Escuelas porteñas: cómo son los protocolos internos de las tomas y el supuesto manual instructivo que reparte el kirchnerismo
Los estudiantes que participan tienen comisiones que se encargan de limpiar, cocinar y pensar actividades; afirman que no están influenciados por nadie
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Al igual que otros cinco colegios porteños, la Escuela Normal Superior en Lenguas Vivas Sofía E. Broquen de Spangenberg, más conocida como “Lengüitas”, está tomada por estudiantes desde ayer al mediodía, pero la jornada de hoy se percibió más radical. En la sede del barrio de Palermo, aparecieron nuevos carteles con las consignas “Lxs alumnxs no somos mano de obra gratuita”, “Basta de desinformación” y “Queremos viandas dignas”, entre otras.
¿Cómo se organizan los alumnos durante la toma? Félix Kepel, alumno de quinto año y participante de la protesta, dijo a LA NACION: “Tenemos distintas comisiones para organizarnos. Por ejemplo, de limpieza, de medios, de actividades y de seguridad. Es mentira que dentro del colegio hay un descontrol. Somos gente muy responsable. Sabemos que estamos en una toma y no vamos a venir acá a hacer cualquier cosa”. Además, el adolescente contó que el clima es muy tranquilo dentro de la escuela, que toman mates en el patio, duermen en bolsas de dormir y se llevan bien entre ellos. Con respecto a la comida, señaló que hasta ahora fueron los padres quienes les compraron y acercaron pizzas y empanadas.
Juana Kogutek, otra estudiante de quinto año que esta mañana se encontraba en la puerta del establecimiento, agregó que la organización de la toma está plasmada en un protocolo interno que, según afirmó, fue redactado y votado específicamente en su centro de estudiantes. “Tenemos un protocolo interno para mantener la toma en las mejores condiciones posibles. Fue redactado y votado por nosotros mismos y es un protocolo de organización, no de contenidos”, explicó.
En la Escuela Normal Superior en Lenguas Vivas N°2 Mariano Acosta, que hoy a las 7 levantó la toma, también se organizaron en comisiones. Carla Andrade, presidenta del centro de estudiantes del Acosta, detalló: “Nosotres nos organizamos en cinco esquemas: actividades, para saber qué actividades se van a estar haciendo; comida y finanzas, para poder comprar comida, hacerla y garantizar todas las comidas; seguridad y logística, que se encarga de que no pase gente externa; y el esquema de género por cualquier cuestión que suceda durante la toma”. Andrade también dijo que contaron con el apoyo de padres y familias, de la Red Nacional de Centros de Estudiantes (Renace) y de la Defensoría del Pueblo, quien los asesoró sobre qué documentos firmar y cuáles no.
Por su parte, desde la Escuela Superior de Educación Artística en Arte Cerámico N°1, donde los estudiantes también protestan desde ayer a las 12, la presidenta del centro de estudiantes, Paola Romero, indicó a LA NACION que comen muy bien. “A diferencia de lo que en general se imagina la gente, no comemos arroz todos los días. La comisión de alimentos piensa y cocina un menú muy variado y apto para vegetarianos, veganos, celíacos y las dietas de cada persona”, sostuvo.
Además, informó que duermen en bolsas de dormir o colchones inflables en aulas que se destinan a ser dormitorios. “Cada curso duerme junto para que no se mezclen los más chicos con los más grandes”, aclaró.
El Acosta fue el primer colegio en implementar la medida de fuerza y también fue el primero en levantarla. Sin embargo, para seguir visibilizando los reclamos hoy a las 18.30 los estudiantes van a comenzar un pernocte, una instancia “anterior” a la toma, que asimismo están implementando las escuelas Luis Pasteur, Julio Cortázar, Claudia María Falcone, Juan Ramón Fernández y Normal N°8. “El pernocte significa que no rige el protocolo antitomas y permite que haya clases”, sostvuvo una alumna del Acosta.
El polémico “manual”
El miércoles pasado, la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, denunció la supuesta circulación de un manual en el que aparecen los discursos que los chicos repiten y todas las instrucciones sobre cómo tomar una escuela. “Estos manuales están siendo repartidos por el kirchnerismo a través de su sindicato UTE, y de distintos legisladores del Frente de Todos de la Legislatura porteña. Son ellos quienes están incitando a los chicos a tomar estas medidas violentas”, había dicho.
La madre de una alumna del Lengüitas que pidió reserva de su identidad compartió a LA NACION el citado documento, que recibió por medio de un chat de padres del colegio.
El documento de dos páginas titulado “Toma de colegios” hace referencia a “cuatro puntos fuertes” de reclamo y a cada uno se le asigna una pequeña explicación y una consigna escrita en mayúsculas que resume el reclamo.
En primer lugar, aparece el tema de las viandas. “No podés seguir estudiando con hambre, viandas de calidad, variadas y cantidad necesaria (CON HAMBRE NO SE PUEDE ESTUDIAR)”, se lee. El segundo punto es la “persecución política” y se amplía: “Estamos cansades de ver cómo supervisión persigue a nuestros centros de estudiantes, por ej con la ley de centros de estudiantes, con llamados apretando y metiéndose en la autonomía del centro (LOS SUEÑOS NO SE PROSCRIBEN)”. Luego, las “medidas inconsultas”, que se explican de la siguiente manera: “Estamos cansados de que cada semana nos encontremos con una reforma nueva, que una vez más deje de lado a nuestra comunidad educativa (NO ACAPAREN NUESTROS SUEÑOS)”. Y por último aparece el punto “modelo de educación que queremos”, según el cual la idea es llevar a todos los colegios a “rediscutir y repensar el modelo de educación que queremos para después ponerlos en común y unificarlos entre todos los colegios”.
Sin embargo, los alumnos participantes de las tomas negaron la acusación de Acuña.
“Ningún partido nos pasó ningún discurso. Las tomas son una decisión de cada colegio. Nadie vino a convencernos ni a lavarnos la cabeza, sino que entre nosotros hablamos sobre lo que nos iba pasando y, como no nos escucharon, llegamos a esta medida en comunicación con otros colegios. Los ejes de por qué se hacen las tomas son muchas veces compartidas con otros colegios con los que estamos en constante comunicación. Las cuatro consignas de las que se habla vienen de nosotros y otros colegios en conjunto”, aclaró Kogutek.
Constanza De Carlo, compañera de Kogutek, agregó: “Nunca vimos el famoso manual ni sabemos de dónde salió. Esto no es algo partidario, es algo que nos pasa. Nuestro centro de estudiantes es apartidario, tiene gente con diferentes ideologías y sin embargo coincidimos en que las razones de la toma son pertinentes”.
En la misma línea, Romero afirmó: “Nuestra escuela realizó su propio protocolo de toma a la medida de nuestro colegio. No hemos nunca aceptado otro protocolo ni teníamos idea de la existencia de ese famoso documento”.
Mediante un comunicado, los legisladores porteños del Frente de Todos también negaron hoy las acusaciones: “Queremos desmentir estas afirmaciones absurdas. No existen dichos manuales ni ninguna acción de este bloque tendiente a ‘fogonear’ las tomas, tal como ella [por la ministra Acuña] acusa”.
Y agregaron: “Por otro lado, queremos dejar en claro que consideramos muy beneficioso que las comunidades educativas se organicen. Existen leyes que promueven la creación de centros de estudiantes y las autoridades educativas deben velar por el cumplimiento efectivo de la normativa y garantizar sus derechos. Lamentablemente, en las últimas horas la ministra se ha encargado de denostar la participación estudiantil y sus órganos de representación, como también lo hizo numerosas veces con los órganos de representación de lxs trabajadorxs. Amenaza a padres y madres con acciones legales inconducentes y estigmatiza a les estudiantes, lo que alimenta expresiones de violencia contra elles en las redes sociales”.
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