“Esperanza”: estudian el caso de una argentina que se “curó” de HIV sin tratamiento
Se trata del segundo caso documentado en el mundo; el estudio, publicado en una revista internacional, sugiere que la mujer logró una “cura esterilizante”; LA NACION entrevistó a la investigadora que sigue el caso
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La noticia generó impacto a nivel mundial. Una mujer argentina que vive en Esperanza, luego de haber dado positivo de HIV (Virus de la Inmunodeficiencia Humana) se habría curado sin recibir tratamiento, solo con la respuesta de su sistema inmunológico.
El caso se conoció ayer luego de que se publicara el descubrimiento en la revista científica Annals of Internal Medicine donde se llegó a la conclusión: “El VIH-1 con genoma intacto y con capacidad de replicación no se detectó en un controlador de élite a pesar del análisis de cantidades masivas de células de sangre y tejidos, lo que sugiere que este paciente puede haber logrado naturalmente una cura esterilizante de la infección por VIH-1. Estas observaciones plantean la posibilidad de que una cura esterilizante sea un resultado extremadamente raro pero posible de la infección por VIH-1″.
Del trabajo participaron Xu Yu, que es inmunóloga e investigadora del Instituto Ragon, de Boston, quien había identificado el primer caso de estas características. El de Loreen Willenberg, que tiene 67 años, vive en San Francisco y logró lo que se conoce como “cura esterilizante”.
En tanto, quien sigue día a día a “Hope” (Esperanza en inglés y que se eligió ese nombre por la localidad donde vive la paciente argentina), es Natalia Laufer, Médica infectóloga, investigadora adjunta del Conicet en el Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y Sida (Inbirs).
En diálogo con LA NACION, la médica se mostró emocionada por el hallazgo y lo que esto puede implicar a futuro en la lucha contra el virus que hoy afecta a más de 38 millones de personas en todo el mundo, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
- ¿Puede explicarnos el caso que está estudiando?
Hay un porcentaje de las personas que conviven con HIV que se los conoce como Controladores de Élite (ECs) que tiene la capacidad de controlar el virus sin tratamientos. Representan menos del 0.5% del total de personas infectadas y llegan a ese control por distintos medios que no se lograron identificar aún en forma precisa.
Es decir, logran los mismos efectos que una persona infectada que lleva adelante un tratamiento con retrovirales. Llegan a un nivel de carga indetectable y consiguen que los niveles de inmunoactivación, que es la inflamación que se genera en el cuerpo cuando se está infectado, vayan bajando.
Dentro de estas personas, de ese menos 0,5 por ciento, consiguen aún más. Logran tener reservorios muy bajos que son las células donde queda el virus dormido y que es el motivo por el cual se la considera una infección crónica y requiere tratamiento de por vida.
En el caso de esta paciente, cuando comenzamos a estudiar su reservorio no encontrábamos ninguna célula que tuviese muestras o rastros de la infección. Además, no había desarrollado todos los anticuerpos que se generan luego de estar expuesto al virus. Entonces, cada vez, comenzamos a avanzar un poco más en el estudio hasta que llegamos a hacerle una leucaféresis que es un tratamiento donde se hace una extracción de un montón de células que están a nivel de la sangre periférica. Allí le extrajimos 3 mil millones de células y le estudiamos también la placenta, ya que, el año pasado tuvo un embarazo y un bebé. Esto lo estudiamos con Xu Yu, del Instituto Ragon, de Boston MIT y Harvard.
Del análisis de estos 3 mil millones de células, se encontró que solamente siete secuencias del virus pero totalmente defectivas. Es decir, secuencias que sabemos que pertenecían al HIV y que constatan que ella estuvo expuesta al virus, pero que son incapaces de generar nuevos virus, por más que estén en las situaciones ideales para generarse.
Por eso se habla de la cura. Porque se piensa que la paciente ha controlado todos los reservorios. Todas estas células donde podría quedar durmiendo el virus en forma silente. Obviamente, para decir que está curada, se deberían estudiar todas las células donde se puede alojar, por eso somos cuidadosos y decimos que podría ser un caso de cura esterilizante. Es decir, una persona donde ya no hay más virus viable.
- ¿Podría ser transmisora?
No. No hemos encontrado en su cuerpo ninguna partícula viral infectiva. Por ejemplo, las personas que están en tratamiento con retrovirales, después de seis meses y con buena adherencia, no transmiten la infección a otras personas. Esto deberíamos homologarlo y pensar que acá sucede lo mismo.
- Cómo se sabe si una persona es un Controladores de Élite
Son personas que, de por sí, tienen una carga viral indetectable. Hay una discusión científica en este punto porque algunos aseguran que se debe tratar a todos, incluidos a los que son Controladores de Élite; pero hay otros que consideran que solo se debería hacer en aquellos casos donde tienen cierto grado de inflamación sistémica.
En el caso de esta chica, no tenía nada. Era totalmente asintomática. No tiene nada relacionado. No tiene virus detectable. No hay nada que le esté generando daño. Por ese motivo.
Obviamente todas las personas que tienen diagnóstico por infección de HIV y que tienen carga viral indetectable deben hacer un tratamiento y comenzarlo lo antes posible. Este es un caso muy particular. Por eso no se inició.
A ella sí le dimos el tratamiento durante el embarazo porque, aunque pensáramos que no había riesgo de transmisión, teníamos que maximizar los cuidados para evitar cualquier riesgo de transmisión al bebé.
Ella tuvo un bebé HIV negativo, su pareja es HIV negativo y tuvo un embarazo tradicional. No por fertilización asistida.
- ¿Pudo haberse tratado de un falso positivo?
No porque encontramos secuencias del virus en su cuerpo. Claramente, no fue un falso positivo. Si no, ella no tendría secuencias que pertenecen al HIV.
Además, encontramos secuencias que tienen similitudes que nos muestran que tuvo que haber tenidos ciclos de replicación del virus dentro de su organismo. Eso nos permite decir que no fue un falso positivo.
- Y ahora ¿Qué es lo que sigue?
Hay otra paciente en San Francisco en los Estados Unidos, que tiene 67 años, pero es muy similar al de ella. Al haber dos personas que tienen una característica en común, se pueden empezar a buscar patrones que las una para ver cómo es la respuesta de su sistema inmune.
Si podemos encontrar eso, qué es lo que las hace diferente y qué es lo que hace su sistema inmune para no evolucionar hacia un cuadro grave o SIDA, tal vez uno puede pensar en trasladar esa forma de respuesta del sistema inmune a otras personas con HIV.
Ya sea a través de alguna vacuna terapéutica o alguna intervención de inmunoterapia. Ese es nuestro objetivo actual.
También, eso que me preguntabas, si transmite o no el virus. Ella está embarazada nuevamente. En el primer embarazo ella no amamantó, obviamente, y en este segundo no lo hará pero sí está dispuesta a que estudiemos qué pasa con su leche para darle más respuestas a mujeres que están en situaciones parecidas.
Buscamos dar más respuestas para mejorar la calidad de vida de las personas con HIV. No solo encontrar un tratamiento, sino que vivan mejor.
- ¿En este segundo embarazo se está medicando también?
Por ahora no. En el primero lo hizo en el segundo y tercer trimestre. En este lo hará solo en el tercero. Obviamente se la controla de cerca, pero lo haremos en el tercer trimestre que es el más importante.
También su bebé recibirá tratamiento las primeras semanas de vida para asegurarnos que no hay ningún tipo de riesgo.
- ¿Cómo es para usted que lleva 20 años investigando esto y que debe haber visto muchas historias duras en este tiempo?
Es muy emocionante desde todo punto de vista. Desde todo lo que hemos transitado con la paciente Esperanza. Es un camino que hicimos juntas y con otros compañeros de acá y la doctora Xu Yu de los Estados Unidos.
Fue un trabajo en conjunto y que demuestra la importancia de trabajar en equipo y no buscar logros individuales.
También poder dar una esperanza ante un virus que hace 40 años era una sentencia de muerte a la posibilidad de tratamientos y empezar a pensar la posibilidad de que, tal vez, podemos acceder a la cura por distintas estrategias.
Obviamente, por eso es súper emocionante ver cómo evolucionó la ciencia y lo que puede aportar la medicina.
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