España: descubren la molécula que ayuda a madurar células del páncreas y limita el desarrollo de tumores cancerígenos
“Las células acinares son grandes factorías de proteínas”, explicó Real a través de una nota publicada por la agencia de noticias científicas SINC
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El mal funcionamiento de una molécula del páncreas vuelve más propenso al órgano a formar tumores cancerígenos, según reveló un estudio del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas de España, publicado este viernes en la revista ‘Nature Communications’. Se trata de la molécula NFIC, que tiene un rol clave en relación a determinadas células, donde se generaran proteínas.
El páncreas, situado detrás del estómago, gestiona el suministro de energía de nuestro organismo, y lo hace segregando las proteínas o enzimas responsables de que la glucosa -el principal combustible del cuerpo- llegue a otros órganos en el momento y cantidad necesarios. Estas proteínas se generan en las llamadas células acinares, que constituyen el 85% del páncreas y cuyo funcionamiento preciso aún se está investigando.
Un equipo de investigadores liderado por Francisco Real, jefe del Grupo de Carcinogénesis Epitelial del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), encontró un nuevo elemento relacionado con el funcionamiento de las células acinares y los procesos que participan en la formación de tumores en el páncreas.
Los investigadores descubrieron que una molécula llamada NFIC es clave para el correcto funcionamiento de las células acinares, hallazgo que ayudará a entender qué ocurre cuando los procesos normales fallan y se originan el cáncer u otras lesiones.
“Las células acinares son grandes factorías de proteínas”, explicó Real a través de una nota publicada por la agencia de noticias científicas SINC.
“En nuestro laboratorio nos interesa saber cómo trabajan, porque cuando su función se perturba se favorece el progreso del tumor. El descubrimiento del papel de NFIC supone un paso más en el conocimiento de cómo las células del páncreas evitan mecanismos alternativos a su funcionamiento normal, que puedan favorecer el desarrollo del cáncer”.
Hasta ahora se sabía que NFIC participa en la formación de los dientes y en los cambios propios de la lactancia en las glándulas mamarias, y también coarta la activación de algunos genes que pueden causar ciertos tumores de mama, pero se desconocía que tuviera una función en el páncreas.
“Lo más importante es que NFIC pertenece a una familia de proteínas que no se había involucrado hasta ahora en la fisiología del páncreas”, subrayó Real.
En la publicación explican que, si se desactiva NFIC, las células acinares no maduran correctamente, el páncreas responde peor al daño y se vuelve más propenso a iniciar la formación de tumores.
Según estudios epidemiológicos, el cáncer de páncreas se diagnostica en casi 500.000 personas al año y se cobra más de 330.000 vidas anuales, convirtiéndolo en uno de los cánceres más letales.
Su tasa de supervivencia es de unos cinco años después del diagnóstico.
Entre los hombres, según datos de la OMS, está cuarto entre las tasas más elevadas de mortalidad por cáncer entre los hombres y tercero entre las mujeres.
Agencia Télam.