¿Es suficiente? Un nuevo estudio sobre la vacuna monodosis de J&J plantea interrogantes
Solo en Estados Unidos, más de 13 millones de personas recibieron esta inmunización
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WASHINGTON (The Washington Post).—Amy Riley eligió la vacuna de Johnson & Johnson por una cuestión de comodidad: estaba hasta las manos con los preparativos de un evento virtual para su trabajo en comunicación corporativa y justo en ese momento habilitaron la vacunación del grupo etario al que pertenece, pero no podía correr el riesgo de perder dos días de trabajo por los posibles efectos colaterales de las vacunas de dos dosis de ARNm, como las de Pfizer y Moderna. Además, quería estar totalmente inmunizada para la graduación de su sobrina.
Riley tiene 41 años y sabía que la vacuna de J&J tenía menores índices de eficacia que las demás vacunas aprobadas, pero recuerda perfectamente que las autoridades sanitarias aseguraban que con la monodosis de J&J era suficiente.
Ahora, frustrada por la poca información que parece estar disponible sobre la efectividad de su vacuna contra la variante delta, ya no está segura de creer en aquellos dichos de los funcionarios de salud.
“Por supuesto que si la opción fuese entre la monodosis de J&J y no vacunarse, sigo eligiendo vacunarme”, dice Riley, vecina del condado de Riverside, California. “Simplemente me pregunto si no tomé la decisión equivocada.”
Riley es uno de los más de 13 millones de norteamericanos que recibieron la vacuna de Johnson & Johnson, y algunos de ellos ahora dudan de su eficacia contra la variante delta del coronavirus. Y los primeros datos que hubo sobre esa vacuna y los tropiezos iniciales en su implementación justifican esas dudas.
Según los especialistas en enfermedades infectocontagiosas, hay nuevas investigaciones que aportan alentadoras evidencias sobre cómo la vacuna de Johnson & Jonhson está a la altura de sus competidoras y también de la temible variante delta. Sin embargo, también persisten dudas sobre la necesidad de dosis de refuerzo.
Los primeros ensayos clínicos mostraron que cuatro semanas después de su aplicación, la vacuna de Johnson & Johnson tiene un 66% de efectividad general en la prevención de cuadros moderados y graves de la enfermedad, con una efectividad que variaba según la locación geográfica. Sus competidoras de Pfizer y Moderna, por otro lado, registraron más del 90% de efectividad contra el coronavirus. El doctor Anthony S. Fauci, máximo referente en enfermedades infecciosas de Estados Unidos, ha reiterado en numerosas ocasiones que las tres vacunas son efectivas.
Los expertos en vacunas desaconsejan comparar las vacunas, porque los números no reflejan el alcance total de lo que se mide, pero el recuerdo de ese porcentaje de efectividad más bajo sigue taladrando la mente de los receptores de la vacuna J&J, como Riley.
Y no está sola en sus temores sobre la introducción de la vacuna en el mercado.
Keith Alberts, de 61 años, de Cleveland, dice estar nervioso por monodosis de J&J y su efectividad en comparación con otras opciones, pero era la única disponible en su centro de vacunación. De haber sabido dónde aplicaban la vacuna Pfizer o Moderna, dice Riley, se habría desplazado hasta el lugar.
Ahora dice tener “cero confianza” en su nivel de inmunización.
“Todo el mundo habla de Pfizer. Todo el mundo habla de Moderna. Pero de la vacuna de Johnson & Johnson no se escucha decir nada”, se queja Alberts. “Tengo serias dudas sobre su capacidad de inmunización.”
Eficacia contra la variante delta
Un ensayo realizado en Sudáfrica ha llamado la atención de los expertos respecto de la eficacia de la vacuna de Johnson & Johnson contra la variante delta.
El ensayo de Programa Sisonke examinó la eficacia de la vacuna monodosis en el personal de salud de primera línea de fuego contra el coronavirus en Sudáfrica.
Linda Gail-Bekker, una de las investigadoras del ensayo, dijo que se descubrió que la vacuna tiene hasta un 95% de efectividad para prevenir la muerte causada por la variante Delta y hasta un 71% de efectividad para evitar hospitalizaciones.
Según Gail-Bekker, los resultados —que todavía no han sido sometidos al proceso de revisión por pares ni publicados en una revista científica—, muestran que la vacuna no solo es segura sino también efectiva para combatir la variante Delta.
A través de un comunicado, la empresa Johnson & Johnson dijo que los resultados preliminares se suman al conjunto de pruebas que confirman su eficacia para evitar la muerte y cuadros graves de la enfermedad.
“Una vacuna monodosis capaz de proteger y prevenir la hospitalización y la muerte es una herramienta poderosa en la lucha global contra el covid-19”, manifestó la compañía. “La evidencia de nuestro estudio ENSEMBLE de fase 3 demuestra la eficacia de la vacuna monodosis de J&J, incluso contra variantes virales altamente prevalentes. Y los resultados siguen siendo consistentes independientemente de la raza y el origen étnico, la edad, la ubicación geográfica y las comorbilidades de los receptores de la vacuna.”
La compañía también citó un estudio doble ciego publicado en el New England Journal of Medicine que muestra que su vacuna brinda protección de respuesta inmune con anticuerpos y células T contra el coronavirus. Esa protección duró hasta ocho meses después de la vacunación.
Los hallazgos preliminares de Sudáfrica llevan algo de tranquilidad, aunque todavía quedan algunas preguntas sin respuesta, dice Tom Russo, profesor y jefe de enfermedades infecciosas de la Escuela Jacobs de Medicina y Ciencias Biomédicas de la Universidad de Buffalo.
Russo dice que los investigadores del estudio de Sudáfrica no suministraron datos sobre la enfermedad sintomática y no definieron qué se consideraban casos leves o moderados, aunque los resultados generales son alentadores.
“Con un 71% de prevención de hospitalizaciones hay bastante margen para mejorar”, dice Russo, y señala que le gustaría ver todos los detalles del estudio. “Los datos sugieren que Johnson & Johnson es una vacuna muy sólida que protege contra la variante delta. Tal vez no sea tan efectiva como las vacunas de ARNm, pero la realidad es que hacen falta muchos más datos sobre ambos tipos de vacunas.”
¿Un refuerzo?
Cuantos más datos se filtran sobre las vacunas y su capacidad para protegernos contra las variantes del coronavirus, algunos se preguntan si deberían darse una dosis de otra vacuna para reforzar ese blindaje.
Alberts, por ejemplo, dice que le gustaría recibir una dosis de una de las vacunas de ARNm, pero que en Estados Unidos no está permitido.
Reino Unido, Canadá y España integran la lista cada vez más larga de países que mezclan vacunas para potenciar la inmunidad.
La pregunta entonces es esta: si ya me di la vacuna de J&J, ¿debería ir pensando en darme una dosis de refuerzo de Pfizer o Moderna?
No hay respuestas simples, dice Art Reingold, jefe de epidemiología de la Universidad de California en Berkeley.
No hay suficientes datos que sugieran que las personas deberían mezclar vacunas, señala Reingold, y esa falta de datos hace que los líderes sean cautos antes de respaldar ampliamente la medida.
“El riesgo-beneficio de una vacuna es un poco diferente en comparación con los medicamentos que se administran a personas que ya podrían estar enfermas”, dice Reingold. “Antes de inyectar a decenas de millones de personas que en realidad están sanas, hay que estar verdaderamente seguros.”
Reingold también señala el problema del excedente y el desperdicio de vacunas, ya que gran parte del mundo sigue sufriendo la pandemia sin vacunas para proteger a su población.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo la semana pasada que los países deberían postergar la administración de dosis de refuerzo, para no seguir ensanchando la brecha de vacunación entre países ricos y pobres.
“Entiendo la preocupación de todos los gobiernos que quieren proteger a su gente de la variante Delta”, dijo Tedros. “Pero no podemos aceptar que los países que ya han utilizado la mayor parte de la provisión mundial de vacunas gasten aún más, mientras que las personas más vulnerables del mundo siguen desprotegidas.
Por su parte, Russo dice que la gente tiene que saber que las vacunas están funcionando ampliamente.
“Lo que sufrimos ahora es la pandemia de los no vacunados”, dice Russo y resalta que el 99% de las muertes por coronavirus se producen actualmente entre los no vacunados. “Y eso significa que las vacunas funcionan.”
(Traducción de Jaime Arrambide)
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