Entró en vigor el convenio mundial para eliminar el uso del mercurio
Es para proteger la salud y el ambiente de sus efectos tóxicos; la Argentina ratificó su adhesión por ley, pero aún debe formalizarla
Ahora sí, el reloj comenzó a correr. Hoy entró en vigor el convenio mundial para proteger la salud y el ambiente de los efectos tóxicos del mercurio, un metal de origen natural con el que se producen objetos de uso cotidiano, como cosméticos, dispositivos médicos, plaguicidas, antisépticos o lámparas.
Los países que ratificaron el tratado, como la Argentina, se comprometen a erradicar su explotación y su uso para 2020.
La primera reunión de la Conferencia de las Partes en el Convenio de Minamata sobre el Mercurio (COP1) será el mes que viene en Ginebra, Suiza.
En nuestro país, su implementación estará a cargo del Miniserio de Ambiente y Desarrollo Sustentable. El mes pasado se hizo aquí la reunión regional preparatoria del encuentro internacional, en el que la Argentina participará como observador, ya que aún no formalizó la ratificación del convenio.
“Celebramos la entrada en vigor de un acuerdo internacional que busca proteger la salud de las personas y el ambiente de los efectos adversos producidos por el mercurio”, dijo Thierry Decoud, secretario de Control y Monitoreo Ambiental del ministerio que dirige Sergio Bergman.
Según detalló, los países acordaron la prohibición y la restricción del uso del mercurio tanto en los productos como en los procesos de producción. Tampoco se podrán instalar nuevas minas para explorar este metal. Con esto, disminuyen las emisiones contaminantes.
“El manejo ambiental del mercurio sigue siendo un desafío para el país y la región. Al ser un material elemental, el mercurio no se degrada ni destruye. Su disposición final consiste en el almacenamiento seguro que evita en el corto y el largo plazo su liberación al ambiente –indicó Decoud–. Con la implementación de las obligaciones derivadas del Convenio, los países tendrán mayor información de las importaciones y las exportaciones de los productos y los residuos. Esta información es necesaria para fortalecer el control y fomentar nuevas medidas de prevención y reducción del riesgo.”
En cuanto a cómo se implementará el convenio, el ministerio estaría diseñado el plan de monitoreo y control de las emisiones y las liberaciones, como así también la estrategia para la disponer de estos residuos con mercurio de manera segura, según indicó el funcionario.
“La Argentina ya ratificó el convenio por ley y luego de depositar el instrumento de ratificación se sumará a los 74 países que ya son parte”, comentó Decoud a LA NACION.
Desde la organización no gubernamental Salud Sin Daño, que trabaja desde hace años en el país para eliminar el mercurio en el sector de la salud, también celebraron. “Es una buena noticia internacional que por fin suceda. Un acuerdo así lleva décadas hasta su ratificación. Ahora, estamos atentos a cómo se implementará en los países”, dijo ayer a LA NACION la directora ejecutiva, Verónica Odriozola.
Empezar cuanto antes
Tras insistir en la necesidad de que la Argentina salde “cuanto antes” la deuda de no haber completado el proceso de ratificación del convenio, señaló la importancia de contar con un plan de acción y no esperar a cumplirlo hasta los últimos días de los plazos impuestos.
“Sólo se trata de que haya voluntad política. Las fechas, en general, son un piso para el cumplimiento de los acuerdo en el que se pueden poner de acuerdo los países. En nuestro caso, no tiene sentido cumplir con plazos que son generosos pensando en los países que tendrán un alto impacto en sus economías -agregó Odriozola-. No hay que esperar hasta 2020 para dejar de comprar termómetros de mercurio. Me pondría a trabajar a partir de mañana con los productos con alternativas libres de mercurio y que no tengan un impacto económico tan sensible, además de establecer algún sistema para recolectar y eliminar todos esos residuos. Esta es una demanda que va a empezar a crecer.”
Salud Sin Daño capacitó a los equipos de salud y los funcionarios en los problemas que causa la exposición al metal, cómo actuar en casos de derrame y hacer estudios de costos para la compra de productos alternativos y en la confiabilidad del uso.
Los tensiómetros de mercurio están prohibidos desde hace siete años por una resolución del Ministerio de Salud de la Nación por un pedido que presentó Salud Sin Daño junto con otras asociaciones profesionales y científicas. “Aún no lo logramos con los termómetros. Debería ocurrir ahora”, dijo Odrizola.
En el país existe un Inventario Nacional de Mercurio. Según explicaron desde el Ministerio de Ambiente, un estudio que se hizo dentro de un proyecto regional que financió el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (FMAN) sobre las cantidades de mercurio emitidas y liberadas reveló que las fuentes principales en el país son la quema indiscriminada y a cielo abierto de residuos sólidos urbanos y los vuelcos de los efluentes cloacales sin tratamiento previo.
En los centros de salud, según precisa Salud Sin Daño, el mercurio "se puede liberar al ambiente desde termómetros, tensiómetros, dispositivos gastrointestinales y otros productos médicos que lo contienen. También puede estar en fijadores, conservantes, sustancias químicas de laboratorio, limpiadores y otros productos de uso médico, que, cuando se descartan como desechos, contribuyen a la contaminación ambiental. Más aún, muchos productos empleados en la construcción como termostatos, indicadores de presión e interruptores también contienen mercurio".
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la exposición al mercurio aun en pequeñas cantidades puede ser nocivos para la salud, en especial durante la gestación y los primeros años de vida. Es, de hecho, una de los 10 productos químicos que más desafíos generan para la salud pública
La exposición puede lesionar el sistema nervioso, inmunológico y digestivo, además de afectar los riñones, los ojos, la piel y los pulmones.