Es fanático de la Matemática desde los 10 años y se ganó una beca completa para estudiar en Stanford
El joven egresado de ORT viajará a mitad de año para instalarse en los Estados Unidos; la carrera que estudiará y su consejo para los que quieran seguir el mismo camino
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Lisandro Acuña se sentó delante de su computadora, abrió la casilla de mail y se quedó frente a la pantalla. Su familia esperaba afuera, pero él no lo sabía. La única certeza que tenía es que esa tarde llegaba un correo electrónico desde Estados Unidos. Durante mucho tiempo se preparó y aguardó el momento indicado para hacerlo. Ahora, tanto esfuerzo y trabajo se resumía en un simple momento, en una simple respuesta: sí o no. La Universidad de Stanford es una de las más prestigiosas del mundo y apenas el 5,2% de los aplicantes logran entrar, acorde a los datos recopilados por IPEDS (The Integrated Postsecondary Education Data System). El momento había llegado. La notificación indicó que la respuesta estaba ahí. Un click que duró para siempre y un recuerdo imborrable: Lisandro, con 17 años, se convirtió en el nuevo estudiante de Stanford University.
Pero el camino fue largo. Lo que hoy se resume en un video viral comenzó en realidad hace varios años cuando, con apenas diez, se presentó en las olimpíadas de Matemática y logró el tercer puesto en todo el país. “Empecé muy genuinamente a meterme. Me encantaba, me preparaba y le dedicaba mucho tiempo más allá de la competencia”, se sinceró, este egresado de la ORT, con LA NACION. Así, independientemente de si fuera o no una competencia oficial, Lisandro estudiaba y practicaba. Se sumergía más en ese mundo de ecuaciones y exploraba ese territorio por fuera de las clases tradicionales.
Con tan corta edad, Acuña dejaba su huella en cada lugar al que iba y los títulos y menciones no paraban de llegar. Su recorrido comenzó en 2014, donde logró ser subcampeón metropolitano, y así continuó en los años venideros: en 2016 participó de su primera competencia internacional y se llevó a casa la medalla de plata y para 2020 se animó a dar un gran salto y participar de la International Mathematical Olympiad, donde logró la mención honorífica.
Al mismo tiempo que desarrolló su capacidad matemática, se empezó a interesar en la programación. Él, junto a otros tres amigos, es el artífice de LectO, un editor de texto pensado para personas con dislexia. “Empezó como un proyecto final de la materia de Programación en el colegio que duraba tres meses pero nosotros llevábamos tres años desarrollándola. Empezó como algo escolar y después siguió en el verano por nuestra cuenta. La idea era más que nada para ayudar a una amiga nuestra que tenía dislexia y hoy logramos que la usen más de diez mil personas en todo el mundo”, le contó a este medio.
Una beca de más de US$320.000 en Stanford
Es su sueño desde los 14, cuenta, y hoy se pudo materializar. Después de haber rendido dos exámenes y haberse entrevistado con exalumnos de Stanford, sabía el día y la hora en la que llegaría la respuesta. Lo que no sabía era si sería aceptado o no. A su casa fue Gonzalo, uno de los amigos con los que desarrolló LectO y, tras bambalinas, aguardaba ansiosa su familia. “Era un momento muy importante. Yo sabía en qué momento llegaba [el mail], tenía el horario y el día. Abrimos la respuesta y al toque me enteré de que había entrado. Resulta también que mi vieja había invitado a toda mi familia, mis tíos y abuelos. Cuando me enteré de que me habían aceptado, entraron a casa. Eso estuvo muy bueno”, recordó.
“Es una beca completa para los cuatro años de carrera, de aproximadamente US$80.000 por año. Puedo elegir entre una carrera que se llama Sistema simbólico, que es una mezcla entre neurociencia con programación, pero a los dos años me puedo cambiar a Matemática, Computación olo que sea. Voy a vivir en el campus con un roomate, me cubren un viaje ida y vuelta por año para venir a la Argentina a ver a mi familia, la comida y todo”, explicó.
Desde que se enteró de que tiene la beca, recibió muchos mensajes de personas que quieren hacer lo mismo. Él, ante tanta duda, se anima a darle un consejo a quienes quieren incursionar en la misma aventura. “Tienen que contactarse con Education USA, es un programa de la embajada de Estados Unidos que a mí me ayudó muchísimo. Si bien es posible, realmente toma mucho tiempo y uno tiene que preguntarse si realmente quiere hacerlo, si lo motiva y en caso de que sí, prepararse para dedicarle todo el tiempo que sea necesario”, resumió.
A eso hay que sumarle un examen de Inglés (el TOEFL) y varias entrevistas con la universidad para “conocerte como persona”. Con la alegría que significa haber entrado, Lisando Acuña deberá esperar. El ciclo lectivo para su carrera comienza en junio. Sin embargo, tiene con qué entretenerse hasta ese momento. Si bien no quiso dar muchos detalles, le contó a LA NACION que trabajará en algunos proyectos relacionados a criptomonedas, inteligencia artificial y biotecnología hasta que sea el momento de viajar a Estados Unidos.
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