“Estaban palideciendo”: el fenómeno que causó la pérdida de tonalidad de unos de los árboles íconos de la Patagonia
El cambio climático provocó efectos negativos en el bosque de arrayanes del parque nacional ubicado en Neuquén; ahora buscan restaurar el área con la plantación de nuevos ejemplares
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SAN CARLOS DE BARILOCHE.- Desde el fin de semana pasado, el emblemático bosque del Parque Nacional Los Arrayanes, en Neuquén, alberga 800 nuevos ejemplares juveniles de esos árboles. Un proyecto que busca recuperar ese escenario natural.
Ubicada en la península de Quetrihué, muy cerca de Villa La Angostura, la zona protegida se caracteriza por el color canela del arrayán (Luma apiculata), también denominado quetri. Sin embargo, en los últimos años, las cortezas de esos árboles comenzaron a perder su tonalidad distintiva.
“Antes de la erupción del volcán Puyehue, que ocurrió en 2011, los comandantes de los barcos que navegaban por el lago Nahuel Huapi y los guías veían que había ejemplares del bosque de arrayanes que estaban palideciendo, como muriendo. Por eso, no podemos atribuir ese fenómeno a la erupción. De hecho, las erupciones brindan fertilidad a las especies nativas”, cuenta a LA NACIÓN Carlos Garay, intendente del Parque Nacional Los Arrayanes.
Esa particularidad llevó a los especialistas a buscar respuestas. Se organizaron, entonces, talleres de los que participaron múltiples expertos de la Universidad del Comahue, el Conicet y el Área Forestal de la División de Conservación del Parque Nacional Nahuel Huapi, entre otras organizaciones.
“A la conclusión que hemos llegado tiene que ver con el cambio climático. Por su ubicación geográfica, Villa La Angostura es, tradicionalmente, uno de los lugares más lluviosos de la Argentina. Y lo cierto es que no está recibiendo la cantidad de milímetros de promedio anual de precipitaciones que debería recibir. El arrayán es una especie que se da en el monte lluvioso y, como falta la lluvia, empezó a perder su color”, suma Garay.
De todos modos, tras la erupción del Puyehue en junio de 2011, el bosque de arrayanes dio señales positivas. En los últimos años se ha visto una recuperación de los árboles más viejos, que parecían muertos: han vuelto a brotar.
Iniciativa
En paralelo, desde hace seis años el área forestal de Parques Nacionales trabaja en un proyecto de restauración del bosque de arrayanes de la Península de Quetrihué. El objetivo es fortalecer la especie en ese espacio de características únicas en el mundo.
El intendente de Los Arrayanes afirma que esta iniciativa busca el enriquecimiento de la especie: se colocan plantines que ya pasaron por un proceso de crecimiento en el Centro Forestal y Vivero del Jardín Botánico Isla Victoria: “A partir de ejemplares originarios genéticamente del mismo bosque de arrayanes, se cosecharon semillas, que luego se sembraron y germinaron en el vivero. La producción de estos ejemplares cumplió con una primera etapa de germinación intrainvernadero y luego una fuera del mismo, para lograr la rustificación de cada ejemplar como método de adaptación al ambiente”.
En esa segunda etapa, los plantines fueron puestos al aire libre durante algunos meses para que se vayan aclimatando. Unos 800 plantines de arrayán fueron plantados este sábado por alrededor de 30 voluntarios. Entre otras personas, participaron vecinos de Villa La Angostura, profesionales del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medio Ambiente (Inibioma) del Conicet, integrantes de la Asociación Civil Árbol Villa La Angostura y agentes sanitarios del Hospital Oscar Arraiz.
Los organizadores de la jornada afirmaron que la convocatoria fue un éxito. Se hicieron dos viajes en barco desde la isla Victoria hasta la península de Quetrihué para transportar los ejemplares juveniles y cada voluntario plantó más de 20 arrayanes. Ahora se monitoreará la evolución de las plantas y la idea es repetir la experiencia en unos meses.
Además, como la mejor época para trasplantar ejemplares juveniles va de mayo a septiembre, harán diversas plantaciones de especies nativas (coihue, notro, ñire, y radal, entre otras) en barrios de Villa La Angostura durante agosto.
El primer vivero de la Patagonia
Ubicado en la isla Victoria, el Centro Forestal y Vivero Ing. Agr. Alberto Suero constituyó, en 1934, la primera sede de la Intendencia del Parque Nacional Nahuel Huapi hasta que se construyó el edificio actual en el Centro Cívico de Bariloche.
Además de ser el primer vivero de la Patagonia, el lugar fue sede de la Escuela de Jardineros y Viveristas de la Estación Forestal Puerto Anchorena durante 30 años con un equipo de profesionales forestales, agrónomos y biólogos. Actualmente, en el invernadero botánico se realizan distintos proyectos de propagación de especies nativas, como el arrayán.
Finalmente, Garay adelanta que avanza un proyecto para realizar una pasarela de turismo aventura (no masivo) en el bosque de arrayanes. En un rincón que aún no fue revelado, se descubrió hace un tiempo un arrayán de más de 800 años de antigüedad (los ejemplares más antiguos conocidos hasta ahora rondan los 600 años). Se trata de un individuo único, “como un repollo gigante”, hasta tres veces más grande que sus pares.
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