Es el cáncer que provoca más muertes en la Argentina y estos son los chequeos preventivos para poder detectarlo
Hoy es el Día Internacional del Cáncer de Pulmón y los expertos hacen foco en la necesidad de promover la detección temprana
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El cáncer de pulmón es el tumor que más muertes provoca en la Argentina. Según cifras oficiales, cada año fallecen en el país más de 10.000 personas por esta causa, en su mayoría varones, y se detectan alrededor de 12.000 nuevos casos, lo que lo ubica como el tercero con mayor incidencia.
El abordaje de la enfermedad hoy plantea dos grandes desafíos: disminuir el impacto de sus factores de riesgo –el principal es el tabaquismo– y a la vez, establecer mecanismos que permitan una detección temprana para encarar el tratamiento con mejores perspectivas. Los especialistas consultados señalan que los pacientes tienen dudas sobre si forman parte, o no, de la población que debe realizarse un chequeo.
En el Día Internacional del Cáncer de Pulmón, que se conmemora hoy, los expertos hacen foco en la necesidad de promover la detección temprana, ya que resulta determinante para aumentar considerablemente las probabilidades de curación debido a que, en sus etapas iniciales, la enfermedad puede ser abordada con tratamientos efectivos como la cirugía y la radioterapia localizada, además de haberse logrado importantes avances en inmunoterapias.
“Las campañas antitabáquicas han logrado reducir el número total de fumadores entre un 25 y 35 por ciento, según trabajos que han evaluado esta incidencia, pero este hábito aún se mantiene alto en adolescentes y adultos jóvenes. Desde que se inicia el tabaquismo hasta que aparece al cáncer de pulmón pasan muchos años, alrededor de 30 o 40, por lo que esto aún no se refleja en una baja en la mortalidad”, explica Claudio Martin, jefe de Oncología Torácica del Instituto Alexander Fleming (IAF).
En la mayoría de los casos –cerca del 60%–, el diagnóstico se hace cuando el tumor crece, ocupa espacio o comienza a comprometer estructuras anatómicas del pulmón, como los bronquios o vasos sanguíneos. “Debido a esto, se pueden experimentar síntomas característicos por los cuales se debe consultar al médico, incluyendo fatiga, tos persistente, tos con sangre, falta de aire, dolor en el tórax, disminución abrupta de peso y disfonía. Sin embargo, frecuentemente, los pacientes pueden no presentar ningún síntoma”, detalla el médico oncólogo Diego Enrico, integrante del Área de Tumores de Tórax del IAF.
A diferencia de otras patologías oncológicas, como el cáncer de mama, cuyos controles suelen tener una mayor difusión, con el cáncer de pulmón muchos pacientes llegan al consultorio con dudas respecto de si forman parte de la población que debe realizarse un chequeo y en qué momento tienen que hacerlo.
Enrico destaca que existen programas de screening o detección precoz que han demostrado reducir la mortalidad por esta enfermedad. Para ello se realiza una tomografía computada de baja dosis anual a los pacientes de alto riesgo.
“En nuestra institución, este programa incluye a pacientes entre 50 y 80 años con historia de haber fumado al menos 20 paquetes por año (tomando una fórmula que calcula el número de paquetes de cigarrillos fumados al día por número de años de consumo), que sean fumadores activos o exfumadores que hayan abandonado hace menos de 15 años”, detalla Enrico.
Por su parte, la oncóloga clínica Delfina Peralta Tanco, cree que es esencial invertir en investigación para desarrollar biomarcadores y herramientas de diagnóstico más sensibles y específicos que puedan identificar el cáncer de pulmón en sus primeras etapas.
El rol de la inmunoterapia y las “terapias dirigidas”
Los especialistas coinciden en que la inmunoterapia produjo una revolución en el tratamiento del cáncer de pulmón. Estos medicamentos tienen una alta efectividad alargando la supervivencia en tumores avanzados o cuando existe metástasis, escenario en el cual se utiliza sola o en combinación con quimioterapia, según el caso particular de cada paciente. Se trata, según la American Cancer Society, de un tratamiento que utiliza el propio sistema inmunitario de una persona para combatir el cáncer. La inmunoterapia puede reforzar o cambiar el funcionamiento del sistema inmunitario para que pueda encontrar y atacar las células cancerosas.
“Múltiples estudios han demostrado que también es sumamente efectiva en tumores localizados, donde puede ser utilizada previamente o posteriormente a la cirugía, es decir en el tratamiento adyuvante; o incluso luego de realizar tratamientos sin cirugía como la quimioterapia y la radioterapia”, remarca Enrico.
A esto se suman las terapias dirigidas, que aportan una herramienta de alto potencial en la lucha contra esta enfermedad. La oncóloga clínica Florencia Tsou remarca que las terapias dirigidas permiten tratar al menos ocho alteraciones moleculares asociadas a este tipo de tumores. “Los tratamientos de blancos moleculares han mejorado la supervivencia de los pacientes con cáncer de pulmón que presentan mutaciones. En la actualidad, el tratamiento se utiliza principalmente para estadios avanzados del cáncer de pulmón de células no pequeñas (subtipo más común) para lo cual es indispensable determinar su presencia. Más recientemente, hay estudios en las etapas tempranas que demuestran que disminuyen la recidiva y mejoran la supervivencia luego de la cirugía”, explica la experta.
El riesgo del cigarrillo electrónico
Dejar de fumar o no iniciarse en el hábito es la manera más efectiva de prevenir el cáncer de pulmón, ya que el tabaquismo es el principal factor de riesgo para desarrollar esta patología. A esto se suma una segunda instancia de cuidado, que está vinculada al riesgo que cualquier persona tiene en condición de fumador pasivo, por lo que también se recomienda evitar el humo de “segunda mano”.
Históricamente, la lucha contra el cigarrillo apuntó a romper con conductas sociales y culturares que fomentaban el hábito. Pero en los últimos años se sumó un nuevo elemento: los cigarrillos electrónicos.
“Es un boom que plantea nuevos desafíos, ya que sus efectos a largo plazo sobre la salud aún se están estudiando y pueden actuar como una puerta de entrada al tabaquismo tradicional para algunas personas. Si bien los cigarrillos electrónicos generalmente se consideran menos dañinos que los cigarrillos tradicionales, no están exentos de riesgos”, opina Peralta Tanco.
La especialista remarca que los efectos a largo plazo del vapeo no se comprenden completamente y algunos estudios sugieren riesgos potenciales para la salud pulmonar, ya que su consumo se vincula a un tipo de lesión que de hecho ya es conocida como “injuria pulmonar asociada al consumo de cigarrillos electrónicos o vapeo (EVALI)”. Además, estos productos contienen nicotina, lo que fomenta su efecto adictivo.
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