“Estamos muy emocionados de reencontrarnos”: así fue la llegada de los cinco argentinos repatriados desde Ucrania durante la guerra

“Estamos muy contentos y emocionados de reencontrarnos y que nuestra familia esté acá, a salvo. Hacía ocho meses que no veíamos a nuestra hija y a nuestro nieto”, dijo el padre de Gloria Katich, una de los cuatro ciudadanos argentinos, y también un ciudadano ucraniano con visa humanitaria, que arribaron al Aeroparque Internacional Jorge Newbery este sábado. Las sonrisas eran evidentes a pesar del barbijo y del cansancio que reflejaban sus ojos tras varias horas de vuelo y la huida de un epicentro del terror.

Desde la embajada argentina en Brasil, la joven de 26 años había expresado a LA NACIÓN su ansia por llegar a Buenos Aires: “Solo quiero estar con mi familia”. Un anhelo que pudo cumplir hoy, con el abrazo de sus padres cuando llegaron al aeropuerto. No podían desprenderse del pequeño, Yaroslav Katich, de tres años, que viajó con ella y estaba disfrutando de un chupetín en los brazos de sus abuelos.

El vuelo 1241 de Aerolíneas Argentinas proveniente de San Pablo se adelantó 40 minutos y aterrizó a las 13.30. Casi una hora después, Gloria y Yaroslav, junto a Gabriel Santomero, Olga Trunina y Zinovii Frondzei aparecían en la sala de arribos internacionales de aeroparque, acompañados por la presidenta de la Comisión Cascos Blancos dependiente de la Cancillería argentina, Sabina Frederic, y por Santiago Galar, director de operación y logística de Cascos Blancos. Emocionados, con poco equipaje y mucho cansancio a sus espaldas, le pidieron a las autoridades acudir de inmediato a un espacio privado.

“Están muy, muy cansados. Fue terrible encontrarse con la luz del sol, porque vienen de un invierno fuerte en Ucrania, sobre todo el niño. Están aguardando en un lugar tranquilo hasta que lleguen sus familiares y se reencuentren, que es lo más importante”, apuntó la exministra de Seguridad.

Los padres de Gloria y abuelos de Yaroslav, y el nieto de Olga y Zinovii, llegaron al hall del aeropuerto una hora después del aterrizaje y entraron al cuarto privado que se les otorgó. Los gritos de alegría mientras se abrazaban se podían escuchar a través de la puerta entreabierta en toda la sala del aeropuerto. Minutos después, los abuelos del pequeño salieron con él en brazos y ayudaron a su hija a cargar con el equipaje.

El resto de ciudadanos presentes en el aeropuerto observaban la escena mientras aguardaban la llegada de sus familiares y amigos.

Mientras, un miembro de Cascos Blancos acompañaba a Gabriel hacia un vehículo que lo llevaría a la estación de trenes de Retiro, donde encaminaría su viaje a Córdoba, su lugar de residencia y donde recién se encontraría con su familia. “Ha sido un viaje largo y todavía no ha terminado”, dijo antes de salir del edificio.

Santomero llevaba un año en Ucrania trabajando como diseñador gráfico hasta que estalló el conflicto. “Todos tenían un futuro ahí y la guerra les hizo decidir que lo mejor era volver a su país hasta que todo se tranquilice”, apuntó Frederic.

El pasado jueves, los cinco ciudadanos viajaron desde Polonia -donde llegaron a través de diferentes vías mientras escapaban de la guerra- a Brasil. Se alojaron en Brasilia hasta que hoy a las 6 salió su vuelo hasta San Pablo, donde hicieron escala hasta llegar a Buenos Aires.

Visa humanitaria

Zinovii, de 82 años, es el único de los repatriados de nacionalidad ucraniana, que obtuvo la visa humanitaria debido a que está casado con Olga Trunina, ciudadana argentina y también repatriada. Así se convirtió en el primer ucraniano en la Argentina en recibir la visa humanitaria.

Hasta el momento, 93 argentinos y 28 familiares extranjeros salieron de Ucrania. Según señaló la exministra, alrededor de 25 ciudadanos argentinos continúan en el país y solicitaron su egreso. “Seguramente por Rumania. Por eso decidimos con Santiago Cafiero desplazar el grupo hasta Bucarest. También estamos cooperando con Acnur para trabajar en conjunto y con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) para tener un panorama de la situación”, añadió.

“La Argentina está abierta a acoger refugiados. Esta semana salió la disposición de migraciones que genera este sistema de visa humanitaria, igual que cuando sucedió la guerra en Siria, que otorga la posibilidad a aquellos que están huyendo de la guerra de venir a la Argentina sin pagar tasas migratorias y con una residencia temporaria por tres años”, añadió Frederic.

Y valoró también la labor de los Cascos Blancos: “El equipo alojó, alimentó y contuvo en Polonia a los ciudadanos que llegaron hoy. La delegación de Cascos Blancos fue en apoyo a la embajada argentina en Polonia y desde esta mañana están en Rumania. Llegaron a Bucarest para desplazarse hasta la frontera con Ucrania y atender a los argentinos que todavía no salieron y manifestaron su deseo”.

“Está programado que la semana que viene salga una donación por vía aérea, en el marco de la asistencia humanitaria que la Argentina está ofreciendo a los ucranianos, principalmente frazadas y elementos de primeros auxilios”, concluyó Frederic.

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