“Escapada, relax y compras”. Por qué los argentinos vuelven a viajar a Chile
Muchos turistas cruzan al país trasandino no solo para descansar durante el fin de semana extralargo, sino también para adquirir neumáticos, zapatillas, ropa y comida; a pesar del cambio en dólares, los precios son favorables
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MENDOZA.- Es un déjà vu. Pasó la pandemia, pero la crisis del país trae a la actualidad situaciones históricas. Por eso, la escena vuelve a repetirse. Cada vez más argentinos miran nuevamente hacia el otro lado de la Cordillera, no solo para pasear y distenderse unos días en Chile, sino para traer lo que puedan. Así, las compras en la vecina nación vuelven a estar en los planes de viaje, más allá de las demoras que persisten en la frontera para cruzar.
Desde la Aduana argentina confirmaron a LA NACION que son cada vez más los argentinos que vuelven, de a poco, a viajar a Chile no solo para distenderse durante los feriados largos “minivacacionales” sino que retornan con todo tipo de productos y mercadería.
“El cambio en Chile en relación con el dólar también se ha devaluado por lo que ahora a los argentinos les conviene un poco más. Por eso, los que pueden, no dudan en comprar variado y volver con las cubiertas puestas en los autos, ya que desde hace más de un año que están muy baratas. Hay varias cosas puntuales que vemos cuando ingresan al país: ropa blanca, indumentaria de marcas no importantes, zapatillas de marca y alimentos”, dijo a LA NACION una alta fuente del área aduanera. “Entendemos que es aprovechar la escapadita, relajarse y comprar, aunque hay una deuda pendiente: trámites más rápidos del lado chileno”, aportó.
De acuerdo con estimaciones de Gendarmería Nacional, se esperaba que más de 10.000 personas pasen a Chile durante todo el fin de semana, aunque dependía de las condiciones meteorológicas, ya que este viernes quedó interrumpido el túnel internacional por un temporal. Hasta ese mediodía ya habían cruzado más de 5.000 personas. Finalmente, durante la mañana del sábado se volvió a habilitar el cruce. “El cambio no conviene tanto, pero a los argentinos siempre les gusta ir al otro lado, y comprar lo más que puedan, a pesar de las demoras en el complejo chileno para cruzar”, señalaron desde el organismo nacional.
Requisitos flexibilizados
Desde la flexibilización de los requisitos sanitarios por el Covid que fijó Chile a partir del 1° de septiembre ha aumentado significativamente el tránsito, aseguran las autoridades fronterizas. “Veníamos teniendo alrededor de 2.500 personas que circulaban todos los días entre ingresos y egresos, mientras que ahora por día el movimiento llega a las 5.000 personas. Los fines de semana suele alcanzar o superar las 7.000 personas. Ya se están retomando los valores previos a la pandemia. También el avance del Sistema Integrado, desde el 30 de septiembre, permite reducir un poco los tiempos, pero obviamente se generan filas y demoras por la cantidad de personas y porque se ha mantenido el tránsito de camiones, además de las nevadas que afectan el normal funcionamiento del corredor internacional”, contó a LA NACION Juan Manuel Serrano, delegado regional de la Dirección Nacional de Migraciones.
Así, ya en Chile, en el camino, entre restaurantes, shoppings y grandes tiendas, no solo hay lugar para las compras en el supermercado sino para cumplir con el objetivo de cambiarles las ruedas al auto. Por eso, en medio de la crisis del neumático en Argentina, con poca oferta y altos precios, muchos aprovechan para volver renovados. Por ejemplo, una cubierta de primera marca rodado 15 puede conseguirse en 50.000 pesos argentinos mientras que en nuestro país casi cuesta el doble.
“Es algo que siempre quise hacer, por la conveniencia de los costos. Por eso, ahora no lo dudé: me cansé del manoseo del gremio y las idas y vueltas del Gobierno y decidí irme a Chile a pasear y ponerle allá los neumáticos nuevos, ya que teníamos unos lindos ahorros”, contó a este diario Juan Manuel, quien aprovechó el fin de semana largo para recorrer Santiago junto a su mujer y su hijo. “Aprovechamos para comprar algunos saldos de indumentaria de temporada, calzado para todos y ropa de cama. También, en el súper compré algunos productos de limpieza y comida enlatada, sobre todo pescado”, sumó ella. En ese sentido, comprar un par de zapatillas de marca hace la diferencia, que llega a ser del doble: en Chile, los últimos modelos, cuestan unos 25.000 pesos mientras que en Argentina hay que pagar más de 40.000 pesos. Con un jean sucede algo similar: un producto de primera calidad alcanza los 10.000 pesos mientras que en Argentina llega a los 20.000.
Para los mendocinos ese comportamiento de compra supo ser parte cada temporada de verano, previo al inicio de clases, con el objetivo de adquirir todo lo necesario para la escuela. Sin embargo, en los últimos años, mermó ese movimiento ya que el cambio dejó de ser favorable. Entonces, los viajes se hicieron más esporádicos, y en algunos casos, en otras épocas del año. Luego llegó la pandemia y frenó todo. Recién ahora se flexibilizaron todos los requisitos sanitarios para poder entrar y salir.
De hecho, hoy para los chilenos es conveniente hacer turismo en Mendoza aunque no todos los visitantes consideran que los precios de productos y servicios son realmente bajos en la tierra cuyana, más allá del poco valor de la moneda argentina.
Mientras, quienes tienen la posibilidad de irse a la nación trasandina no lo dudan, aún con el poco margen que deja el peso argentino, tan devaluado frente al dólar, además de los impuestos. “Sigue siendo un buen plan: relajarse, salir a comer y comprar lo más que se pueda. Todos los precios son mejores en Chile. Eso sí, hay que tener paciencia: las demoras para cruzar la frontera son un dolor de cabeza y se repiten desde hace décadas”, contó Mario, un ingeniero mendocino que aprovechó el fin de semana extralargo para viajar con la familia.
Justamente, este jueves comenzó a incrementarse el flujo de viajeros al vecino país, lo que encendió las alertas. Así, por falta de previsión oficial, sobre todo del otro lado de la Cordillera, quienes llegaron a la aduana chilena, en el complejo Los Libertadores, tuvieron que soportar largas colas en el auto, de hasta 10 kilómetros, y esperar más de 7 horas para poder entrar a ese país. Otros, directamente, se quedaron con las ganas o tuvieron que pegar la vuelta, ya que las condiciones meteorológicas obligaron a cerrar el túnel internacional Cristo Redentor durante el mediodía del viernes. Otros esperaban la noticia de reapertura para este sábado, aunque ya dudaban si convenía hacer el viaje.
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