“Era una persona para confiar”: se hicieron amigos de un desconocido, los estafó y perdieron una fortuna
Un hombre logró infiltrarse en un grupo de amigos y propuso un negocio que, según denuncian, se trataba en realidad de una elaborada estafa
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Dice un adagio popular que los amigos se conocen en los negocios. Eso le sucedió a un grupo de personas al descubrir que su mejor amigo era, al parecer, un estafador.
¿Cómo los estafó? Esta es la historia.
La primera víctima
Diego Romero trabajaba en un bar de Ibiza, España. Acostumbrado a ver cientos de turistas, uno de ellos se ganó su confianza: Jonathan. ”En 2018 era cliente habitual del bar. Solía venir a menudo. Supuestamente era directivo de un grupo hotelero muy importante en la isla”, comentó Diego al canal Telecinco. Se presentaba como ejecutivo y secretario judicial en excedencia, es decir: había tomado una pausa en su trabajo público.
Diego le empezó a contar partes de su vida. En una de esas conversaciones, se desahogó y le habló de la ‘tusa’ que tenía por separarse de su pareja. Tras este episodio de sinceramiento, la relación de amistad se afianzó más y más.
”Empezó a venir más seguido al bar. Siempre preocupado por mí. Me preguntaba cómo estaba y si estaba bien. Era una persona que nunca me iba a imaginar que me iba a hacer esto”, expresó. El tiempo pasó. Llegó la pandemia y el bar tuvo que cerrar.
El grupo de amigos
Para diciembre de 2020, Diego recibió una llamada de Jonathan. Le anunciaba que se iría a vivir a Ibiza. Le pareció fenomenal, pues tendría más cerca a su amigo. Así que decidió presentárselo a su círculo cercano. “Empezamos lo típico: cafés por la mañana, caminatas, comidas. Teníamos un grupo con los amigos y en el grupo siempre era muy activo”, relató Diego.
Les compartía por chat su vida de negocios. Según lo que les decía, tenía varias reuniones en Barcelona y Madrid. Debía viajar muy seguido. Era alguien muy importante. ”Uno siempre confía en sus amigos y debido a sus antecedentes de directivo y secretario judicial, con toda esa información, la verdad era una persona para confiar. Una persona que se preocupa por ti, te llama todas las mañanas, te dice ‘vamos a tomar un café, vamos a dar una vuelta, vamos a cenar’. Siempre intentando levantarte el ánimo”, contó Diego.
La estafa
Diego le había revelado que, producto de la separación con su pareja, había vendido un departamento y tenía el dinero en su cuenta bancaria. Jonathan se interesó y le propuso ayudarlo a buscar un nuevo hogar. Al parecer, por su presunto trabajo en un juzgado, él tenía contactos y conocía toda la “movida” de los embargos y las viviendas de remate.
Un día le contó sobre el apartamento perfecto ubicado sobre la Avenida España, en Ibiza. 100 metros cuadrados que estaban, al parecer, en remate con 50 por ciento de descuento. Solo debería pagar 157 mil euros. Una ganga, si se tiene en cuenta la exclusividad del sector.
De acuerdo con los chats revelados por Diego en sus redes sociales, Jonathan se mostraba atento y le dijo que el negocio estaba a punto de cerrarse. Debía consignar el 40 por ciento (63 mil euros) del valor total a unas cuentas que él le indicó. Lo hizo sin pensar en que sería un estafador.
La estafa al descubierto
Muy entusiasmado, Diego les contó a sus amigos la gran ayuda que le brindó Jonathan para su nuevo hogar. Sin embargo, ellos comenzaron a sospechar, por lo que decidieron despejar las dudas. “Llamamos a la cadena hotelera y nadie sabía nada de él, incluso mandamos una foto. Por otro contacto también descubrimos que jamás había trabajado en los juzgados”, explicó Diego al diario El País.
Y todo explotó: salieron a flote más estafas Susana, perteneciente al grupo de amigos, se había dejado convencer por Jonathan para ingresar al mercado de las divisas. El primer paso: transferirle 3 mil euros. ”Lo hice y quedamos en que llamaría para irme informando. Hasta que todo estalló por los aires y nos dimos cuenta de que todo era mentira”, comentó Susana al diario.
Más amigos, quienes se mantuvieron en el anonimato, perdieron hasta 80 mil euros. Todo, según recopiló Diego, suma unos 230 mil euros que llegaron a las cuentas bancarias de Jonathan. Lo enfrentaron en mayo de 2021, pero él lo negó todo. Les escribió por chat que se contactaría con ellos para hablar con detalle sobre lo ocurrido, pero no volvieron a saber de él.
Diego, entonces, puso la demanda junto con otros de los embaucados. Divulgó su caso en otros medios de comunicación y redes sociales, pero sus cuentas estarían siendo hackeadas. ”Te prometo que hasta no verte donde deberías estar no voy a parar”, escribió Diego en su cuenta de Facebook.
Jonathan no se pronunció al respecto. La lucha continuará y se tendrán que encontrar en los estrados judiciales.
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