Estos son los servicios que se verían afectados en la Costa esta temporada por la altísima demanda
A partir de este fin de semana se espera un aluvión de visitantes en las playas bonaerenses
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MAR DEL PLATA.— Están avisados: no será la que se pone en marcha una temporada apta ni fácil para ansiosos o están apurados. La paciencia, esta vez más que nunca, deberá tener asegurado un lugar amplio en el equipaje para un verano que, por primera vez en casi dos décadas, promete una demanda de servicios no ya con un par de acostumbrados picos sobre fines de enero sino con demanda sostenida desde estas fiestas de Fin de Año y por varias semanas consecutivas.
¿Taxis o remises? Hasta hora y media o dos de espera durante las madrugadas. Ómnibus, con frecuencia a cuentagotas ¿Bancos? Hay colas eternas frente a los cajeros automáticos durante el día y algo más. ¿Turnos para comer? Las reuniones para despedidas de fin de año exponen a un sector que anda midiendo sus límites tras una larga pausa. ¿Y el tránsito? Ya hay un show de bocinazos. Todo esto aun cuando los marplatenses están casi en familia.
La inquietud se extiende a la capacidad y calidad de respuesta que se podrá dar, aquí y aún más en otros destinos más pequeños, con los servicios públicos. En primer lugar la provisión de agua, que suele tener sobresaltos focalizados por períodos y barrios. La energía eléctrica, que dependerá en buena medida de las temperaturas. Y, en algún caso, hasta se pondrá a prueba la resistencia de la red cloacal.
“Los titulares [de licencias] deberán prestar un servicio obligatorio mínimo de ocho horas por día en tres turnos, cubriendo las 24 horas.”, se advirtió esta semana desde la Secretaría de Gobierno. Eso implicaría que un tercio de los 2147 taxis que tiene Mar del Plata debería circular de 21 a 5, la franja que más sufren los usuarios. A esa oferta hay que sumar 715 remises.
El distrito, según coinciden funcionarios locales y gremios del sector, tiene un déficit de 500 choferes para autos de alquiler. Durante las madrugadas es cuando más se nota. La pandemia y las restricciones para circular y trabajar obligaron a reconvertirse a cientos de ellos que tuvieron que buscar otra fuente de ingresos. Desde la comuna organizaron cursos de formación, en busca de reclutar aspirantes. Los resultados esperados aún no se ven. ¿Uber? Aquí no está permitido, pero hay quienes aseguran haber solicitado y encontrado ese servicio.
“No podemos permitir que por un grupo de dueños de taxis, irresponsables que no cumplen, nos aparezcan aplicaciones que nos dejen en la calle”, dijo a LA NACION el titular del Sindicato de Peones de Taxis, Donato Cirone. “Hay 700 autos que se resisten a colocar botón antipánico que garantiza seguridad, pero también saber si están cumpliendo servicio y en qué horario”, destacó.
Hacerse de efectivo asoma como otra difícil aventura que se viene con el nuevo año. Los bancos escasean sobre el frente de playas y zonas periféricas. Entonces encontrar cajeros demandará sumergirse en la siempre muy concurrida zona céntrica o algunas zonas comerciales, también de alto tránsito.
Según pudo averiguar LA NACION, hay gestiones de bancos públicos y privados para disponer puestos o trailers móviles en el acceso a la ciudad por Ruta 2, zona Alfar y alguno sobre la costa. “Los meses de pandemia volcaron a mucha gente a medios digitales de pago, lo que le va a quitar presión a la demanda de billetes”, explicó Guillermo Martínez, titular de la Asociación Bancaria de Mar del Plata.
La otra alternativa a tener en cuenta serán las extracciones en supermercados y otros comercios que ofrecen la posibilidad de retiros con tarjeta de débito.
Plena expansión
La gastronomía vive horas de plena expansión. Los locales del rubro que habían cerrado el año pasado por la pandemia reabrieron con la misma u otras firmas. Y si pudieron, se ampliaron, bajo techo o al aire libre con los decks, que son furor. La duda ahora es si dará la talla frente a una demanda tan grande y continua como la que se prevé.
“Vamos a necesitar clientes con un mayor margen de tolerancia porque va a haber mucha gente y las condiciones para los comercios han cambiado”, reconoció Hernán Szkrohal, vicepresidente de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica. Reconoce que se incrementó la oferta del sector y con ello la mano de obra, que no parece alcanzar. A lo que se suman —y preocupa mucho— los faltantes de mercadería e insumos. Desde alimentos hasta vasos.
Por si fuera poco, el pase sanitario que impone la provincia suma demoras y complicaciones. Comerciantes del ramo lidian con personal que no se quiere vacunar y comensales que quieren acceso al salón sin exhibir certificados sanitarios.
Otro tanto hay que esperar en balnearios. Alquilar carpas o sombrillas por día o períodos cortos no será fácil. La oferta se achicó porque, plan PreViaje de por medio, creció la demanda por temporada. Los marplatenses aprovecharon y mucho este beneficio, que les permite recuperar hasta 50% de los 90.000 hasta 200.000 pesos que pagan por su espacio de sombra y servicios de playa de diciembre a marzo.
Y el tránsito. La ciudad, se estima, tiene un parque automotor de casi 250.000 vehículos. Casi a razón de uno cada dos habitantes. En enero puede crecer de 30 a 50%, con picos de más de 350.000 turistas que pernoctan aquí cuando la oferta de alojamiento hotelera y de alquileres está a pleno.
Al incremento de los automóviles y motos se suma la reducción del espacio público. La gastronomía avanzó sobre calles, tanto como para dejar un único carril para circular. Una misión difícil entre colectivos de transporte urbano, ómnibus que ya están llegando para dejar contingentes turísticos en hoteles, camiones que operan con la carga y descarga de mercaderías para comercios y, un eterno mal local: estacionamientos en doble fila.
El municipio anunció la semana pasada un operativo de seguridad que tendrá una de sus patas fuertes en el control del tránsito. La serie de despistes en la costa durante los últimos meses generó alarma. Con medios limitados en personal y móviles en el área específica, sumará refuerzos de patrullas de la Secretaría de Seguridad, policía provincial y Prefectura Naval, cámaras de monitoreo, fotomultas y anillo digital.
Con respecto de servicios de luz y agua se han tomado previsiones y la dinámica del verano dirá si estuvieron a la altura. Desde la Empresa Distribuidora de Energía Atlántica (EDEA- Grupo DESA), a la espera de una temporada récord de consumo, confirmaron inversiones que incluye la puesta en servicio de una línea de alta tensión de 132 kv que cubrirá Mar Chiquita y zona norte de Mar del Plata. Otra similar se habilitará en próximos días en Parque Industrial para cubrir el frente sur. Y, entre otras mejoras, se repotenció una estación transformadora en pleno centro.
El último verano, sin tantos turistas, en determinados sectores de la ciudad los vecinos padecieron cortes de agua. Fue la temporada del boom de nuevas piscinas, alternativa hogareña a los balnearios en medio de la pandemia. Desde Obras Sanitarias General Pueyrredon aseguran que para esta temporada se reforzaron redes de suministro. “Habrá más de una veintena de nuevos pozos de abastecimiento para afrontar una mayor demanda”, aseguraron desde la empresa.
Y en cuanto a redes cloacales, aquí parece estar todo bajo control pero la expectativa por una demanda intensa y sostenida pasa por otros distritos. Por ejemplo Pinamar, donde el proyecto de una planta depuradora sigue demorado.
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