"Escucharla cantar es como estar frente a un psicoanalista"
La cantante debuta hoy en el Gran Rex; elogios mutuos durante la rueda de prensa
Ayer por la tarde, el encuentro entre Chavela Vargas y Pedro Almodóvar ante la prensa fue, más que una conferencia, una amable, graciosa y distendida conversación. Lo cual hace presumir que ese tono se trasladará, esta noche, al espectáculo que la cantante costarricense brindará en el teatro Gran Rex, acompañada por el cineasta manchego como su "maestro de ceremonias".
Esta rareza ocurrió por primera vez hace unos años, en la ciudad de México y en Madrid, ante unas 40.000 personas. Aunque cuentan que ninguna de esas presentaciones se ha parecido a la otra y que, por lo tanto, la próxima también será un misterio.
"En la vida, ante todo, soy presentador de Chavela y luego cineasta", bromeó Almodóvar, quien en todo momento se dedicó a contener a la cantante (quien le ha dado la voz a varias de sus películas) y con su humor, a potenciar la ironía de Chavela.
El se había dedicado a nadar hasta minutos antes del encuentro con la prensa, y ella, de 82 años, cubierta con un chal y anteojos negros, había estado de visita médica. "Porque estoy enferma -dijo-, afónica por el aire acondicionado. Y siento que tengo un handicap porque ya canté hace un año en Buenos Aires, pero ustedes tienen que quererme." "La mujer que se burla del miedo", como la definió Joaquín Sabina en alguna canción, confesó, sin embargo, "que tiene montones de temores". "Por el recital de mañana estoy temblando, porque me implicará un esfuerzo mayor. Para mí el público es como mil toros que tengo que torear..." ¿Podría llegar a sacar un revólver?, le preguntaron, a raíz de una conocida anécdota de la cantante que, en sus años mozos en México, para conseguir que el público se callara, desenfundó su arma y le dio un tiro al techo. "No le den ideas", agregó Almodóvar. "Sí, porque soy muy influible", acotó ella.
Chavela contó que nació "berreando en lugar de llorar" y que enseguida "canté un poquito". "Pasaron los años y dijeron "esa niña canta horrible" y luego "esa mujer canta espantoso". No tuve maestros. Aprendí de la vida. Por eso, si algo no les gusta de mí échenle la culpa a la vida. Después el público dijo que cantaba divino, dijeron un día que era "la revelación del año" y amanecí famosa. Yo rompí con las cosas establecidas, canté con pantalones cuando las mujeres no lo hacían." "Para cierta mentalidad machista fue toda una provocación", contrapunteó él."Sí, me corrieron, me crucificaron, de todo me pasó, pero aquí estoy."
Recuerdos de infancia
Pedro Almodóvar dice que le da "envidia" no haber podido compartir la época de Chavela. "Habría hecho muchas películas de aventuras. Yo tenía 20 años cuando la escuché en un disco por primera vez. Y luego me dediqué a buscarla otros 20 años por los cabarets, hasta que en el 92 vino a Madrid, y conocerla fue como si alguien se hubiera reencarnado en lo mejor de sí mismo. Tiene la estirpe de Judy Garland, Edith Piaf, Billy Holliday, mujeres de vida luminosa para el mundo, pero breve."
El director de "Todo sobre mi madre" dijo que de Hollywood recibió muchas ofertas para dirigir biografías, "pero nunca intentaría hacer una película sobre Chavela. No es que no me atraiga, pero con un personaje real es mucho peso. Prefiero la ficción, porque soy muy libre al trabajar. Para mí, escucharla cantar es como estar frente a un psicoanalista o a un confesor, que te dice que has llorado, que vas a tener que llorar más. Ella participa de mi vida", y agregó que tal vez junto a Chavela se anime a cantar esta noche.
Al volver a Madrid, Almodóvar retomará la preproducción de "La mala educación", su próxima película. Cuando ya estaba encaminado a filmar "The Paper Boy", hablada en inglés, dio marcha atrás. "Es delicado cambiar de cultura. Soy español, mal que me pese. Y allí el cine está muy sistematizado y a mí me gusta improvisar mucho, y en otra lengua y con actores extranjeros cambiar a último momento un diálogo, por ejemplo, es complicado."
La próxima, entonces, será "una película distinta, donde los hombres tiran de la historia más que las mujeres, y con elementos que nunca he tocado, como mi infancia y la mala educación que recibí de los curas, terrorífica". Sin embargo, agregó que le gustaría ser creyente, porque "el catolicismo es una fe de las más hermosas, por lo teatral y la idolatría. Pero la educación religiosa que recibí estaba basada en el miedo y en el castigo. "Acabas de nacer, luego eres culpable". Y cada día tienes que hacer algo para merecer menos el infierno. Cuando tenés diez años eso te perturba. Empecé a buscarle el sentido a la vida y entonces me hice nihilista y hedonista".