Para que se produzca un eclipse, la Luna, la Tierra y el Sol deben alinearse.
La Luna se mueve alrededor de la Tierra en una órbita elíptica y tarda 29 días en dar la vuelta.
La órbita lunar posee dos nodos que son puntos donde coinciden la órbita de la Luna con la órbita del Sol.
Si la luna está en fase llena y se encuentra en el nodo de su órbita, se forma un eclipse lunar. La Tierra se interpone entre el Sol y la Luna generando un cono de sombra total llamado umbra - que oscurece a la Luna - y un cono de sombra parcial llamada penumbra. Ambas se producen por la gran diferencia de tamaños entre el Sol y la Tierra.
El espectro de luz del Sol, al entrar en contacto con la atmósfera terrestre, se descompone en los colores del arcoíris que la componen.
Las regiones azul y verde del espectro son dispersadas por las partículas de la atmósfera.
Las regiones rojas, amarillas y naranjas son las que menos se desvían al entrar en contacto con la atmósfera, lo que hace que la Luna se tiña de rojo. Cuanto más polvo o nubes haya en la atmósfera de la Tierra, más roja se verá la Luna.