Estudiantes del interior. Seguirán el año universitario desde clases remotas
La Ciudad de Buenos Aires es una de las más importantes en cuanto a oferta educativa, en especial a nivel universitario. Históricamente ha atraído a jóvenes de todo el país e incluso de países limítrofes y del resto de América Latina a cursar sus estudios. Pero, el paso de la pandemia hizo a la gran mayoría armar las valijas para volver a sus hogares. La estadía en la Capital carecía de sentido al cancelarse la presencialidad de la enseñanza. Además, la vuelta representó un alivio económico, al dar de baja los alquileres de departamentos y los gastos que generaban viviendo lejos de sus hogares. Y aún no menos importante, el regreso no los dejaba solos en la Ciudad.
“Volver a Concordia, en Entre Ríos, fue bueno porque pude estar con mi familia, si me quedaba, con el aislamiento obligatorio, iba a estar completamente sola”, dice Mohibe Nahir Saliva, estudiante de arquitectura de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE). “La vuelta a casa también significó tener que ayudar con la empresa familiar que no venía bien por la economía del país”, sostiene.
Por su parte, Milagros Dinardi, que vive en San Andrés de Giles, provincia de Buenos Aires, y está por cursar el último año de la licenciatura en biotecnología, también en la UADE, asegura: “la cursada 2020 fue amena a pesar de ser virtual, me tocaba hacer turno noche así que la virtualidad representó una ventaja. Obviamente prefiero la presencialidad, más que nada por las prácticas y porque es mi último año”.
Si bien no hay una definición por parte de las autoridades educativas y sanitarias sobre cómo será el próximo año lectivo para las universidades, algunas casas de estudio ya planean una modalidad híbrida, presencial y virtual, mientras que otras se inclinan únicamente por la virtual. En este contexto, se espera que, ante la incertidumbre, los alumnos del interior, sigan con la modalidad a distancia. En tanto, el pasado 9 de febrero, el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) emitió un comunicado en el que adelanta que las universidades públicas garantizan el dictado de clases para el ciclo lectivo 2021, “el que se desarrollará de manera mixta y, en la medida que las condiciones de salud de la población lo permitan, se retomará, gradual y progresivamente, el dictado de clases presenciales”. A su vez, hace hincapié en que la modalidad virtual llegó para quedarse. También aclara que se trabaja con los protocolos para implementar el cursado de asignaturas que requieren práctica y que necesitan la presencialidad. Por otra parte, anticipa que realizará las gestiones ante el Ministerio de Salud de la Nación para asegurar la inclusión de la comunidad universitaria de docentes y no docentes en las prioridades de vacunación.
“La mayoría de alumnos que provienen de otras provincias, regresó a sus hogares porque no tenía sentido permanecer en la Ciudad, primero para abaratar costos y para seguir en sus hogares con la cursada al ser posible hacerla en forma virtual”, explica Romina Cavalli, vicerrectora académica de la Universidad del Salvador (USAL), que cuenta con un 17% de alumnado del interior. Cavalli admite que, de volver a un modelo híbrido donde la presencialidad esté combinada con las clases remotas, la universidad no puede obligar a la presencialidad al alumno que vive lejos. “No podemos pretender que el alumno del interior se presente físicamente a cursar cuando no tenemos una presencialidad al 100%, por la pandemia”, agrega.
El regreso a sus hogares en algún momento de 2020 fue el común denominador para los estudiantes y todo indica que no habrá cambios. “Dado que durante el primer cuatrimestre del año pasado era muy grande la incertidumbre respecto del levantamiento del confinamiento, muchos alumnos del interior se quedaron en la Ciudad a la espera de la vuelta a la presencialidad. Luego del receso de invierno, y ante la continuidad del aislamiento, algunos alumnos emprendieron el retorno a sus hogares, para continuar sus estudios bajo la modalidad online, otros regresaron al finalizar la cursada en diciembre”, señala María Susana Urrutia, vicerrectora de Alumnos y Extensión de la Universidad Austral.
Sofía Brondello Del Sueldo, de Villa María, Córdoba, se recibió en diciembre pasado en la carrera de Medicina de la Universidad Austral y recuerda el alivio que sintió al poder volver a su casa antes de que cerraran todo a la vez que destaca el haber podido finalizar sus estudios en su ciudad natal. “Al ser el último año tenía que cursar dos materias y hacer las prácticas finales obligatorias. Pude hacerlas aquí en la Clínica de Especialidades de Villa María, desde la universidad me ayudaron y facilitaron para terminarlas”, cuenta. Para este año, la Universidad Austral se prepara ya sea para implementar una modalidad de clases online, presencial o híbrida, según lo dispongan las autoridades. “Igualmente, en este contexto de pandemia, con medidas tan cambiantes, sabemos que hay alumnos que pueden tener dudas de volver a las aulas y por eso les aseguramos a quienes no puedan o no deseen volver a la presencialidad aún, que continuarán con la cursada de manera online”, advierte Urrutia.
A la espera de definiciones
Desde la Universidad Católica Argentina (UCA), María Florencia Báez, directora del Departamento de Orientación Universitaria, también se refiere a este fenómeno que seguramente continúe. “En su gran mayoría, los alumnos del interior regresaron a sus hogares. Esta situación colaboró mucho desde lo emocional porque estuvieron acompañados por sus familias. Asimismo, estudiantes extranjeros que realizan su carrera como alumnos regulares fueron regresando a su país a medida que les otorgaban los permisos sanitarios para salir de Argentina e ingresar a su país de procedencia”, sostiene.
Kieffer Schroder, del segundo año de Ingeniería Ambiental en la UCA, oriundo de Río Gallegos, Santa Cruz, cuenta su experiencia “al comienzo de la cursada del 2020 todo era nervios e intriga de saber cómo sería la vida universitaria a distancia. Con esta modalidad me costó muchísimo mantener el ritmo necesario y mantener la concentración. Por otro lado, me siento afortunado de poder cursar la carrera y tener a mi familia en la misma ciudad, que es algo que no suele pasarnos a las personas del interior. De todos modos, la presencialidad es algo que espero con muchas ansias”, dice.
Desde la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) también advirtieron el regreso a sus hogares de los alumnos del interior y del exterior. “Los extranjeros también retornaron a sus países, algunos ni bien se anunció la cuarentena, y otros prefirieron esperar por si se retomaban las clases presenciales. El último estudiante en regresar a su país de origen lo hizo en septiembre, en un vuelo de repatriados”, señalan desde la UTDT. Y aseguran que ni bien sea sanitariamente seguro y esté permitido hacerlo de un modo que no ponga en riesgo el cronograma de clases, se volverá a la presencialidad. “Mientras tanto, estimamos que la gran mayoría de nuestros alumnos del interior y el exterior lo harán desde sus hogares”, sostienen.
Por su parte, Ricardo Orosco, rector de la UADE, asegura que sus alumnos del interior y del exterior están a la expectativa para definir qué hacer. “Los alumnos de UADE nos manifiestan que esperan una mayor certidumbre para tomar la decisión de mudarse de sus países o provincias a Buenos Aires. Saben que UADE espera volver a clases presenciales, pero también que la universidad les garantiza la posibilidad de continuar con sus cursadas de forma remota hasta que no se pueda volver a un modelo de dictado de clases 100% presencial”, aclara.
El Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) también se adaptó rápidamente al contexto de pandemia. “La universidad se acomodó a la virtualidad y esto les dio independencia física a los estudiantes, por lo que varios optaron por cursar desde sus lugares de procedencia. Este año comenzaremos en forma virtual, y se desarrollarán las prácticas académicas presenciales, respetando los protocolos sanitarios, únicamente en talleres y laboratorios”, asegura Eugenia Cannata, directora del departamento de Relaciones Internacionales del ITBA.
Mientras que la Universidad Siglo 21, dejará la elección de la modalidad a sus estudiantes, siempre a partir de las disposiciones de las autoridades. “Los aprendizajes del año pasado nos permiten reevaluar la presencialidad entendiéndola como un complemento de los recursos tecnológicos. La elección está en el estudiante, quien haya descubierto que su preferencia es estudiar con mediación tecnológica, podrá hacerlo de manera 100% virtual. En tanto aquellos que prefieren entornos presenciales, podrán regresar a las aulas integrando la tecnología como recurso”; explica Laura Rosso, secretaria general de Academia y Desarrollo. Y agrega “cada vez son más las personas que eligen modelos educativos con mediación tecnológica o modelos híbridos para su formación; no sólo porque se encuentran en zonas geográficas alejadas, sino también porque este tipo de aprendizaje les permite a quienes trabajan poder continuar con su formación”, finaliza.
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