Ley de bosques. Deforestación ilegal, desfinanciamiento y dificultades de implementación a 15 años de su sanción
Texto de Natalia Louzau, Ignacio Suarez y Florencia Rodríguez Altube
28 de noviembre de 2022
Catalogada como una herramienta imprescindible por diversos sectores del ambientalismo, la ley de bosques está dentro de las normas más importantes y emblemáticas de protección medioambiental con las que cuenta la Argentina. Sin embargo, y a pesar de haber sido sancionada hace ya 15 años, nunca recibió el presupuesto que le corresponde y su cumplimiento es parcial.
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¿Qué es un bosque nativo?
Un bosque nativo está compuesto por mucho más que un par de árboles agrupados. Es un ecosistema natural donde flora y fauna interactúan y brindan diversos servicios ecosistémicos claves para la sociedad y, además, para mitigar el calentamiento global. Entre ellos se encuentran la conservación de la diversidad biológica, la eliminación de dióxido de carbono de la atmósfera, la prevención de inundaciones y la conservación del suelo y de la calidad del agua.
También existen los bosques implantados o cultivados, que no tienen el valor de conservación de los nativos, ni brindan los mismos beneficios a la sociedad. Estos se suelen plantar con fines comerciales y generalmente están compuestos por especies exóticas de rápido crecimiento. En el caso de la Argentina el 65% de las forestaciones implantadas del país pertenecen a especies de coníferas según un informe del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca. El 22% son bosques de eucaliptos, el 9% de salicáceas y el 4% restante corresponde a otras especies.
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¿Cuántos tipos de bosques existen en la Argentina?
La Argentina cuenta con distintas regiones de bosque nativo: el Parque Chaqueño, el Espinal, el Monte, la Selva Tucumano-Boliviana o “Yungas”, el Bosque Andino Patagónico, la Selva Paranaense –también conocida como “Selva Misionera”– y el Delta e Islas del Paraná.
Estas regiones son el hábitat de más de 600 especies de árboles entre las que se destacan el palo santo, la araucaria, el alerce, los quebrachos colorados y blancos, el algarrobo, el lapacho, el cedro, el guatambú, el jacarandá, el peteribí, el sauce y el ñandubay, entre otras.
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Extensión de bosques nativos
En la Argentina las provincias con extensiones forestales más importantes son Santiago del Estero, Salta, Chaco y Formosa, que corresponden al Parque Chaqueño. En total, los bosques nativos argentinos ocupan el 19,1% de la superficie del país y representan el 6,5% del total de los bosques de Sudamérica y el 1,4% de los del mundo.
Superficie cubierta por bosques nativos
En relación a la superficie total
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¿Por qué es necesario protegerlos?
Los bosques nativos brindan diversos beneficios al ambiente y a la sociedad: ayudan en el proceso de regulación hídrica, cumplen un rol central en la conservación de la biodiversidad y de la calidad del agua, evitan la erosión del suelo y forman parte del proceso de fijación de carbono. “Además, los bosques son hábitat de muchas especies y funcionan como ‘amortiguadores’ de agentes patógenos –como virus y bacterias– que pueden afectar al ser humano”, dice Manuel Jaramillo, director general de Fundación Vida Silvestre Argentina.
Estos servicios ecosistémicos son aún más relevantes en un contexto de crisis climática y ecológica. Jaramillo explica que la pérdida de estos ecosistemas implica un aumento en el impacto de desastres naturales como, por ejemplo, inundaciones.
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Especies amenazadas por la pérdida de bosque nativo
Los bosques nativos argentinos han sufrido grandes modificaciones producto de la expansión agropecuaria, la construcción de infraestructura, los incendios, la ganadería intensiva, la agricultura y el aprovechamiento forestal. Como consecuencia se observa una pérdida y fragmentación del hábitat para determinadas especies de fauna y flora autóctonas. “La deforestación transforma un área extensa y continúa en parches desconectados, alterando los procesos ecológicos y la funcionalidad, pudiendo llevarlas a la extinción”, explica Manuel Jaramillo, director general de Fundación Vida Silvestre Argentina.
Esta ONG, que es la sede local del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), publicó un informe que reúne la flora y fauna amenazada a lo largo del país. Dentro de la lista de mamíferos, insectos, reptiles y aves se encuentran el yaguareté, los osos hormigueros y meleros, la mariposa bandera argentina, la mara, la lampalagua, el pepitero de collar, el huemul y el pudú, entre otros. En lo que respecta a árboles, aparecen el caldén, el pehuén, el palo rosa, el palo santo y el ñandubay.
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¿Qué dice la ley de bosques?
La ley 26.331 –popularmente conocida como ley de bosques– fue sancionada en el mes de diciembre de 2007 tras un largo debate en el Congreso y reglamentada más de un año después en febrero de 2009. Establece presupuestos mínimos de protección ambiental para el enriquecimiento, la restauración, conservación, aprovechamiento y manejo sostenible de los bosques nativos.
“Se trata de una de las leyes más importantes de protección ambiental de la Argentina, que establece un piso mínimo de protección y política nacional que todas las provincias tienen que acatar”, explica Ana Di Pangracio, directora ejecutiva adjunta de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN).
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¿Qué presupuesto tiene la ley y cómo se compone?
El texto de la ley 26.331 establece la creación del Fondo Nacional para el Enriquecimiento y la Conservación de los Bosques Nativos (FNECBN), cuyo objetivo es compensar a las provincias por la conservación de los bosques nativos. A su vez, dice que las partidas presupuestarias que se le debieran asignar son de, al menos, el 0,3% del total del presupuesto nacional. Sin embargo, desde su sanción hasta la fecha, el FNECBN nunca recibió más de un 40% de ese monto. Y el presupuesto aprobado por el Congreso nacional para el 2023 establece solo el 10%.
La condición para que las provincias puedan acceder a los fondos establecidos por el presupuesto nacional es que tengan un ordenamiento territorial de bosques nativos (OTBN) aprobado por una ley provincial y, posteriormente, aprobado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
Monto destinado a la protección de bosques nativos
A su vez, la Argentina recibió en 2020 una donación del Fondo Verde del Clima de US$82 millones por la baja en las emisiones de gases de efecto invernadero, producto de una disminución en la deforestación entre 2014 y 2016. Este fondo, ejecutado entre el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), es complementario a la ley 26.331 y comenzó a ser utilizado durante 2022.
“La mayor parte del financiamiento está destinado a la implementación de modelos de gestión forestal libres de deforestación que contemplen la participación social en la planificación, el uso sostenible de los bosques como factor de desarrollo de las economías regionales, la transformación de prácticas en el sector ganadero a través del manejo de bosques con ganadería integrada y el desarrollo de una silvicultura preventiva de incendios, entre otras”, aclararon desde el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
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¿Qué son los ordenamientos territoriales provinciales?
De acuerdo a la ley, los ordenamientos territoriales de bosques nativos son una norma que zonifica territorialmente a los bosques nativos existentes en cada jurisdicción según las tres categorías de conservación: roja, amarilla y verde.
Dentro de las categorías de alto nivel de conservación o rojas, se encuentran los sectores que no deben ser transformados por el ser humano. En lo que respecta a las que tienen un mediano valor de conservación o amarillas, se debe a que los terrenos pueden estar degradados, pero pueden llegar a ser restaurados. Y, por último, están las que tienen un bajo nivel de conservación o categoría verde, que pueden transformarse parcial o totalmente.
Según el Informe de implementación de la ley de 2020, en el país hay 10.838.245 hectáreas en categoría roja (20,33%), 32.266.937 en la amarilla (60,54%) y 10.194.546 dentro de la verde (19,13%). Las provincias con mayor porcentaje de bosque nativo son Santiago del Estero, Salta y Chaco, mientras que las que menor densidad boscosa tienen son Neuquén, Río Negro y Santa Cruz.
Categorías de bosques nativos según su nivel de conservación
En cantidad de héctareas
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¿Cuáles son las principales amenazas a los bosques nativos?
Desde el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible explican que la deforestación es un proceso que tiene una combinación de causas sociales, económicas, culturales y también naturales. El cambio del uso de la tierra, para la posterior expansión de la frontera agropecuaria, es una de las principales dinámicas de transformación de los bosques nativos a lo largo del país.
A su vez, si bien es un factor en todo el territorio nacional, particularmente en las zonas de regiones de Bosque Andino-Patagónico, y Monte y Espinal el principal responsable de la transformación de los bosques nativos son los incendios forestales. Allí la falta de lluvias, las altas temperaturas y los fuertes vientos –entre otros– crean condiciones que hacen que el fuego pueda avanzar con mayor facilidad.
Otros factores, señalados por fuentes oficiales, son la urbanización, el sobrepastoreo, la sobreexplotación forestal, las invasiones biológicas, el crecimiento urbano sin planificación.
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¿Cuáles son los problemas de implementación que enfrenta la ley de bosques?
Uno de los principales problemas de implementación que enfrenta la ley es su desfinanciación sistemática. “No ha habido un período donde el presupuesto asignado por el Congreso Nacional se correspondiera con lo que expresamente la norma establece”, dice Manuel Jaramillo, director general de Fundación Vida Silvestre Argentina.
Por su parte, Ana Di Pangracio, directora ejecutiva adjunta de Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), señala: “Desde hace años, se viene advirtiendo desde la sociedad civil sobre la parcial implementación de la ley de bosques nativos por parte de las autoridades competentes”. La falta de actualización de los ordenamientos territoriales de bosques nativos, la persistencia de la deforestación ilegal y la falta de definición de metas, indicadores y evaluación de impactos ambientales son algunos de los puntos resaltados.
“No se puede proteger ningún bien natural sin fondos. Y ahí tiene un rol fundamental cada año el Congreso Nacional al aprobar la ley de presupuesto”
Ana Di Pangracio, directora ejecutiva adjunta de Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN)
Fundación Vida Silvestre destaca con preocupación que, a pesar de la implementación del Sistema de Alerta Temprana de Deforestación, el 54% de la deforestación en 2021 ocurrió en zonas prohibidas por la ley. A su vez, señala que, como determina la ley, no ha habido avances en la tipificación del delito penal ambiental que permita mayores sanciones a quienes deforestan, ni se ha avanzado significativamente en la restauración de las áreas deforestadas y quemadas.
Los escasos planes de manejo, conservación y formulación de bosques nativos también integran la lista de deficiencias en la implementación. “Aún es muy baja la superficie de bosques nativos bajo estos planes y existe gran dificultad de acceso a dichos planes por parte de los sectores más relegados y vulnerables, como son los pueblos originarios y campesinos, que viven y dependen del bosque”, apunta Jaramillo.
Para Di Pangracio otra dificultad reside en la dispersión de la información disponible. “Hay serias deficiencias en el acceso a la información pública y participación ciudadana tanto en el marco del proceso de OTBN como así también en lo que respecta a la implementación de la ley en general, particularmente por parte de las provincias”, explica.
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¿Cuáles fueron las mejoras a partir de la ley?
“La ley logró visibilizar la problemática de la pérdida de los bosques nativos y difundir la importancia de estos y los beneficios socioambientales que proveen”, dice Ana Di Pangracio, directora ejecutiva adjunta de Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN). “También, aunque con dificultades, logró reducir los niveles de deforestación y crear y fortalecer la institucionalidad nacional y local en materia de gestión que, previo a la ley, era prácticamente nula”, agrega.
Desde el ministerio dirigido por Juan Cabandié destacan que se desarrolló el Sistema de Alerta Temprana de Deforestación (SAT), junto a otros instrumentos para promover una gestión forestal transparente como el Registro de Planes del Sistema Integrado de Información Forestal (SIIF), donde las jurisdicciones provinciales informan al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible las intervenciones autorizadas en su territorio y el Sistema de Administración Control y Verificación Forestal (Sacvefor) orientado a mejorar la trazabilidad y transparencia en el uso de los bosques nativos.
“Sin dudas la ley sirve, y mucho, pero la sola ley no puede cambiar una realidad argentina que se relaciona con la falta de apego a las normas, la falta de voluntad política para diseñar e implementar políticas de estado que trasciendan a los gobiernos de turno y la capacidad de lobby de algunos sectores de poder concentrado que podrían lograr flexibilizaciones u omisiones por parte de los organismos de control”, señala Manuel Jaramillo, director general de Fundación Vida Silvestre Argentina.
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¿Qué podés hacer para colaborar?
A diferencia de otras regiones, donde el cambio en el uso del suelo es la principal causa de pérdida de bosques nativos, en la región del Bosque Andino Patagónico los incendios forestales encabezan la lista. Allí es numerosa la cantidad de ONG que reúnen voluntarios y organizan campamentos y excursiones de plantación de especies nativas como coihues, cipreses y araucarias. El fin es siempre el mismo: intentar restaurar estos ecosistemas arrasados por el fuego.
No en todas las provincias la pérdida de estos ecosistemas clave ocurre en las mismas condiciones, cada bosque talado, incendiado o transformado tiene una necesidad diferente. Hacer donaciones por el valor de un árbol o aportes mensuales son otras las opciones disponibles para colaborar con las diversas asociaciones que se ocupan de difundir la importancia de los bosques nativos, investigar su estado de conservación y el cumplimiento de la ley, proteger y restaurar bosques nativos a lo largo de la Argentina.