Envían dos momias de Necochea a Canarias
Por primera vez en América latina se devolverá a su origen una reliquia arqueológica; estuvieron en una escuela y un museo
NECOCHEA.- Una subasta e, incluso, el medio de pago por una partida de cartas perdida. Tan sólo dos de varias hipótesis que tratan de explicar la llegada a estas playas de dos momias pertenecientes a la desaparecida comunidad aborigen guanche, de las islas Canarias, piezas que, en un gesto sin precedente en América latina, serán restituidas este fin de semana a Tenerife, su lugar de origen.
Los cuerpos embalsamados -se supone- fueron traídos, no menos de ocho décadas atrás, por algún coleccionista y, según los especialistas, datan de unos 2250 años. El estado de conservación de uno de ellos es bueno. El restante tiene piezas sueltas, pero podrá ser reconstituido íntegramente.
Un ejemplo para imitar
Ruth Rufino, técnica conservacionista del Organismo de Museos y Centros de Santa Cruz de Tenerife, está aquí preparando las momias para su traslado. "Ojalá este gesto argentino sea un ejemplo y contagie a otros países, e incluso a ciudades españolas, para que devuelvan a nuestras islas las momias dispersas por el mundo", señaló a LA NACION. Se cree que hay una docena en Europa y en América.
A pesar de su gran valor histórico y cultural, las momias guanches pasaron casi medio siglo encerradas en el depósito del ex Colegio Nacional de Necochea. Luego fueron cedidas al Museo de Ciencias Naturales local y, sin explicación convincente, la cabeza de una de ellas apareció hace unos meses en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata.
Fotos llevadas por la arqueóloga Paula Novelino al congreso mundial sobre momias realizado en 1995 en Cartagena de Indias permitió que colegas de Tenerife confirmaran que eran restos oriundos de esa isla. Así se abrió el camino para la repatriación.
La arqueóloga Nora Flegeheimer y el antropólogo y biólogo Ricardo Gichón, ambos investigadores del Conicet, creen que las momias podrían haber llegado a la Argentina a principios del siglo pasado y de la mano de un coleccionista no identificado.
Cuestión de prestigio
"La compra de restos arqueológicos era entonces una cuestión de prestigio", aseguran. Y se entusiasman con la repatriación de los restos porque en la profesión que desempeñan "hay un compromiso por acompañar los reclamos de los pueblos expoliados".
"Necochea quedará en la historia como la primera comunidad americana que restituye este tipo de piezas a sus pueblos originarios", precisó el intendente municipal, Julio Municoy.
La investigación permite datar en días cercanos a 1890 la salida de las momias de Tenerife. A partir de entonces hay un bache histórico; se cree que pudieron haber pasado por Chile o Brasil. Y que un médico de Tres Arroyos de apellido Amondarain las habría entregado al ex Colegio Nacional.
Nélida Basail, actual responsable de esa institución ahora convertida en la Unidad Académica Juan Manuel de Estrada, afirmó que las momias permanecieron en el establecimiento entre 1925 y 1973. "Luego -recordó- fueron cedidas en préstamo al museo local para su estudio." Lo cierto es que no fueron bien cuidadas. "Son un símbolo de cómo se valora aquí el patrimonio cultural", acusó Flegeheimer.
El gobierno de Tenerife solicitó el año pasado la restitución. La ley 25.517, de comunidades indígenas obliga a museos y coleccionistas de nuestro país a devolver los restos mortales a los pueblos de pertenencia que los reclamen. El mes entrante, las momias serán expuestas en un museo de Tenerife. Desde allí enviarán a Necochea dos réplicas acompañadas de material histórico, según el convenio de hermandad cultural que firmarán ambos gobiernos.
Con embalaje y ambiente controlado
NECOCHEA (De un enviado especial).- Los guanches son una comunidad nativa de la isla de Tenerife, en las Canarias, que resistió férreamente los ataques de los colonizadores españoles. Finalmente, resultaron arrasados hacia finales del siglo XV.
Rubios y de ojos azules, se los vinculó más con los bereberes de Africa que con los europeos. También los acercan a ese origen su vocación por el cultivo, los monumentos megalíticos y los sepulcros de momias.
"La preservación de cadáveres, según una teoría, estaría reservada exclusivamente a la casta social más alta de la comunidad", señala el antropólogo Gichón.
"La cantidad de capas de fardo funerario sería otra señal de su status", aporta Rufino.
Una de las piezas que volverán a la isla corresponden a un adulto mayor. "Es una mujer que tendría unos 25 años", precisó. La otra momia sería un hombre y presenta una particularidad: su posición. Tiene las piernas flexionadas con los talones contra los glúteos.
Ambas están envueltas en mantos de cuero unido por prolijas costuras.
Rufino preparaba ayer el embalaje de las momias con rigurosas medidas para su preservación. Viajarán en cajones de madera, con cuidados especiales para asegurar amortiguación y aislamiento.
"Hay que mantener una humedad no superior a 50% y la temperatura, entre 18° C y 22° C", señaló. Dos sensores monitorearán ambas marcas cada 10 minutos.
La antropóloga Flegeheimer rescata que no hubo que recurrir a instancias judiciales. Y recuerda un caso similar, pero con recorrido inverso: la restitución que hizo Francia a Uruguay de los restos del cacique charrúa Vaimará Pirú.