Entre 2018 y 2019, bajaron un 30% las muertes en accidentes de tránsito en la ciudad
El año pasado, murieron a causa de accidentes de tránsito 103 personas en la Ciudad de Buenos Aires. La mayoría, casi la mitad, fueron motociclistas (47%), que fallecieron luego de impactar contra un auto. Los peatones (33%), los ocupantes de automóvil (12%), los ciclistas (7%) y ocupantes de transportes de pasajeros (1%) les siguen en la nómina. Esto significa que nueve de cada 10 fallecidos en siniestros viales son usuarios vulnerables de la vía pública.
La radiografía actual, en términos estadísticos, muestra una mejora respecto de 2018, porque se logró reducir el número de muertes en un 30 por ciento. Una cifra histórica, la más baja de los últimos diez años. "Nos habíamos puesto esa meta hace cuatro años, cuando se inició el Plan de Seguridad Vial porteño, y logramos cumplir nuestro compromiso. Ahora, con la pandemia del Covid-19 las demás agendas quedaron tapadas, pero la de los siniestros viales es otra epidemia a la que tenemos que vencer. Todas las muertes por siniestros viales son siempre por causas evitables, y vamos a continuar trabajando junto a las ONG de familiares de víctimas y los vecinos, para que nadie más tenga que atravesar una pérdida que puede evitarse", dijo Juan José Mendez, secretario de Transporte y Obras Públicas de la Ciudad de Buenos Aires.
Los datos se desprenden del último informe estadístico del Observatorio de Movilidad y Seguridad Vial de la Ciudad, que fue presentado ayer en conferencia virtual. Las 103 víctimas fatales registradas el año pasado ubican a la Ciudad por debajo del resto del total de las jurisdicciones del país, con excepción de Tierra del Fuego. Mientras que en la ciudad la tasa de mortalidad es de 3,6 fallecidos cada 100.000 habitantes, la cifra en la provincia patagónica es de 2,4. En la otra punta, Santiago del Estero tiene los peores índices con 28,6 fallecidos cada 100.000 habitantes.
Colectivos
En 2018, la cantidad de los siniestros con desenlace mortal entre colectivos y peatones ocupaba el primer puesto. Hoy, se ubica en el cuarto lugar. "Era un verdadero problema, por eso el año pasado nos concentramos en ese grupo. ¿Qué hicimos? –indica la gerenta operativa del Observatorio de Movilidad y Seguridad Vial, Adriana Jakovcevic–. Relevamos el mapa para saber dónde ocurría la mayoría de los siniestros y se detectaron varios centros de transbordo. Las principales causas eran dos: los excesos de velocidad y el cruce de semáforos en rojo, tanto de parte de los peatones como de los choferes". Entre otras cosas, detalla el informe, se hicieron trabajos de infraestructura y fiscalización. Se colocaron reductores de velocidad en puntos clave; se reforzó el control de cruces en rojo y se implementaron controles móviles de velocidades máximas y retención de licencias. "Nos reunimos con 20 empresas que agrupan a más de 50 líneas de colectivos, y se capacitaron a más de 1200 choferes", agrega Jakovcevic, y pone en evidencia con las últimas estadísticas que los resultados fueron positivos: las víctimas mortales en esos corredores intervenidos "bajaron a cero". Los excesos de velocidad se redujeron del 46 al 7 por ciento, y la proporción de colectivos que cruzan en rojo también disminuyó, del 36 al 19 por ciento.
Más hombres que mujeres
Pese a los esfuerzos, los accidentes de tránsito siguen firmes como la causa principal de muerte en jóvenes. El 60% de las víctimas mortales tenía entre 15 y 44 años; y la edad promedio de los fallecidos es de 37. En cuanto al género, cerca de ocho cada diez víctimas fueron hombres y, entre ellos, seis de cada diez eran motociclistas. Entre las mujeres fallecidas, siete de cada diez eran peatones.
Las motos, en la mira
En la reunión también se discutió sobre las estrategias y los objetivos para 2023, y en los motociclistas está puesta toda la atención. Si bien hoy forman parte del grupo de usuarios con más fallecidos, los datos del último informe también marcan una baja en el número de muertes del 18% durante el período 2015-2018. Para la subsecretaría de Planificación de la Movilidad, Lucila Capelli, ese descenso se asocia con el incremento de los controles durante los últimos cuatro años: "Pasamos de 34 controles por día a 473, un crecimiento en la fiscalización de 1550% respecto de 2016". El uso del casco es otro acierto que destaca Mendez. "Ya es raro ver a un motociclista en la calle que no lo use. El cumplimiento de esa medida es superior al 80% y se sostiene en el tiempo desde 2016. Lo que tenemos que seguir revisando en ese sentido son cuestiones más técnicas, porque hay cascos que no cumplen con los requisitos necesarios. O no se renuevan después de una caída y eso es muy importante, porque dejan de tener eficacia", señala el funcionario.
La coordinadora de Seguridad Vial de la Secretaría de Transporte y Obras Públicas, Eugenia Lafforgue, también acompañó al equipo. Hizo referencia a otra de las bajas conquistadas, que tiene como protagonista a los ocupantes de vehículos. "Después de los peatones, con una baja del 38% entre 2015 y 2018, le sigue este grupo, que registró un descenso del 37 por ciento. La razón principal fue la presencia de agentes de tránsito en las calles y los controles de alcoholemia, que subieron alrededor de un 150 por ciento". También, agregan, fue gracias a la renovación y mayor exigencia en el examen de otorgamiento de licencias: hay un 8,9% más de conductores que no obtienen su registro de conducir por no aprobar la prueba.
Para 2023, insisten los expertos, el foco está puesto en la siniestralidad de motociclistas. "Así como pudimos identificar cuáles eran los problemas de los siniestros que provocaban las muertes de los peatones y fuimos a trabajar con las empresas de colectivos y a modificar la infraestructura, tenemos que hacer lo mismo con los demás grupos. El objetivo es pacificar el tránsito, y por eso también es importante la promoción de la movilidad sustentable, en bicicleta y a pie", refuerza Mendez.
La muerte es el peor desenlace. Pero sobrevivir a un accidente de tránsito suele dejar serias secuelas, como lesiones inhablitantes y otros trastornos. "El 56% de las atenciones del SAME pre Covid-19 eran por siniestros viales, y anualmente ingresan 11.536 lesionados por accidentes de tránsito al sistema público de salud", justificó el informe. Doce de cada cien pacientes presentan heridas de gravedad. La media de días de internación en hospital público para los heridos graves es de seis, y el 14% de las lesiones graves requiere internación en terapia intensiva.
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