implementó de esa manera con el objetivo “de que lleguen a más barrios”. Las personas que hoy ocupan el exmercado son hijos de antiguos feriantes.
Más de una década
En 2010, el decreto 212 ordenó la “desocupación administrativa del inmueble sito en la calle Coronel Ramón L. Falcón 2710″. Sin embargo, eso nunca sucedió. Ese mismo año, los ocupantes propiciaron la presentación de un proyecto, 1726-D-2010, a través del entonces diputado Diego Kravetz, mediante el que se proponía otorgar “a la cooperativa de provisión y comercialización ‘Libertadores de América Limitada’ el uso precario y gratuito por 20 años del inmueble sito en la calle Coronel Ramón Falcón 2714, propiedad del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires”.
Kravetz, un dirigente político que en ese momento representaba en la Legislatura a la oposición, fue además representante legal del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER). Recoop, distribuidora de productos de empresas recuperadas, que forma parte de MNER, es quien le vende la mercadería a “Libertadores de América Limitada”. Hoy Kravetz se desempeña como jefe de Gabinete del municipio de Lanús, territorio de Néstor Grindetti (PRO), y está casado con Soledad Acuña, ministra de Educación de Horacio Rodríguez Larreta en la ciudad de Buenos Aires.
La Constitución porteña prioriza la participación ciudadana en las normas que afecten, entre otras, a “toda concesión, permiso de uso o constitución de cualquier derecho sobre el dominio público de la Ciudad”. Para ello, creó el mecanismo de doble lectura con llamado a audiencia pública entre la primera votación y la sanción en segunda instancia para este tipo de proyectos. Así lo estipulan los artículos 89 y 90 de la carta magna porteña.
La audiencia pública para debatir esta cesión se realizó el 16 de mayo del 2012 y allí los vecinos del barrio de Flores tuvieron la posibilidad de exponer sus argumentos. De los 38 oradores, nueve (24%) se pronunciaron a favor y 29 (76%), en contra.
El primer orador fue Pablo González, quien argumentó su permanencia en el exmercado. “Somos hijos y trabajadores del barrio de Flores. Somos los viejos hijos de los permisionarios del mercado. De los 200 mercados que funcionaban en los 90, quedan solamente siete en poder de la ciudad de Buenos Aires. Después de la crisis del 2001, con la ayuda del Gobierno de la Ciudad logramos empezar a trabajar en el desarrollo y armado del mercado. En ese momento, ellos no tenían presupuesto para invertir y nos sugirieron hacer una cooperativa, que era la misma que trabajaba en el mercado de Rojas y Rivadavia. Hoy somos más de 25 personas que estamos trabajando”.
En la misma línea, otro de los expositores a favor de la cesión del predio a la cooperativa fue Augusto Prado, que se presentó como vecino y feriante. “Nosotros seguimos adelante con nuestros sueños, porque siempre fue una fuente de trabajo para nosotros. Mis hijos de ahí comieron, vivieron, estudiaron y seguimos con la ilusión de seguir con el predio porque es nuestro. Nos corresponde porque muchos compañeros dejaron la vida ahí. Ahora quieren el mercado porque hay intereses y porque está lindo y limpio”, señaló.
Uno de los principales argumentos en contra del proyecto, en tanto, fue la falta de espacios de la comuna para desarrollar sus servicios. Así lo detalla Alberto Jalón: “La comuna necesita un edificio propio, dado que donde funciona es totalmente inadecuado, construido para el entonces Banco Municipal. Es totalmente hostil para personas en silla de ruedas, con ascensores insuficientes que muchas veces se descomponen, y ya resulta chico”.
“El predio del exMercado Falcón es un espacio de dominio público, perteneciente a la Ciudad, que deberá ser la futura sede comunal y un lugar de encuentro para la participación social y vecinal de sus habitantes. Sin embargo, el espacio se encuentra tomado por algunas personas que lo utilizan para una actividad comercial privada”, señaló José Galante durante la misma audiencia.
Finalmente, el proyecto de cesión del predio a la cooperativa por 20 años no se aprobó. Sin embargo, en diciembre de 2016 la Legislatura sancionó la ley 5780, a partir de un proyecto de la diputada Gabriela Alegre (Frente para la Victoria), que le dio a la cooperativa “Libertadores de América Limitada” el uso precario y gratuito del inmueble por el término de un año. Su publicación en el Boletín Oficial, y entrada en vigencia, fue en febrero del 2017, por lo que su vencimiento se dio el mismo mes del siguiente año. Actualmente, Alegre es titular del Programa Bienes Culturales del Ministerio Público de la Defensa de la ciudad de Buenos Aires.
En su artículo 6, la norma estipula: “A la finalización del plazo previsto en el artículo 1°, las entidades deberán restituir el predio a la ciudad de Buenos Aires, quedando en propiedad de la misma toda mejora que se hubiera efectuado, sin que esta se obligue al pago de indemnización o compensación alguna”. Hace cuatro años y siete meses que este deber no se cumple.
“Desde el Consejo Consultivo venimos bregando para esta recuperación, pero advertimos que hay un inusitado desmanejo del tiempo en beneficio propio, estamos hablando del Gobierno de la Ciudad”, remarcó Silber a LA NACION.
El pasado agosto, las comisiones de Medio Ambiente y Espacio Público, Desarrollo Económico y Turismo, que conforman el Consejo Consultivo, enviaron una moción a la Junta Comunal 7 con pedidos concretos para que “instrumente las medidas necesarias para recuperar el predio”, así como para que “impulse los proyectos que comprendan la valorización del edificio y su puesta en funcionamiento”. Sin embargo, aún no recibieron respuesta.
El presidente de la Junta Comunal del barrio de Flores, Federico Bouzas, no respondió las consultas de este medio.
Actualmente, la situación es igual que hace diez años. Si bien una fuente del Ministerio de Desarrollo Económico porteño dijo a LA NACION que “se está trabajando con todos los actores con la idea de encontrar una solución satisfactoria para todas las partes del barrio y para poner el valor el espacio de la mejor manera”, no indicó plazos ni medidas concretas.
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