Es alta la radiación ultravioleta que llega al territorio argentino
Así lo registran las mediciones del Observatorio Astronómico de Rosario.
Según las épocas, algunas áreas del país reciben más radiación ultravioleta que el desierto del Sahara.
El dato fue presentado y discutido ayer en la última jornada del Taller Estudiando el ozono y la radiación UV-B: logros pasados y oportunidades futuras, realizado en La Nación y convocado por el Instituto Interamericano para el Cambio Global, la NASA, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales, y el Departamento de Ciencias de la Atmósfera de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, entre otros.
La reunión congregó a más de cien investigadores de diversos países de América con el propósito de intercambiar conocimientos y acordar futuros planes de investigación sobre el tema. En un ambiente de franca satisfacción por el desarrollo de las sesiones ("Es la primera vez que podemos vernos cara a cara con los colegas que trabajan en el mismo problema", comentaron), los especialistas debatieron durante el día de ayer en torno de las mediciones de radiación ultravioleta-B (dañina para la piel y la vista, si se recibe a lo largo de muchos años) y su relación con la capa de ozono que protege el planeta. En su presentación, el doctor Rubén Piacentini, director del Observatorio Astronómico de Rosario, destacó que algunos puntos del territorio nacional -como la ciudad de La Quiaca, ubicada a 3300 metros de altura sobre el nivel del mar- reciben índices altísimos de radiación, incluso mayores que los del desierto africano. Y que repetidamente durante el verano gran parte del territorio soporta índices de radiación calificados como muy altos. "Todo depende de la época del año y de las condiciones climáticas imperantes", aclaró Piacentini.
Modelo predictivo
Según el especialista, luego de muchos años de observaciones, su equipo elaboró un modelo que permite anticipar el índice de radiación ultravioleta que habrá al día siguiente, al mediodía, cuando hay más riesgo.
"Brindamos un pronóstico en forma de comentario cualitativo: índice de riesgo de exposición al sol muy alto, alto, moderado, bajo o muy bajo _explicó_. No es para alarmar, sino para que se puedan tomar precauciones, tal como se hace con una tempestad. Después, cada uno decide."
El investigador reveló que "cuanto mejor es el pronóstico meteorológico, más ajustada es nuestra predicción. El rango de aciertos gira en torno del 60%, con un margen de error en más o menos uno. Es decir, si pronosticamos alto, puede ser muy alto o moderado".
Y luego agregó: "Los biólogos pudieron verificar cómo responde la piel a distintas longitudes de onda y determinaron en qué medida la radiación ejerce una acción eritémica. Si hay más acción eritémica, hay más alteración del ADN, y la acción carcinogénica, por consiguiente, es mayor".
De acuerdo con los estudios realizados por el equipo rosarino, contrariamente a lo que en general se piensa, no basta que el cielo se encuentre nuboso para descuidarse. Las únicas que impiden la llegada de los nocivos rayos UV-B son las nubes grises, de tormenta.
Por otro lado, ellos destacan también que en una vasta porción de la Argentina la primavera es tan riesgosa como el verano, y durante la mañana es necesario cuidarse tanto como por la tarde, porque la acción del Sol es simétrica.
Aquí, una selección de los consejos del doctor Piacentini:
- Usar gorras o sombreros lo más anchos posible. En Australia se pusieron de moda los legionarios, con una tela que cubre la nuca.
- Si la radiación es muy fuerte, calzarse también anteojos, para prevenir cataratas.
- No exponerse repetidamente a la luz solar sin cubrirse con telas gruesas, porque las finas o semitransparentes no constituyen una barrera eficiente contra los rayos.
Piacentini explicó que el peligro no es solamente para la gente que sale de vacaciones, y la moda no es solamente para las mujeres y los hombres que se exponen en las épocas de descanso.
"En la Argentina hay alrededor de cuatro millones de personas que trabajan al aire libre. Mi padre trabajaba en el campo con ropas que le cubrían todo el cuerpo, con sombrero y hasta con pañuelos que lo protegían. Yo les pediría encarecidamente a todos los medios de prensa que traten de publicar nuestro pronóstico de radiación, todos los días, de la misma manera en que lo hacen con la información meteorológica. Es libre."
Los ojos en la Patagonia
Uno de los temas que más interés despertó en el taller fue el del ozono troposférico; es decir, el que se encuentra en las porciones más bajas de la atmósfera.
"Es un fenómeno que se conocía en las ciudades y sobre el que se habían hecho algunos estudios aislados en relación con la aviación", explicó el doctor Pablo Canziani, organizador local del encuentro.
Dijo que ahora, con los nuevos sensores que hay en el hemisferio Norte y una gran campaña que se estuvo realizando en los últimos años, tanto en Europa como en los Estados Unidos y en Rusia, se ha observado ya que sobre el Atlántico Norte, que es atravesado por un avión cada tres minutos, se registran efectos de acumulación de óxidos de nitrógeno que cubren hasta un cuatro por ciento del cielo.
Según el investigador, en la troposfera el ozono es contaminante y gas de invernadero: es lo que se llama el ozono malo. Hasta el momento se desconoce qué influencia puede tener en el cambio climático.
Para averiguarlo, el doctor Canziani está impulsando la instalación de un observatorio de la atmósfera en el sur del país. "Es una idea que surgió a pedido de las autoridades de Río Negro. En virtud de la inversión proyectada -alrededor de dos millones de dólares, a lo largo de tres años- y de las posibilidades de expansión, sería conveniente convertirlo en un centro regional."
En América latina, explicó el científico, hay una red de sensores Dobson que fueron financiados por la Organización Meteorológica Mundial. "Obtienen datos valiosos, pero cuando queremos hilar más fino necesitamos tener información de la composición de la atmósfera, cómo va variando, la dinámica, y cómo está distribuido el ozono verticalmente.
"La Patagonia aún no se convirtió en un espacio aéreo muy frecuentado -finalizó Canziani- de allí que sea un punto privilegiado de observación para realizar mediciones. Es importante comenzar lo antes posible."